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EUROLIGA | MACCABI 69 - REAL MADRIR 73

Raúl López lleva al Madrid a cuartos

Los blancos ganan en la cancha del Maccabi y se clasifican para los 'Play-Off' con 17 puntos del base catalán

En un campo mítico y siempre complicado, el Madrid consiguió una gran victoria que trae premio. Ya está en cuartos y el miércoles que viene se juega con el Barça el primer puesto del grupo y la ventaja de campo en cuartos. Todo un éxito cimentado en un trabajo colectivo muy convincente durante casi todo el encuentro y que estuvo a punto de tirar por la borda en los dos últimos minutos, curiosamente el terreno donde en las otras jornadas cimentó sus milagrosas remontadas. Hasta mediados del tercer cuarto, el Madrid rayó la perfección. Su ataque tuvo una fluidez desconocida y sacó petróleo en el rebote ofensivo. De lo primero tuvo mucha culpa la inclusión en el quinteto titular de Raúl López, al que tanto se le ha echado en falta en los últimos tiempos.

MACCABI ELECTRA 69 - REAL MADRID 73

MACCABI: Arroyo (26), Brown (4), Burstein (-), Gaines (2), Fischer (13) -quinteto inicial- Casspi (15), Eliyahu (9), Hagag (-), Sharp (-).

REAL MADRID: López (17), Bullock (15), Mumbrú (8), Hervelle (7), Reyes (13) -quinteto inicial- Sánchez (3), Tomas (3), Massey (3), Van den Spiegel (4).

PARCIALES: 17-26, 18-20, 16-10, 18-17.

ÁRBITROS: Luigi Lamonica (ITA), Sasa Pukl (ESL) y Milija Vojinovic (SER).

ESTADIO: Nokia Arena. 11.000 espectadores.

Raúl es diferente, y su estilo resulta único por su capacidad de dotar de vitalidad las operaciones de su equipo. En cuanto a los rebotes, Hervelle y el de siempre, Felipe Reyes, remendaron los pocos errores cometidos por los excelentes Bullock y Mumbrú. Pero la mejor noticia fue que una de las problemáticas más importantes que han sufrido los blancos, la poca aportación de los actores secundarios, en esta ocasión no fue una carga y los cambios no variaron la buena dinámica inicial.

Entre las magníficas prestaciones de casi todos y la constatación de que cualquier parecido de este Maccabi con otros anteriores es pura coincidencia, el dominio blanco fue insultante hasta llegar a una llamativa diferencia (23-39, minuto 4 del segundo cuarto) que mantuvo en buenos términos hasta el despertar de Carlos Arroyo, que jugando solo contra el mundo y tirándose hasta las zapatillas, consiguió punto a punto, colocar el partido nuevamente en discusión (63-68, a falta de cuatro minutos para el final). Llegar en un campo como el del Maccabi con el encuentro en el alero nunca es recomendable, como ha demostrado sobradamente la historia.

Pero si el Madrid no lo jugó con excesiva templanza en esas jugadas decisivas, los rivales fueron aún más erráticos. Fue Raúl López el que cerró la discusión con dos tiros libres, siendo lo más coherente con un partido en el que el base madridista volvió a demostrar que su talento no tiene precio, y menos en un equipo tan necesitado de aumentar la nómina de jugadores útiles. Aún considerando la endeblez de este Maccabi, ganar en este pabellón nunca deja de ser un triunfo del que poder presumir. Si supone llegar a unas alturas de competición europea que hace años que el Madrid no saboreaba, la satisfacción debe ser doble para un colectivo que ha sabido sobreponerse en muy pocos días al varapalo copero.

Bullock entra a canasta ante los jugadores del Maccabi.
Bullock entra a canasta ante los jugadores del Maccabi.

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