Pudo haber sido y no fue
El Caja Laboral cae ante el Olympiacos en el Top 16 de la Euroliga
El Fernando Buesa Arena las vivió ayer de todos los colores. Se sonrojó al principio con parciales inesperados del Olympiacos; se coloreó después con la reacción no sólo visceral sino baloncestista del Baskonia que le metía en la conversación del partido ante un rival también con nobleza acreditada. Y a partir del descanso un ir y venir de aquí para allá, sin morir y sin matar, a veces ganando, a veces sufriendo ante un rival que parecía enfrentar su regularidad, su oficio, a la visceralidad del Baskonia, más aliado con el corazón que con la cabeza (el corazón también gana partidos). El problema es que hay que hilar muy fino con el Olympiacos para ganarle un partido y al Baskonia se le escapó alguna puntada que no pudo ser remediada a tiempo. Después de voltear el resultado, cuando nada lo hacia posible, sucumbió en el último cuarto quizás por mala suerte, quizás por mala selección de tiro, sobre todo por precipitación y ansiedad.
CAJA LABORAL, 85; OLYMPIACOS, 89
Caja Laboral: Ribas, English (2), San Emeterio (20), Teletovic (18), Splitter (10)-cinco inicial-, Huertas (23), Herrmann (2), Dean (2), Singletary, Eliyahu (8).
Olympiacos: Teodosic (14), Halperin, Childress (21), Kleiza (18), Schortsanitis (4)-cinco inicial-, Papaloukas (4), Bouroussis (18), Penn (3), Vujcic (4), Mavrokefalides (3).
Árbitros: Jungebrand (FIN), Boltauzer (SLO), Latisevs (LAT). Sin eliminados.
9.700 espectadores en el Buesa Arena de Vitoria.
Las variables del equipo griego son mayores que las del Baskonia
Lo cierto es que la derrota ante el conjunto griego obliga aún más a ganar algún partido fuera, sobre todo tras la victoria el Khimky frente al Cibona (xx-xx) amén de mantener la victoria en el Fernando Buesa Arena.
Otra vez tropezó el Baskonia con Papaloukas, un tipo que tiene la manía de acertar casi siempre con la elección de tiro o de jugada. Un tipo al que pocas veces se le olvida el manual del baloncesto. Childress, 21 puntos, y Kleiza, 18, le ayudaron en el trabajo de desgastar al Caja Laboral y de frenarle cuando se vino arriba. El partido se dilucidó en el tercer cuarto, ahí cuando el Baskonia sintió que podía ganar gracias a los triples de San Emeterio (20 puntos), y la dirección de Marcelinho Huertas, (23), que opusieron resistencia al equipo griego.
Son equipos distintos. Las variables del equipo griego son mayores que las del Caja Laboral. Y cuando el asunto se ofusca, aparece un tal Papaloukas para echarse el equipo encima anotando, asistiendo, eligiendo, dando de comer a su equipo como lo ha hecho allí por donde ha pasado.
Los griegos aprovecharon el vacío interior del Baskonia tras la segunda personal de Splitter para endosar un 2-10 que les permitió coger una cómoda renta, 29-38. El brasileño tuvo que ingresar en cancha dos minutos después para tapar la sangría. Pero ya se había establecido las jerarquías en el partido aunque en el tercer cuarto el Baskonia, mitad orgullo, mitad calidad, le metió el miedo en el cuerpo al equipo heleno. Al final no sirvió, pero el Top 16 acaba de empezar.
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