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"Fue un gesto de inconsciencia"

Bepi Pillon, el técnico del Ascoli que ordenó a sus jugadores dejarse marcar un gol, dice que el fútbol está "enfermo"

Parece mentira. Pero resulta que el juego limpio es un bien tan escaso en el fútbol que cuando alguien lo práctica se convierte en héroe del día. Es el caso de Bepi Pillon, técnico del Ascoli, equipo de la Serie B italiana, que el domingo se hizo marcar un gol al considerar que a su vez había anotado uno de forma poca solidaria . Sommese, jugador del Ascoli, se aprovechó de un problema muscular de un defensa del Reggina para ir a toda pastilla hacia la portería contraria y servir un pase de gol a su compañero Antenucci. Gol. Tangana entre los jugadores. Y expulsiones. En ese momento es cuando Pillon, de común acuerdo con los jugadores, decide que el Ascoli no había sido correcto. "Sommese no se percató de que sus rivales habían parado porque había un compañero tirado en el césped. Pues nada más marcar, algunos de mis jugadores, con Amoroso a la cabeza, vinieron al banquillo y me preguntaron 'míster, ¿qué hacemos?'. Tomé la decisión en un par de segundos. Les dije: lo más justo es que les dejéis marcar un gol", cuenta a EL PAÍS.

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Ayer, cuando todos se hacían eco de su gesto, él apagó el móvil. "Ya ha pasado, está bien, todo ha sido muy bonito, pero yo ahora tengo que currar, concentrarme en mi trabajo y en el equipo", dice a través del teléfono. Habla despacio, sentado en el asiento de un autocar camino a Bari. No es un desplazamiento de Liga, no hay jornada entre semana. "He decidido concentrar al equipo porque llevamos demasiado tiempo sin conseguir un buen resultado. Algo hay que hacer", cuenta. El Ascoli marcha antepenúltimo. Cuando el técnico decidió hacerse marcar un gol por el Reggina, iba ganando por 1-0, y terminó perdiendo por 1-3.

Los aficionados montaron una protesta en el estadio. Y obligaron a los jugadores a quedarse dos horas en el vestuario. "Una cosa es que organicen una protesta por lo mal que va el equipo, pero otra es reprocharnos que dejáramos marcar a los rivales. Eso es lo que más amargura me ha causado", dice, y confiesa que el presidente del club le apoyó en el gesto a pesar de la derrota. ¿Se ha arrepentido? "No. Pero no sé si lo volvería a hacer. Ha sido un gesto dictado por la inconsciencia y por la situación. Te ves obligado a tomar una decisión en tan sólo un par de segundos. Creí que era la cosa más justa, 24 horas después lo sigo pensando pero no sé si me vería capaz de volver a hacerlo", confiesa.

Pillon tiene 56 años, ha sido jugador -se formó en las categorías inferiores del Juventus pero nunca subió al primer equipo- y técnico de 13 equipos. El año pasado estaba sentado justo en el banquillo del Reggina. Pero dice que eso no tiene nada que ver con el gesto. Ni con que se montara una tangana tremenda. "Con o sin pelea, lo habría hecho igual. Si vienen mis jugadores y me preguntan 'qué hacemos', pues alguna decisión hay que tomar. Ahora igual parece absurda, pero no se puede juzgar sin estar ahí sentado. En ese momento no te das cuenta de nada, todo es muy tenso y anómalo", analiza. Tan anómalo que ya no disfruta. "El 'calcio' está enfermo. Yo no lo disfruto. Ha dejado de ser un juego y una fiesta. Todo es tensión y exasperación porque sólo importa el resultado. La culpa es de todos nosotros y de los intereses que giran alrededor del fútbol. Me he dado cuenta saliendo al extranjero: te oxigenas, vuelves y luego lo ves todo con ojos distintos", reflexiona. Hace poco fue a ver a su amigo Carlo Ancelotti, con el que hace muchos años hizo el curso de entrenadores en Coverciano. Pasó una semana con él en Londres para ver cómo trabaja el Chelsea. "Carlo es un ejemplo en el 'calcio' por su calma y tranquilidad. Y la 'Premier' también. Allí no se dramatiza tanto: allí al estadio van las familias... en Italia ni en Segunda se puede hacer eso", lamenta.

Bepi Pillon, técnico del Ascoli.
Bepi Pillon, técnico del Ascoli.

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