El Atlético se vuelve a despistar

Por séptima vez en las 16 jornadas de Liga que se llevan disputadas, el Atlético se dejó parte del botín en el tramo final por un despiste. Una situación casi endémica y que se repite con una frecuencia que parece excluir a la casualidad. Además, el Mallorca se encontró con un jugador más por la justa expulsión de Falcón con media hora de partido por delante. Lo aprovechó.

En los primeros compases del encuentro, la defensa del Mallorca tuvo la firmeza de un flan. Se la jugó Cúper, disponiendo una alineación con las fichas cambiadas por culpa de las lesiones. Así, un extremo —Campano— actuó como lateral, y un lateral —Navarro- hizo las veces de central. Un fiasco defensivo total, como lo atestiguan los dos goles tempraneros del Atlético. En el primero, que llegó a los cincuenta segundos de partido, un pase en profundidad desarboló la línea de contención balear. A Petrov le bastó con ponerle velocidad y Maxi Rodríguez remató a sus anchas, más solo que la una. En la jugada del segundo tanto, Torres burló la veteranía de Mark Iuliano, ex de la Juve, con un fino regate. El Niño sirvió la pelota directa a la cabeza de Colsa, que también gozó de una generosa libertad de movimientos en el área pequeña para anotar el segundo gol.

Con el 0-2 a favor, los cerca de doscientos atléticos presentes en Son Moix se temieron lo peor. Durante la primera vuelta, su equipo ha dejado escapar muchos puntos que ya tenía en el bolsillo. En la última jornada, cedió el empate en San Mamés, pero este lastre viene de lejos: también sucedió ante el Deportivo, la Real Sociedad y el Villarreal, entre otros.

Y en Son Moix, aparentemente con todo hecho, al Atlético le volvió a pesar su inocencia en el juego aéreo. En los últimos cuatro partidos, los de Bianchi han encajado cuatro goles de cabeza. Un córner peinado desde el primer palo por Pereyra volvió a descolocar a la defensa atlética, y la empanada la aprovechó Iuliano para cabecear en plancha. El Mallorca se metió en el partido, y el Atlético decidió echar el freno. Superada la pájara defensiva del primer cuarto de hora, los baleares comenzaron a mirar hacia el área rival. En el tramo final de la primera mitad sumaron un córner tras otro, para desesperación de la pareja de centrales del Atlético, Pablo y Perea, que veían volar los balones hacia el área con el corazón en un puño.

Tres minutos del segundo tiempo definieron el partido. En el setenta, Torres emuló al Cruyff de 1976 con un acrobático remate a bocajarro, pero Prats se interpuso en la trayectoria del balón. Un minuto después, el guardameta mallorquín resolvió un peligrosísimo mano a mano frente a Petrov y, en la jugada siguiente, el Atlético se quedó con diez: su portero, Falcón, fue expulsado por derribar a Víctor cuando éste encaraba solo hacia la portería.

La peor noticia para el Atlético es que el empate del Mallorca se vio venir desde el comienzo. Y llegó a siete minutos del final, tras un barullo dentro del área que Iuliano, otra vez, finiquitó de un zapatazo.