El coraje no bastó
El Getafe fue muy superior en la primera mitad, pero en la segunda los blancos buscaron con todo la victoria y merecieron mejor suerte
Menuda semanita le espera al Madrid. Tras el empate que sabe a poco frente al Getafe, vienen Bayern y Barça. Ser o no ser en la Liga y en Europa. Siete días de marzo que bien pueden valer una temporada. Y el primer asalto, duro e igualado, frente a un equipo compuesto y dispuesto, humilde pero con mentalidad de equipo grande, y lleno de hombres sin nombre con ganas de comerse el mundo.
Los de Schuster querían protagonismo desde el inicio e intentaron jugar como en casa, ocupando terreno, teniendo el balón, mirando al frente; nada más comenzar, dos faltas cercanas al área de Casillas, las dos sobre Mario Cotelo, y ambas lanzadas por Albín, pusieron cerco a la portería blanca y posicionaron a los azules en campo contrario. Incluso Albín marcó un gol que Teixeira Vitienes anuló.
Dominaba el Getafe, todos a bloque, jugando bien, con Casquero firme en el centro, Nacho incisivo por la izquierda y Albín listo y muy activo en la media punta. El Madrid, timorato, como si jugara fuera, a la contra, pero las llegadas de Reyes y Robinho eran de fogueo y los ataques se diluían a la orilla del área de Abbondancieri. El Getafe encadenó dos golpes que hubieran tumbado a cualquier rival, dos ganchos ganadores de Nacho y de Pulido, pero se estrellaron en Casillas y en el larguero. Y el Madrid, como espoleado, devolvió a su rival una pared entre Reyes y Van Nistelrooy que sacó bajo la línea de gol Paredes con extrema sangre fría. Reyes terminó lesionado tras la jugada y tuvo que abandonar el campo. Al rato, Beckham envió un tremendo zapatazo al larguero.
Parecía que el Madrid despertaba, que estaba dispuesto a luchar, que estaba encontrando, a base de coraje y esfuerzo, vías por donde atacar el entramado táctico de Schuster. Pero fueron los chicos del técnico alemán los que encontraron el gol en un estupendo pase de Mario Cotelo que resolvió con mucha clase Güiza.
Con el desconsuelo en las gradas y la alegría en el banquillo del vecino del sur, llegó el error del que menos se esperaba. El "Pato" estuvo pato y atajó mal un balón sin complicaciones, y al ir a despejarlo con el pie cometió penalti sobre Robinho, que anduvo listo. Van Nistelrooy no falló desde los once metros. El empate, en el cuarenta y cinco de la primera mitad. Se abría un nuevo partido.
Mejoría blanca; apagón físico del Getafe
Había más equilibrio, el Madrid, con un fútbol muy directo y con De la Red, que salió tras la lesión de Reyes, dándole mayor consistencia y sentido al centro del campo, estaba logrando limitar el dominio del Getafe, que elaboraba mejor pero no generaba jugadas de ataque tan claras como en la primera mitad.
Albín y Casquero estaban perdiendo gas y el Getafe lo notaba. La falta de fuelle retrasaba cada vez más las líneas del equipo de Schuster, que ya no buscaba el balón con la misma intensidad y cedía ante la verticalidad de los atacantes de blanco, sobre todo de Robinho, muy rápido y creativo por la izquierda. Buscó Schuster nuevas energías con Redondo y Alberto, nuevos bríos y, también, mayor control de la pelota, que el Madrid estaba apretando y era el equipo que más cerca estaba del gol; Cassano, que salió por Beckham, puso a prueba a Abbondancieri en una muestra de su enorme calidad. 'Talentito' fue, más tarde, objeto de un claro penalti que Teixeira Vitienes no pitó.
El Madrid, volcado al ataque, estaba superando claramente al Getafe por primera vez en el partido. Pero quedaban diez minutos. Y aunque los blancos vivieron en campo de los azules hasta el final, no pudo encontrar el gol que le hubiera acercado al Barça y al Sevilla. Sólo un empate. Y de penalti.
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