Lagun Aro se consolida

El Lagun Aro se reencontró con el triunfo ante el Gran Canaria, en un partido vibrante y emocionante, de mucho sudor y esfuerzo físico. El equipo de Pablo Laso sumó su cuarta victoria de la temporada y superó con una buena nota, la prueba de fortaleza ante el conjunto amarillo. Una gran defensa junto a la fluidez en su ataque propició un excelente botín para el equipo guipuzcoano que sigue en puestos de play-off confirmando un buen arranque liguero. Una victoria colectiva, liderada por su tridente mágico en ataque con Barbour, Ignerski, Panko y sostenida por la garra de David Doblas en el instante final.

El conjunto blanquiazul salió muy concentrado a la cancha, marcando el territorio con acierto en el tiro exterior, con dos triples consecutivos de Ignerski, con firmeza en su actitud defensiva y dominando el rebote. El Gran Canaria aterrizó tarde y mal, en el pabellón donostiarra, muy frío, incomprensible para el talento que atesora.

El equipo guipuzcoano jugaba cómodo en ataque bajo el liderado del escolta americano Antwain Barbour con 11 puntos en el primer cuarto. El Lagun Aro le endosó al equipo isleño, un duro correctivo, un demoledor parcial 20-2, bajo la atónita mirada de Pedro Martínez en el banquillo. El técnico barcelonés ordenó el cambio en la defensa, de zonal a individual y la presión surtió efecto, con el australiano Kickert que asumió la responsabilidad en ataque.

En el segundo cuarto llegó la respuesta del conjunto canario que le devolvió la moneda con un parcial 0-11 y el acierto anotador del escolta americano Carrol. La afición se enfadaba con las decisiones arbitrales que castigó a Laso con una falta técnica. Demasiado castigo para llegar al descanso con un apretado 39-37.

El tercer cuarto comenzó con la inspiración del base Norris, con un triple que ponía por delante, por primera vez, en el marcador al equipo grancanario 39-40. No bajaba la inspiración en el ataque del Lagun Aro para llegar a un abierto y emocionante último cuarto. El encuentro maduró desde la zona de tiros libres, infalibles Barbour y Panko, con una gran imagen de casta y coraje en la recta final del partido bajo el aplauso de una feliz afición con su equipo.