Queralt Castellet recibe el alta hospitalaria
Una caída mientras se entrenaba tras haberse clasificado directamente para la final impide a la española luchar por las medallas en el 'Half-pipe' del snowboard.- Tras pasar la noche en el hospita, la joven ya ha recibido el alta
Queralt Castellet pasó del cielo al infierno en apenas una hora. Del sueño a la pesadilla. La española se metió directamente en la final del Half-pipe del snowboard tras confirmar en una primera manga espléndida su calidad en la élite, pero cuando se entrenaba para luchar por las medallas sobrevino la desgracia. Se cayó, sufrió un fuerte golpe en la cabeza y quedó inconsciente. El sueño olímpico se esfumó. El peligro del snowboard, con graves lesionados en las últimas semanas antes de Vancouver, planeó también por Cypress Mountain. Afortunadamente, no ha habido que lamentar consecuencias, y Castellet ha recibido el alta tras pasar la noche en el hospital de Vancouver.
Las dos resonancias magnéticas que le fueron practicadas han resultado negativas y revelan un pequeño edema craneal que no reviste gravedad y que se disolverá poco a poco. A lo largo de esta noche (hora española), la deportista catalana saldrá del hospital, según han confirmado fuentes del Comité Olímpico Español (COE).
"Lo que peor me sabe es que ya tenía la medalla en la mano", ha declarado Castellet desde el hospital. El sueño de conseguir un metal se hizo trizas en apenas unas horas. La española logró pasar directamente a la final sin necesidad de disputar las semifinales al estar entre las seis mejores del primer ejercicio. "Una gran ronda", como ha definido la joven de 20 años.
Ingresada por precaución
Una vez atendida en el centro médico de urgencia de la pista, precaución habitual al tratarse de un traumatismo craneoencefálico, tuvo que se trasladada al hospital, donde quedó en observación. La mala suerte se cebó con ella y con un deporte invernal español tan raquítico, que parece un gigante cuando surge una luz de medalla.
Queralt falló en la clasificación el segundo ejercicio de los dos que permite esta modalidad, pero ya no importó porque sólo sirve la mejor nota. Los 44,3 puntos del primero la habían colocado en un esperanzador tercer lugar, un teórico bronce, entre las seis mejores participantes que no necesitaban pasar la barrera de las semifinales. A éstas accedieron las 12 siguientes, de las que seis llegaron también a la final.
La joven y pequeña española de 20 años, 1,56 metros y 52 kilos se fue a preparar para las dos mangas que podían ser decisivas en su carrera. Tenía tres horas de margen sin aprobar más examen que el decisivo. Pero no pasó de ahí.
Sólo la australiana Torah Bright, mormona que vive en Utah, quinta en los Juegos de Turín 2006, y una de la grandes favoritas, sacó mejor puntuación que ella, pero necesitó el segundo ejercicio para sumar 45,8 puntos. Superó, incluso, los 45,4 que había conseguido en la primera manga la estadounidense Kelly Clark, oro en Salt Lake City 2002 y que acaba de ganar los X Games, los grandes Mundiales de los deportes extremos. Directamente también pasaron las otras dos estadounidenses, Hannah Tetter, la campeona olímpica en Turín y Gretchen Bleiler, plata, lo que valoró aún más lo que había hecho la española. Bleiler rozó también un grave accidente en la final, pero cayó de pie en el borde del medio tubo, y milagrosamente no se golpeó con la cabeza.
Castellet, una niña de 16 años en 2006, ya apuntaba maneras. Compitió muy dignamente, y aunque acabó en un puesto medio, 26º, fue sorprendente para una debutante. De hecho había conseguido antes ser magnífica novena y 14ª, en pruebas de la Copa del Mundo.
La progresión de la gimnasta reconvertida al snowboard no había hecho más que empezar. Fue sexta el año pasado en el Mundial de Ganwon (Corea del Sur) y se ha ganado la admiración del circuito por su desparpajo y resultados. Especialmente cuando el año pasado estuvo mes y medio en Nueva Zelanda con las mejores del circuito. Ahora, pasó las Navidades por primera vez fuera de casa porque desde finales de noviembre se entrenó en Estados Unidos al máximo nivel. Los resultados estaban a la vista, pero todo se frustró. El filo de la navaja del snowboard y los deportes extremos es muy fino. Demasiado.
Fue una lástima. Castellet dejó nuevamente boquiabiertos ayer a los especialistas con su manga inicial. Clavó los cuatro saltos tras las rotaciones y giros, y así pudo mantener la velocidad suficiente en las transiciones para elevarse por encima de los bordes de 6,50 metros que tiene el medio tubo sobre el que se desarrolla la competición. La pista tiene 16 metros de largo por 20 de ancho. En su segunda manga, puntuada ya sólo con 19,9, no aterrizó bien en el segundo salto, lo que la frenó e impidió coger altura para los siguientes. En el último, incluso cayó ligeramente de lado. Pero ya tenía el billete para la final. La peor caída sería después. También Clark se cayó. Bright se mostró la más firme en los dos saltos, pues ya con el primero de 41,3 puntos se hubiera metido en la final. Anunciaba su triunfo. Teter y Bleiler también superaron los 40 puntos.
Ya en las dos mangas decisivas, incluso con una cuarta estadounidense, Elena Hight, clasificada en semifinales, Teter puso el listón alto, con 42,4 puntos, pero Bright se fue hasta los 45 en la segunda. Clark sólo hizo 42,2 para el bronce y Teter no pudo pasar la de la plata. Cedió el oro de Turín a Bright. Australia, Utah y los mormones están de fiesta. Al revés que España. Queralt , con sus 44,3 puntos de su primera manga, hubiera sido plata,.
Padial, última
Pese a la desgracia hubo una gran cara española, pero también la cruz, simplemente deportiva, sobre la nieve. Victoria Padial ya puede decir que ha sido olímpica. Pero última. No es el primer caso en la historia invernal española. Tras ser ya penúltima en la primera prueba del biatlón, combinación de esquí de fondo y tiro, fue aún peor en la siguiente. La bosnia Tanja Karisik, a la única que había superado en los 7,5 kilómetros, se retiró nada más fallar en los 15 cuatro de los cinco primeros disparos. Victoria erró ocho en los 20 totales, en las cuatro tandas, dos en posición tumbada y dos de pie. El primer día sólo había fallado dos y quedó a cinco minutos de la ganadora, la eslovaca Anastazia Kuzmina. Esta vez, cedió casi 16 a la noruega Tora Berger.
La mayoría de los 18 participantes españoles en los Juegos de Vancouver , no es el caso de Queralt Castellet, por ejemplo, lo pueden hacer al haber aceptado la Federación de Deportes de Invierno incluirlos en el cupo de invitados de las respectivas federaciones internacionales. Lo mismo que ocurre con representantes de países exóticos, sin categoría. Y al ser una lotería que no se conoce hasta última hora, el deportista, ya con el nivel mínimo, sin haber mejorado en otras competiciones de nivel menor antes de los Juegos, va todavía más prendido con alfileres. Con más ilusión que realidades. El resultado parece obvio.
Victoria tiene 21 años, es granadina y tras ser una promesa del esquí de fondo se pasó al biatlón, donde comenzó en 2007. Aún júnior, debutó en el Mundial absoluto de Pyoenchang (Core del Sur) y fue 107ª en los 7,5 kilómetros y 99ª en los 15. Sólo ha mejorado el puesto en Vancouver porque en los Juegos hubo menos participantes.
En el Half-Pipe masculino del día anterior, Ruber Verges tampoco brilló precisamente. Fue 31º de los 39 participantes.
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