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Crónica:FÚTBOL | 8ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Getafe da gusto

El grupo de Schuster, en un partido brillante, golea al Zaragoza

El Getafe es el cabecilla de la revuelta anual entre los clubes modestos por invertir la jerárquía lógica en la clasificación. Definitivamente, no es casualidad su posición en la tabla. Da gusto ver jugar al equipo de Schuster. Recuerda a aquel Atlético de 1992, entrenado por Luis Aragonés, en el que el alemán ejercía de medida de todas las cosas. Un equipo rápido, sin adornos innecesarios, con mucho gol y buenos futbolistas.

Un conjunto directo, pero con detalles. De juego veloz, pero elaborado, bien pensado. De poco marear el balón, pero de toque preciso. Económico en los detalles, pero con recursos preciosistas cuando es necesario. Todo eso le sirvió para golear en media hora al Zaragoza. Media hora fantástica.

El Getafe funciona como un bloque, que es una frase molde muy elogiosa en el fútbol. Pero tiene nombres propios. Casi en cada línea cuenta con futbolistas apreciables. Por ejemplo, Güiza, un delantero admirador de Kiko —le imitó en su figura del arquero al celebrar un gol— que marcó dos goles y tuvo otras tres ocasiones fantásticas. Todas ellas fruto de jugadas elaboradas y pensadas por otros que luego él traducía a su propio lenguaje en el área.

Pero el Getafe tiene más gente, buena gente, en nómina. Por ejemplo, Paunovic, que hoy fue titular por primera vez. El serbio tiene una gran capacidad de asociación, buena técnica y una pierna izquierda más que correcta. Paunovic marcó un gol, el primero de su equipo, y se juntó con cualquiera que le guiñase un ojo. Cubillo, habitual suplente, se comió a Movilla. Un duelo definitivo en la suerte del primer periodo, porque el Zaragoza, sin centro del campo, dejaba vendidos a sus defensas, que, además, estaban espantosamente colocados. Conviene también citar a las bandas, Pernía y Cotelo. Y a Riki. Y a Gavilán, que le sustituyó en el segundo tiempo porque Riki no paraba de vomitar en el vestuario.

El equipo aragonés aguantó cinco minutos en el primer tiempo y acabó engullido por un torbellino de juego. Después, tras la bronca de Víctor Muñoz en el descanso y la salida al césped de Generelo por Capi para frenar la sangría defensiva, mejoró. El Getafe reculó y el Zaragoza, principalmente con tiros lejanos, embotelló durante algunos minutos, los primeros del segundo periodo, al Getafe. En esos instantes marcó dos goles y se metió en el partido. Le tocaba mover ficha a Schuster, que observaba que sus jugadores empezaban a sentir temblores. Quedaba media hora y la ventaja se había reducido a la mitad. Sacó a Gavilán y a Vivar Dorado y el encuentro se reequilibró. El equipo aragonés contaba con los lanzamientos lejanos de Ewerthon y el Getafe con su concepción del fútbol sin desmayo. Volvió a desequilibrar el conjunto madrileño, que marcó el quinto tanto y estuvo muy cerca de anotar el sexto.

Apenas hubo un lapso de más de cinco minutos en el que no sucediera nada interesante en el partido. Y eso, no es frecuente en el fútbol. Tampoco que el Getafe esté en puestos de Champions. Por ahora, se lo merece.

Pulido, en el centro, celebra con sus compañeros del Getafe el gol marcado al Zaragoza.
Pulido, en el centro, celebra con sus compañeros del Getafe el gol marcado al Zaragoza.EFE

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