El Espanyol se queda a medias en Bratislava

El Espanyol inició su trayectoria en la Copa de la UEFA con un empate (2-2) ante el Artmedia de Bratislava en un partido que pudo ganar con cierta comodidad frente a un rival inferior que sin embargo, llegó a ponerse por delante en el marcador

El conjunto blanquiazul ofreció una imagen contradictoria: controló casi todo el choque con cierta solvencia, pero no lo ganó. Marcó dos goles, pero encajó otros dos en sendos errores defensivos impropios de un equipo de Primera división. Enseñó jugadores en buena forma, como Riera, pero perdió por lesión a David García.

Mantuvo una actitud encomiable en la segunda parte, pero se fue del partido durante los últimos minutos de la primera. Frente a un equipo muy limitado, que muy poco tiene que ver con el que disputó la pasada edición de la Liga de Campeones, el Espanyol dejó pasar una buena oportunidad de redimirse.

Ningún rival mejor que el Artmedia para borrar las derrotas del arranque de temporada (tantas como partidos oficiales), porque los eslovacos forman un bloque muy desmejorado, falto de fútbol, abonado a un juego simple, directo, basado en los pelotazos al área rival y séptimo clasificado de la Liga eslovaca. Sobre el maltrecho césped del Tehelné Pole, el Espanyol arrancó llevando la iniciativa.

Encontró en su banda izquierda un filón, gracias a la presencia de Riera y a la indolencia de Burak, y dispuso de varias oportunidades en los primeros compases que reflejaron su superioridad. El gol parecía cuestión de tiempo y la lógica se impuso a la media hora de juego en un inofensivo centro de Zabaleta que el portero eslovaco convirtió en un regalo. Empeñado en complicarse la vida, Kollar ni blocó ni despejó. Dejó el balón muerto en el borde del área chica, donde Riera sólo tuvo que acoplar bien el cuerpo para enviarlo a la red.

El Espanyol dejó pasar la oportunidad de sentenciar

Era el momento oportuno de cerrar el partido definitivamente y apuntillar a un rival ya arrodillado, pero el Espanyol, especialista en dejar pasar oportunidades y perdonar ante la meta contraria, eligió el camino equivocado.

Reculó, se dejó llevar como quien da por completado un trabajo hecho a medias y dio vida al Artmedia. En uno de sus habituales errores defensivos, el Espanyol se dejó empatar. Halenar, el delantero centro del Artmedia, aprovechó el agujero del centro de la defensa y remató de cabeza un buen centro de Kózak, ante la mirada de Torrejón y Jarque.

A fuerza de dejadez, el equipo catalán convirtió un rival desordenado y sin recursos en un grupo animado y jovial, muy confiado en sus posibilidades, crecido pese a la frialdad de su público. Más incluso cuando el conjunto eslovaco se adelantó en el marcador, al borde del descanso, en una acción similar a la del primer gol, un centro desde la banda derecha que la defensa fue incapaz de rechazar.

La invitación la recogió Tchur para colocar el 2-1 con la pierna derecha desde el punto de penalti y noquear al Espanyol hasta el tiempo de descanso. Le vino bien al conjunto de Valverde reflexionar en el vestuario, porque afrontó la segunda parte con mejor mentalidad. En cuanto se puso serio, el Espanyol maquilló el desaguisado. Supo controlar el balón, abrir el juego por las bandas y rebajar unos grados la efervescencia del Artmedia.

Empata Pandiani

Recuperado el mando del partido, bastó una combinación entre Rufete y Pandiani por el costado derecho para establecer el empate. El delantero uruguayo recogió la pared de su compañero, disparó a puerta y el balón rebotó en la espalda de Debnar antes de colarse en la red del Artmedia. Y en cuanto se liberó de la angustia de verse por debajo en el marcador, el Espanyol jugó prácticamente a placer.

Apenas se supo nada del Artmedia en la segunda parte y el partido se convirtió en un monólogo del bloque catalán. Buscó sin reparos el equipo de Valverde el tercer gol, pero falló en el último remate. Lo hizo Pandiani cuando conectó, libre de marca, una falta botada por Luis García que salió rozando el larguero. Tampoco estuvo certero Rufete cuando remató de cabeza un balón perdido en el punto de penalti que pedía un remate con la pierna izquierda.

El Espanyol apuró sus opciones de llevarse la victoria hasta el pitido final, pero ni el árbitro colaboró: el ruso Ivanov señaló el final del encuentro cuando Coro se disponía a sacar un córner.