Sorprendentes, rápidos y débiles
Los bafana bafana han comenzado su Mundial demostrando que tácticamente tienen la lección aprendida. No en vano están entrenados por Carlos Alberto Parreira, uno de los entrenadores más expertos de este Mundial. El equipo sudafricano puso en liza un 4-4-1-1 cuando defendían replegados en su propio campo, apoyándose en el enorme trabajo de sus centrocampistas para tratar de forzar el error mexicano y desplegarse en dos opciones ofensivas: la primera opción, el contraataque, buscando la potencia de Mphela con pase largo o a través de la rapidez e inteligencia de Modise y Pienaar para sorprender. La segunda opción fue tratar de tener el balón a través de un esquema 4-1-4-1 en ataque, aunque esta segunda opción nunca fue a través de largas posesiones, tipo España, sino más bien un intento de tener llegada por sorpresa a la portería azteca.
La característica principal de Sudáfrica fue la rapidez en la transición defensa-ataque y el intercambio de posiciones continuo entre Modise, Pienaar y Thsabalala (el mejor del partido ).
El mayor problema que debe corregir en estos días el equipo sudafricano es la debilidad mostrada en las jugadas a balón parado en contra, ya que tanto en faltas como en saques de esquina México tuvo remates muy claros. Asimismo, la mala coordinación defensiva en jugadas de rechace y a la hora de que la defensa tratara de dejar en fuera de juego a los mexicanos tuvo sus consecuencias negativas a través de varios sustos y acabó costando el empate final.
Hubo una clara diferencia entre el equipo temeroso de la primera media hora de juego y el resto del partido, cuando a pesar de no crear grandes ocasiones sí demostró que es un equipo muy peligroso, con buena técnica en el centro del campo, incorporaciones de los laterales siempre que la ocasión lo requiere y un delantero (Mphela) al que no se le puede dar un metro.
Quizá el exceso de respeto a la derrota y la importancia de la inauguración pasaron factura al iniciarse el choque, pero espero que en los próximos partidos, el talento de los futbolistas sudafricanos y la alegría en su juego vuelva a verse reflejada en el terreno de juego. Con la igualdad en el grupo, el partido ante Uruguay se presenta como ideal para realizar este cambio de imagen en el juego, además de mostrar que se ha aprendido de los errores cometidos y que estos están subsanados. El equipo de Parreira ha demostrado que en este grupo tanto uruguayos como franceses tendrán que jugar a un alto nivel si quieren doblegarles y seguir siendo favoritas para pasar a los cruces.
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