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FÚTBOL | BARCELONA 2 - DEPORTIVO 1

La nostalgia apresa al Barça

Los azulgrana firman un remonte ante el Deportivo después de un partido escaso en juego

Al Barça le dio un ataque de nostalgia en una noche especialmente desagradable, y las pasó canutas para sacarse de encima al Deportivo, que ni quitó ni puso nada, sino que se dejó llevar por la corriente, a favor al inicio y en contra al final. Los azulgrana concedieron un gol nada más empezar y tardaron más de una hora en firmar el remonte después de un ejercicio poco futbolístico.

A falta de juego, se impuso el esfuerzo, una mala noticia desde el punto de vista barcelonista, más que nada porque había quedado contento con el derby. Ocurrió que el entrenador respetó más las jerarquías que el estado de forma de los futbolistas, y al Barcelona le salió un encuentro feo y pastoso, sin apenas oportunidades, pese a que formaron para la foto: Messi, Eto'o y Ronaldinho, suplente en Lyon y Montjuïc y titular en casa por completar una buena semana de entrenamiento en La Masia.

Aunque marcó de penalti, Ronnie continúa paralizado, Eto'o reapareció a destiempo como titular y Messi dio un paso atrás, como si se sintiera rebajado por la presencia del camerunés y el brasileño. La pulga no tuvo galones y jugó como un soldado más de una tropa descabezada.

Rijkaard tocó demasiadas teclas, alguna por obligación y otras por devoción, y el Barça fue un equipo irreconocible y desconectado durante mucho tiempo. Ni presionaba ni elaborada el juego, sino que calentaba en su cancha, como si aguardara a que le presentaran a su propia hinchada, falto como estaba anoche el barcelonismo de tensión competitiva, desmoralizado por el triunfo del Madrid, a disgusto con una ventolera que invitaba a resguardarse en casa después del puente. Hasta Valdés, que acude al campo los días de ensayo voluntario, se desentendió del partido y saludó a mano cambiada un disparo cruzado de Cristian que acabó en la red para sorpresa incluso del volante ex azulgrana. Igual resulta que el aire le dio vuelo a la pelota y despistó al portero, quien en cualquier caso respondió con una pirueta nada ortodoxa, fuera de lugar, tal que espantara una mosca en invierno.

El gol avaló la organización defensiva del Deportivo, un equipo inestable, como quedó expresado en el cambio de guardameta que ordenó Lotina después del error que tuvo Aouate la semana pasada en Riazor. Apareció Munúa y respondió a la confianza de Lotina con tres paradas consecutivas a un tiro libre directo de Ronaldinho en la única oportunidad que contaron los azulgrana en media hora.

Reapareció Ronnie y el Barça se paró de nuevo en exceso, más pendiente de la falta que del pase, la pared o el desborde, incapaz de abrir la cancha, de penetrar en campo ajeno. Juntó las piernas la zaga gallega y no concedía espacio ni remates. A Ronaldinho le costaba tenerse en pie, a Eto'o le podía la ansiedad y soltaba la pierna en lugar de acompañar la jugada y a Messi le emparedaban cada vez que se perfilaba en terreno gallego.

Pintaba mal el partido para el Barcelona, sin llegada ni arrebato, cuando apareció Iniesta y se paseó por la línea de fondo como un pajarito por el balcón y le sacó un penalti a Cristian. No falló Ronaldinho y respiró el barcelonismo, que quedó a la espera de tiempos mejores. Removió el entrenador la alineación en el descanso con la entrada de Deco por Zambrotta y el equipo ganó agresividad y fluidez a cambio de quedar más expuesto ante un contrario que funciona mejor en campo ajeno que propio.

El partido se convirtió entonces en una ruleta rusa, con llegadas en las dos áreas, circunstancia que delató la poca autoridad del Barça, consciente de que le cuesta Dios y ayuda remontar un marcador. Desbocados unos y otros en un correcalles, jugadores como Verdú o Cristian tuvieron tanta presencia ofensiva como Ronaldinho o Eto'o, agotado y sustituido por Bojan. Ya sea por casualidad o por uno de los guiños del fútbol, el gol de la victoria azulgrana llegó con el ariete catalán en el área. Puyol progresó por la banda, Bojan atacó el centro, Munúa metió la mano y Xavi la empujo a la red. El alivio azulgrana fue tan monumental que el equipo se cerró mientras la afición pedía la hora. Los días malos pasan mejor con las victorias mínimas. No se sabe dónde para el Barça.

Ronaldinho
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El equipo de Rijkaard sufre para conseguir la victoria tras un partido que se le ha puesto en contra desde el minuto dosVídeo: ELPAIS.com

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