Fútbol contra violencia
Nigeria abre ocho centros para que los ciudadanos de comunidades enfrentadas vean juntos los partidos del Mundial
El deporte, tantas veces fuente de violencia, puede ser también un factor de unión y superación de rivalidades. Así lo han entendido las autoridades de Nigeria, uno de los países más violentos de África, que, inspirándose en el efecto positivo que tuvo para Sudáfrica la celebración del Mundial de rugby en 1995, han abierto ocho centros en los que los miembros de las distintas comunidades enfrentadas del estado de Plateau -centro del país- podrán ver juntos los partidos de la Copa del Mundo de fútbol.
Para entender la medida hay que remontarse al 7 de marzo. Aquel día, un grupo de musulmanes miembros de la etnia fulani asaltó de madrugada varias localidades de Plateau, en las que habitan mayoritariamente cristianos de la etnia derom. Durante tres horas incendiaron decenas de viviendas y asesinaron a cerca de 500 personas a tiros y machetazos. Los fulani actuaban en respuesta a una matanza de musulmanes ejecutada por los cristianos dos meses antes. Esta clase de enfrentamientos ha dejado al menos 2.000 muertos en la última década en Plateau. Aunque la violencia en el continente africano suele disfrazarse bajo el tópico de las rivalidades étnicas o religiosas, tras estas masacres se encuentra la ambición por controlar una de las regiones más fértiles de Nigeria.
Las autoridades han decidido ahora intentar que los miembros de las comunidades enfrentadas vean juntos los partidos del Mundial de Sudáfrica, con el fin de reforzar la unidad en la región. La apertura de los ochos centros, anunciada el lunes por el Ejército, garantiza el visionado de los encuentros en una zona en la que los apagones eléctricos y los precios de los espacios privados en los que se retransmiten impiden que muchas personas puedan verlos.
Nigeria es el país más poblado de África, con más de 150 millones de habitantes. Aunque su selección estuvo a punto de quedarse fuera de Sudáfrica, sus ciudadanos confían en que realice un gran papel en el primer Mundial de la historia que se disputa en su continente. El presidente del país, Goodluck Jonathan, está convencido de que pueden ser campeones, y la Federación de Fútbol le ha exigido al seleccionador, el sueco Lars Lagerback, que alcance como mínimo las semifinales. Tras perder en el debut contra la Argentina de Messi y Maradona, las opciones de las Águilas Verdes de seguir avanzando y aportando su grano de arena a la unidad de sus compatriotas pasan por ganar hoy, a las 16.00, a Grecia en Bloemfontein.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.