Hamilton acaricia el título bajo la lluvia

Al desconocimiento de pilotos e ingenieros sobre la fisonomía del circuito de Monte Fuji se ha unido a última hora una protagonista de infortunio: la lluvia. La misma que minó la puesta a punto de los monoplazas en la crono del sábado ha sido hoy la culpable de las desgracias de Fernando Alonso. Espectáculo para unos, pesadilla para otros. El asturiano, fuera de carrera, concluye la cita japonesa dejando sobre mojado y a falta de dos grandes premios a Hamilton aún más líder y a Raikkonen más cerca de su nuca en la lucha por el segundo puesto de la tabla.

Ha sido tanta y tan continua el agua que ha caído sobre el trazado nipón que el morbo de ver un nuevo mano a mano Hamilton-Alonso en la salida se ha diluido con la presencia del safety car desde el inicio de la carrera. Sin adelantamientos hasta la vuelta 19 y una decisión de los comisarios de aplazar o cancelar la carrera, el inicio primer Gran Premio japonés en Fuji después de 30 años se ha convertido en una cita surrealista escasa de interés.

Ferrari ha aportado el único aliciente en mitad de la letanía sacando punta a la paradoja. En un osado intento de sorprender a los dos McLaren, Kimi Raikkonen y Felipe Massa -penalizado con un drive through (un paseo por la calle de boxes sin detenerse por adelantar con el coche de seguridad en pista) han tenido que calzar neumáticos de lluvia extrema y desechar su estrategia de gomas intermedias.

La procesión de monoplazas ha llegado su fin casi con 20 vueltas de retraso. La retirada del coche de seguridad ha devuelto el interés a la carrera, y los pupilos de Ron Dennis han podido, por fin, iniciar su litigio. A ciegas. El agua seguía cayendo a raudales y la pista, anegada, dejaba una estela tras el coche de Hamilton que impedía a Fernando Alonso luchar con el británico cuerpo a cuerpo. En igualdad de condiciones.

El inglés, por su parte, ha aguantado estoico el tipo y el liderato. Y Ferrari, inofensivo durante toda la jornada, no ha constituido una amenaza para el novato de McLaren, sí para Alonso. Felipe Massa ha vuelto a certificar que no se desenvuelve sobre mojado, y Kimi Raikkonen, desafortunado en la estrategia, ha firmado una tercera plaza importantísima para apostar por el subcampeonato del Mundo.

El Mundial se aleja

El liderazgo de McLaren se ha mantenido con el primer repostaje, pero el aparente dominio se ha quebrado en seguida con los accidentes. Primero Hamilton, tras un toque sin consecuencias con Robert Kubica (BMW), quien sí ha sido penalizado, y después Alonso, cuyo monoplaza ha quedado sentenciado tras el toque con Vettel (Toro Rosso). Era el preludio de la desgracia. Pese a todo y hasta su retirada, el asturiano no ha cejado en su empeño por buscar la cabeza de carrera, e incluso con el coche destrozado ha aguantado, ha forzado en su pugna con Raikkonen, hasta que el exceso de riesgo le ha pasado factura.

Pero la lluvia ha traicionado al bicampeón, que necesita ahora un milagro para volver a la lucha directa por el Mundial. Su hegemonía sobre mojado se ha visto truncada, víctima del aquaplanning (pérdida de control del vehículo al deslizarse por una capa de agua), cuando restaban 26 vueltas para el final, y dejaba en bandeja la victoria a quien menos deseaba: a Hamilton, que ha capeado con soltura el aguacero japonés a punto de expirar el tiempo máximo de carrera.

El final de carrera no ha sido menos intenso que los compases medios. El duelo de finlandeses, Heikki Kovalainen (Renault) y Kimi Raikkonen (que se queda a 17 puntos del rookie y a cinco del español), por el segundo y tercer puesto, y el de Massa con Kubica, incluido adelantamientos por la hierba y salidas de trazada para lograr la sexta plaza, junto a la victoria de Hamilton, reemplaza al tedio inicial por un final de temporada más apretado que nunca. Shangai y Brasil decidirán.

Se agotan las opciones