Federer no perdona a Stepanek

El suizo Roger Federer no quiere ceder comba ante el empuje del nuevo relevo en la cúpula del tenis mundial y ha demostrado que no está en el olvido al derrotar al checo Radek Stepanek, 30 del mundo, por 6-3 y 7-6 (6) en su debut en el Masters de Madrid. En una jornada con susto, después de que el español Rafael Nadal se borrase del cuadro de dobles, por precaución por una contractura lumbar derecha, y en la que cayeron tres cabezas de serie, el ruso Nikolay Davydenko (5), el español David Ferrer (6) y el chileno Fernando González (12) y en la que hubo dos abandonos, el del rumano Victor Hanescu y el finlandés Jarkko Niemien, Federer, campeón en Madrid en 2006 y finalista en 2007, dictó su ley.

Para los que creen que la 'Era Nadal' ha acabado con la 'Era de Federer' el suizo tuvo respuesta en una hora y 29 minutos para sentenciar a Stepanek, uno de los nueve jugadores que este año le han hecho doblar la rodilla (el checo, en los cuartos de final de Roma), en una temporada insólita, incluso mediocre para él, en la que solo ha ganado tres títulos, Estoril, Halle y Abierto de Estados Unidos y ha perdido cuatro finales, las cuatro contra Nadal (Montecarlo, Roland Garros, Wimbledon y Hamburgo). Roger despejó las dudas, y con su habitual juego preciosista asestó un golpe de fuerza para no quedarse a la cola de Nadal, y de Djokovic, que hoy venció en dos horas y 19 minutos al rumano Victor Hanescu, por 6-7, 7-6, 3-1 y abandono por lesión, o del argentino Juan Martín Del Potro.

El tenista suizo Roger Federer se ha clasificado con solvencia para la tercera ronda del Mutua Madrileña Masters Series de Madrid tras derrotar en dos mangas al checo Radek Stepanek por 6-3 y 7-6(6), en un partido donde no pasó serios apuros salvo en los compases decisivos del segundo set. El helvético, ganador de la cita en 2006, parece ir poco a poco encontrando su mejor tenis, el que le llevó a disputar final tras final de ''grandes'' y que se ha revitalizado tras la medalla de oro olímpica junto a Stanislas Wawrinka y, sobre todo, su victoria en el Abierto de los Estados Unidos.

Ante un rival siempre complicado en este tipo de superficies como Stepanek, que este año le había derrotado en los cuartos de Roma en tierra batida, el de Basilea se mostró sólido y no ofreció demasiadas concesiones al checo, que únicamente pudo forzar al número dos del mundo en el tie-break del segundo parcial, cuando su saque funcionó. Federer estuvo muy seguro con su servicio (10 ''aces'' y ninguna bola de rotura en contra) y además, como antaño, supo sobreponerse a las pocas situaciones complicadas que tuvo en el partido como el décimo juego del segundo set o el 5-3 y servicio de Stepanek que se encontró en la ''muerte súbita''.

Hasta esos instantes el partido había sido de color del suizo. Rompió pronto en el primer parcial aprovechando la debilidad del saque del centroeuropeo y no ofreció resquicios con su saque para asegurarse fácilmente la delantera en el partido (6-3). El panorama cambió en la segunda manga. Stepanek continuó con su juego agresivo, pero sí le entró su primer saque (Federer sólo logró un punto con el primer servicio de su rival) y consiguió apretar las cosas, aunque no gozó de opciones reales de rotura. Con 5-4, forzó al de Basilea, pero éste respondió y decidió el tie-break. En éste, el checo no varió su táctica y se llegó a colocar con 3-5 arriba y servicio. El número dos del mundo no se inmutó y se benefició de los regalos de su rival. Una doble falta inesperada (4-5) y una aparentemente sencilla volea estrellada en la red dieron la delantera al helvético (6-5), que en su segunda bola de partido no perdonó para citarse con el francés Jo-Wilfried Tsonga.