El Zaragoza no abandona su sueño europeo

El Zaragoza, con una cómoda goleada sobre Osasuna, ha frenado en seco la racha de cuatro victorias consecutivas del conjunto navarro en la Liga y sigue con aspiraciones para jugar la próxima temporada la Copa de la UEFA. En un partido en el que el técnico de Osasuna, Javier Aguirre, reservó a alguno de sus titulares de cara al trascendental partido de vuelta de Copa contra el Atlético de Madrid, el Zaragoza tuvo más acierto en el remate en el primer periodo y sentenció en el segundo gracias a su mejor juego y, sobre todo, a su mayor fe en la victoria.

El equipo aragonés tuvo el acierto de abrir el marcador en su primer remate a puerta en el minuto 11, gracias al goleador David Villa, que lleva cuatro partidos marcando de manera consecutiva, tras un gran servicio de Rubén Gracia Cani a la espalda de la defensa navarra. El calor pareció aplatanar a los dos equipos hasta el minuto 23 en el que Iñaki Muñoz, a la salida de un córner, estrelló un misil en el poste de la portería izquierda del portal de Luis García. A partir de ahí las ocasiones comenzaron a llegar para uno y otro conjunto aunque las más claras llegaron en el minuto 34, en un intento de remate de cabeza de Patxi Puñal al que el cancerbero del equipo maño le arrebató el balón cuando estaba a punto de lograr la igualada, y, dos minutos después, otra del local "Oscar" González que rompió el fuera de juego y se presentó solo ante Ricardo Sanzol quien, con su salida, evitó que el Zaragoza aumentara su ventaja.

El partido se animaba cada vez más y cuando se aproximaba el final del primer periodo el brasileño Savio, que había estado muy activo, aprovechó una indecisión de la zaga pamplonica para, de volea, hacer subir el segundo tanto de la tarde al marcador. El mejor juego tras el descanso y la mayor frescura mental del conjunto de Víctor Muñoz, que vio el partido desde el palco al estar sancionado, acabaron por decantar con claridad el partido para los maños, que en poco más de un cuarto de hora marcaron dos goles y dejaron el encuentro decidido. El resto fue un entrenamiento con un Osasuna deseando que acabaran los 90 minutos cuanto antes y un Zaragoza que hizo disfrutar a su afición buscando adornarse en muchas acciones.