Éste no es mi Tiger
Woods no pasa el corte por segunda vez en un 'grande' y García avisa: "Tengo ganas de luchar"
Por sus ropas los conocerás. John Daly viste como vive, llamando la atención. Los jóvenes japoneses van a la moda, todos igual, con sus cinturones de colores. Rory McIlroy se confunde entre un grupo de adolescentes. Y Tiger Woods parece un superhéroe vestido de negro, la ropa bien ajustada para marcar sus músculos, para mostrar la tensión de su cuerpo, que es también la tensión de su mente, de su juego, siempre exigido al máximo. Tanta presión que ayer la cabeza le explotó, sufrió un cortocircuito y se quedó fuera del corte en el Open Británico, la segunda vez en su carrera que no llega al fin de semana en un grande —la primera fue en el US Open de 2006 tras morir su padre. "Fue un problema tras otro", dijo Woods, tampoco muy preocupado, más "hambriento" que otra cosa. El Tigre se despidió para desconsuelo del Open (menos gente todavía para el sábado y el domingo, menos audiencias) con una tarjeta bien fea: cinco golpes sobre el par, tres bogeys y dos doble bogeys entre los hoyos 8 y 13, los de su hundimiento, y casi la mitad de las calles perdidas en el torneo. Irreconocible, vaya. Ahora sólo le queda el Campeonato de la PGA, en agosto, para cubrir su habitual cupo de un grande al año.
RESULTADOS SEGUNDA JORNADA
1. S. Marino y T. Watson (EEUU), 135 golpes (cinco bajo el par).
3. M. Calcavecchia (EEUU), 136.
4. Miguel Ángel Jiménez, 137.
14. Sergio García, 139.
29. G. Fernández-Castaño, 141.
Tiger pagó a ratos su frustración con el palo mientras Sergio García cerraba el puño de felicidad, o sea, el mundo al revés. Al mal tiempo puso El Niño su mejor cara, y eso es noticia. El castellonense está feliz, optimista como nunca, henchido de confianza, ante una "buena oportunidad". "Veo muchas cosas positivas. Me había venido abajo hace un tiempo, pero he salido. Ahora tengo más ganas de luchar", contó. Parece que va en serio y no está Woods por medio. A cuatro golpes de los líderes, Steve Marino y el sorprendente y ovacionado otro día más Tom Watson (recuerden, 59 años), Sergio escolta a Jiménez, a dos impactos de la cabeza, superviviente al final de un día que empezó con mala pata cuando perdió el punto de mira y las calles en los primeros hoyos, aunque, sabio él, se agarró al campo con uñas.
Se apagó el sol y los bandazos imprevisibles del viento y la lluvia pusieron las cosas muy chungas: sólo siete jugadores, entre ellos Sergio, bajaron del par y las bolas se escondieron mucho tiempo en las espigas. También resistió Castaño, a seis golpes de los primeros. Adiós a Álvaro Quirós, que sigue sin pasar el corte en un grande (ya van tres). El primer día perdió la confianza y ayer ni siquiera jugó bien desde el tee, "colapsado, agotado mentalmente", mientras Pepín Rivero, su entrenador, se daba cabezazos viendo una tarjeta de ocho sobre el par: "Los putts, los putts nos han fallado". En el viaje de vuelta coincidirá Quirós con Pablo Larrazábal, a quien un marcador de +20 dejó sin explicaciones.
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