España accede invicta a la segunda fase
Los de Juan Carlos Pastor derrotan a la República Checa (35-29) y se enfrentarán a Rusia en la siguiente ronda
España conquistó la primera plaza del Grupo D y arrancará la segunda fase con dos puntos en su casillero, tras imponerse por 35-29 a la República Checa, en un encuentro que sirvió para engrandecer a un habitual secundario, como el extremo David Davis, y a toda una superestrella como Rolando Uríos. El conjunto español pareció haber aprendido la lección del encuentro inaugural y a diferencia de lo que ocurrió con los egipcios, hoy salió a la pista "enchufado" desde un principio, especialmente en defensa.
FICHA DEL PARTIDO:
35 - España: Barrufet; Víctor Tomás (1), Belaustegui (3), Chema Rodríguez (1), Alberto Entrerríos (2), Davis (7) y Uríos (7) -equipo inicial- Hombrados (ps), Garabaya (1), Garralda (-), Juancho Pérez (1), Lozano (-), Juanín García (6, 3p) y Romero (6, 4p). 29 - República Checa: Stochl; Filip (8, 2p), Juricek (1), Kubes (-), Jicha (5), Nocar (3) y Hazl (-) -equipo inicial- Galia (ps), Bruna (2), Hruby (1), Vitek (-), Sobol (-), Reznicek (3) y Horak (6). Marcador cada cinco minutos: 3-1, 8-4, 11-6, 14-10, 17-13, 19-15 (Descanso) 21-17, 22-21, 25-24, 28-26, 33-27 y 35-29 (Final). Arbitros: Methe y Methe (Alemania). Expulsaron por tres exclusiones al jugador español David Davis. Además excluyeron por dos minutos a Davis a Hruby, Reznicek y Jicha por la República Checa. Incidencias: Encuentro correspondiente a la tercera y última jornada del Grupo D disputado en el AWD Dome de Bremen ante unos 4.500 espectadores.
El 5-1 dispuesto por Juan Carlos Pastor maniató el juego ofensivo del conjunto checo, especialmente al cañonero Filip Jicha, el gigantón -2,01 m- sobre el que pivota el ataque estático del cuadro centroeuropeo, como demuestran los tan sólo dos goles que el jugador del Lemgo alemán anotó en la primera mitad. Además la efectividad en ataque del juego español en los minutos iniciales impidió la aparición de la otra estrella checa, el extremo derecho Jan Filip, un auténtico estilete al contragolpe. Por contra, la selección nacional desarboló el rocoso 6-0 de la
República Checa gracias a las penetraciones y las fintas de "jugones" como Chema Rodríguez, o el infalible Rolando Uríos que convirtió en penalti o gol cualquier balón que recibió en el pivote. De este modo, España logró rápidamente una cómoda ventaja en el marcador - 9-4 a los once minutos- que hacía prever un cómodo partido para el equipo nacional. Sin embargo, el cambió de defensa efectuado por los choques, curiosamente un 5-1 que parecía sólo podría traer más ventajas al juego de entre líneas español, hizo aflorar las dudas en los jugadores de Pastor. Fallos en el lanzamiento exterior, que parecieron contagiar un tanto a la defensa, que mostró numerosos problemas para detener las penetraciones del lateral izquierdo Pavel Horak y el derecho Tomás Reznicek.
No obstante, las precipitaciones del cuadro checo, impidieron que la ventaja española nunca se redujese por debajo de los tres goles (9-6) para llegar al descanso con un 19-15 favorable al equip nacional. La exclusión del avanzado español, David Davis, a los seis minutos de la reanudación, permitió a la República Checa reducir las distancias a tan sólo un gol (21-20), para acabar igualando el marcador (m.39), con un lanzamiento de Jicha desde su propia área, que sorprendió a Hombrados, que había sustituido a Barrufet al inicio del segundo tiempo. Veinte minutos en los que España debía demostrar el carácter ganador que le ha permitido ganar un oro mundial y una plata europea en los dos últimos años, un espíritu irreductible que hoy encarnó mejor que nadie el extremo del Ciudad Real David Davis. El jugador del Palautordera, con dos robos de balón y un preciso lanzamiento desde el exterior izquierdo, permitió pasar a la selección de un inquietante 24-24 a un 29-26, que pareció desatascar definitivamente el juego español.
Una reacción a la que se unió Uríos, con dos nuevos gol desde el pivote y un penalti, anotado por un infalible Juanín García en esta faceta, posibilitó el despegue definitivo del equipo español, que se puso (32-27) a falta de siete minutos para la conclusión. Tiempo que sirvió para que el hispano-cubano demostrase que hoy por hoy es el mejor pivote ofensivo del mundo, con una exhibición de recepciones, giros y tiros que sirvieron para culminar el triunfo español.
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