Traumatismo en San Mamés
Gurpegui ingresado tras chocar con con su compañero Lafuente
A los 19 minutos, Luis Prieto, defensa del Athletic, pedía el cambio. "Veía nublado", dijo después Clemente, a raiz, al parecer, de un balonazo. A los 34 minutos, Lafuente sale a por todas cuando Gurpegui y Pisculichi vienen pugnado por la posición. El portero golpea con su rodilla en la cara del central del Athletic que cae fulminado.
Pisculichi marca y el árbitro pita falta, inexistente, contra el Mallorca. Gurpegui es atendido en la banda y retirado en camilla con dirección a una clínica bilbaina. Ambos, Prieto, y Gurpegui, sufrían traumatismo craneoencefálico: el primero leve, el segundo moderado. A los 42 minutos, Etxeberria pide el cambio por una contractura en el biceps femoral de su pierna derecha. Conclusión: el Athletic iba improvisando soluciones en un rondo de posiciones que acabó por desquiciarle y otorgar el mando del juego al Mallorca que había salido asustado y conservador.
El Athletic había marcado en el minuto 2, por una genialidad de Yeste (hizo más, pero no todas acabaron en gol), es decir se había apropiado de un partido que presumía difícil. Pero las lesiones le condicionaron. Así, según los accidentes físicos, jugaron como centrales, en distintos casos, Prieto, Ustaritz, Gurpegui y Murillo; como medios centros: Orbaiz, Gurpegui, Murillo y Tiko; como delanteros: Etxeberria, Llorente y Dañobeitia.
Demasiado ajetreo para un equipo que encontró el gol pronto, que tenía a Yeste en su versión genial e inteligente, manejando el partido a su gusto y gustándose en el juego y al Mallorca entregado a las apariciones estelares de Arango para derrumbar a la defensa rojiblanca.
Pero Yeste sólo no basta y los errores, en la defensa rojiblanca, no dejan de sangrar. Esta tarde le tocó a Expósito que se escurrió en el banderín de corner ante Tuni y para no hacer córner dejó que centrara y marcase Arango. Lo pagó tan caro que ya no hizo casi nada bien.
Al Mallorca, el gol le dio la vitamina de autoestima que necesitaba. Por ejemplo le permitió dominar el tiempo de juego, gracias al trabajo de galeote de Basina y la finura de Arango, aunque no impidó algunos sustos, como un voleón precioso de Etxeberria que Prats, soberbio toda la tarde, repelió con los puños. Luego llegó el gol injustamente anulado a Pisculichi en la lesión de Gurpegui y un tiro de Llorente, en su única acción positiva de la tarde. Clemente no cuenta con Urzaiz, al que ve viejo, pero esta tarde el joven riojano no reivindicó ni un ápice de su calidad. Fue un juguete en manos de Ballesteros al que nunca superó mientras San Mamés soñaba con los viejos duelos del central mallorquinista con el grade Urzaiz, en los que siempre pasaba algo.
La defensa del Athletic, muy tierna, muy nerviosa, se fue derritiendo en virtud de los falloos personales. Se hundió Expósito en el gol del Mallorca, se hundió Casas, que resbaló cada vez que quiso hacer un recorte, y se hundió Ustaritz, cuando cedió un balón de gol a Tuni que salvó Murillo. El Mallorca se apoderó del partido, aunque no supo traducirlo en el área. Llegaba por oleadas pero apenas inquietó en disparos ajustados. El Athletic con Dañobeitia y Llorente, dos muchachos sin minutos y con falta de carácter y experiencia, era una presa fácil para la defensa mallorquinista. Al menos Dañobeitia se llevó a su casa una volea que Prats despejó a córner. Llorente, no se llevó nada más que otra decepción, mientras San Mamés se hacía cruces por la ausencia de Urzaiz, con el que no cuenta Clemente. Todo fueron accidentes en San Mamés, menos el empate que no disgustó ni al Athletic, ni al Mallorca.
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