En los antípodas

En el camino de reencontrarse, de parecerse a sí mismo, el Villarreal arrolló en media parte al Mallorca, que sí es el mismo del ejercicio pasado: austero en su juego, liviano en defensa, inocente en ataque. En los antípodas se halla el Villarreal, que se siente importante y juega con el punto de altivez que requiere la nobleza alcanzada. Tres días antes, el Alcoyano ya había abochornado en la Copa del Rey al Mallorca, y Cúper castigó ayer con la suplencia a gran parte de los protagonistas de la debacle. De poco le sirvió. Le mató la calidad amarilla.

Se puede preparar un partido a conciencia, la tecnología ayuda a conocer todo lo concerniente al juego del equipo contrario, las formas, maneras y hasta los tics y manías de los jugadores. Y luego aparece la genialidad o un absurdo y determina el devenir de un partido. Riquelme lanzó un saque de esquina, no precisamente el mejor de su vida, aunque eso sí, con el efecto endiablado que da a su golpeo, y el balón se introdujo en la portería del Mallorca ante la pasividad de la defensa y del meta Prats. Gol olímpico. Posteriormente llegó la genialidad: gran pase de Riquelme al desmarque de José Mari que convirtió en oro de acrobático cabezazo. José Mari obtuvo el premio a su espléndido momento de forma. Su innegable trabajo no siempre va acompañado de la claridad en sus acciones. Ayer sí. Tuvo desborde, criterio y remate. Lo que se le pide a un delantero.

Bien es cierto que todo el acierto rematador que tuvo el Villarreal le faltó al conjunto isleño. Entre medias de los dos primeros goles castellonenses, los bermellones dispusieron de dos ocasiones ni que pintadas, con Arango como ineficaz protagonista. Sus remates se toparon con el palo y con Sorín, tras sendas jugadas del zurdo Tuni, de lo poco destacado en el conjunto isleño. Al final del primer periodo se acabó la poca incertidumbre del partido, con el gol del perseverante Forlán, que tuvo que rematar por tres veces para volver a encontrarse con el gol que se le resistía desde la primera jornada. Otra buena noticia para Pellegrini y para el Villarreal.