El subcampeón quiere redimirse

Henrique hizo enloquecer a 70.000 almas que albergaba el estadio Mineirão de Belo Horizonte. Acababa de anotar el gol que daba ventaja al Cruzeiro en el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores el 15 de julio del 2009. Corría el minuto 52. Apenas pasados cinco, Gastón Fernández hizo enmudecer a la torcida del azulao. En el 73, Boselli desató la tristeza y el llanto. El Estudiantes de la Plata se proclamaba campeón y el Cruzeiro se quedó sin alzar su tercer título en la máxima competición a nivel de clubes del fútbol suramericano, tras los conquistados en 1976 y 1997.

El Cruzeiro se quedó en el subcampeonato con un equipo con buen gusto y escasos mimbres y alcanzó el cuarto puesto en el Brasileirao que le ha dado acceso a la previa. Dirigido por Adilson Batista, al conjunto del estado de Minas Gerais se le tilda de no tener el sello copero, de estar falto de atletas y de no saber sacar provecho de las acciones a balón parado, ni de manejar resultados. Y vuelve a la Copa Libertadores sin excesivos lujos. Jonathan, defensa central de 23 años, que sonó para el Madrid tras la lesión de Pepe, es la referencia en la zaga. Lo mejor se encuentra en el ataque, con Kléber, ex jugador del Dinamo de Kiev, junto a Wellington Paulista, el goleador del equipo en la temporada pasada con 26 goles en 48 partidos.

Tras su paso intrascendente y conflictivo por el Getafe madrileño, el ecuatoriano Guerrón quiere recuperar las sensaciones que le valieron para ser nombrado mejor jugador de la Libertadores del año 2008 actuando en el Liga de Quito.

Tras haber superado en la fase previa al Real Potosí de Bolivia, al Cruzeiro le toca medirse en la fase de grupos con el Vélez Sarsfield, campeón del Torneo Clausura en Argentina, al histórico conjunto chileno del Colo-Colo y el Deportivo Italia de Venezuela. A priori, argentinos y chilenos se presentan como los primeros enemigos a batir del Cruzeiro, que aspira nuevamente a llegar lejos.