Nadie puede con las piernas de Contador

Otro día más, Alberto Contador ha vuelto a demostrar que está por encima del resto de corredores del pelotón, imponiéndose en la decimocuarta etapa de la Vuelta ciclista a España, que ha cubierto el recorrido entre Oviedo y la estación de esquí Fuentes de Invierno con un recorrido de 158 kilómetros. Hasta el último puerto no se ha decidido la carrera cuando un ataque de Ezequiel Mosquera ha roto el ritmo de Alejandro Valverde primero y Carlos Sastre después. Los únicos que han aguantado el poderoso ataque del ciclista de Xacobeo Galicia han sido Contador y Leipheimer.

A falta de un kilómetro para meta, el de Pinto se ha puesto de pie en la bicicleta y ha vuelto a demostrar su buen estado físico llegando en solitario al final de etapa. Con este triunfo, Contador se consolida en la clasificación general de la Vuelta 08 y obtiene una ventaja de 1:17 segundos con su compañero Leipheimer y 3:41 con Carlos Sastre. Contador, único español que ha sido líder en las tres grandes junto a Miguel Indurain, ha mostrado su fortaleza, indiscutible y contundente. Ha saltado como un cohete arruinando las ilusiones del corredor gallego, artífice de la selección de favoritos en el tramo final.

El ciclista del Xacobeo Galicia soñaba con que el Astana le dejara ganar, pero en la Vuelta nadie regala nada. El campeón de Pinto desenfundó de nuevo, imponiendo la ley del jefe del pelotón, y se ha ganado el derecho a ponerse la montera picona asturiana en el podio, de donde no se bajará hasta Madrid. Ha aventajado en 2 segundos a Leipheimer y en 4 a Mosquera. El holandés Robert Gesink, que cotiza al alza, pasó a 20 junto a Carlos Sastre, otra vez en apuros, lejos de sus momentos más felices. Alejandro Valverde ha trabajado con su equipo por lo máximo, pero se dejó en el empeño un minuto.

"Estoy en un momento dulce y quería aumentar la ventaja", ha confesado Contador. Dicho y hecho. La montaña asturiana ha zanjado el debate de la Vuelta: Contador se convertirá en el primer español en ganar las tres grandes por etapas. Lo admiten sus rivales. "Eso está claro", ha reconocido Valverde. Una jornada rápida, cerrada a 37 kms/hora. Una marcha considerable teniendo en cuenta que los corredores salvaron 6 puertos, tres de ellos de primera: La Colladona, La Colladiella y San Isidro, final de etapa.

El pelotón se ha movido desde la capital del Principado. En el kilómetro 15 ya se había formado una escapada de 11 corredores, con los españoles David Arroyo (Caisse D''Epargne), Xavier Florencio (Bouygues), Iñigo Landaluze (Euskaltel) y David García e Ivan Mayoz (Xacobeo). También viajaban el italiano Damiano Cunego y el belga Van Goolen. Una fuga controlada en todo momento por el Caisse D''Epargne. El objetivo era la victoria Valverde, destacado en el Angliru y ansioso por borrar el "despiste del Caracol". Los de Unzue nunca permitieron que el retraso superase la barrera de los 4 minutos.

Fin del sueño para los escapados

El ascenso a San Isidro ha cambiado el decorado. Los escapados tiraron la toalla uno a uno, hasta llegar a Van Goolen (CSC), el último en claudicar. El Astana tensó la marcha con Sergio Paulinho, pero fue Mosquera el que decidió quemar las naves para internar conocer la gloria de cerca. El gallego fundió los plomos a Valverde y Sastre y se quedó con los peores enemigos posible: Contador y Leipheimer. Como se dejó la piel para romper la carrera, el discípulo de Alvaro Pino esperaba un detalle de los corredores del Astana. No les llevó a pedir compasión "porque Contador salió a toda leche" y no le dio tiempo.

Y ahí se ha acabado la historia del sueño de Ezequiel y ha empezado el de Contador. Inapelable. Se ha puesto de pie en su bicicleta y a bailar la danza de los campeones. La que le ha puesto en la meta en un abrir y cerrar de ojos. La segunda clase magistral consecutiva. Juventud, divino tesoro. Mañana, el pelotón sale de Cudillero con dirección a Ponferradina, en una jornada con dos puertos de montaña, uno de primera y otro de segunda categoría.