_
_
_
_
FÚTBOL | Vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones

Trezeguet y Zalayeta apean al Real Madrid de Europa

El Real Madrid choca contra el muro defensivo de la Juventus en un partido trepidante pero que al final terminó en bronca

El Real Madrid se va de Europa con la sensación de que no hizo todo lo posible para estar en la siguiente ronda. Nunca se enfrentó a un equipo italiano tan flojo, nunca jugó con tanta comodidad en un campo italiano, pero nunca hizo menos por ganar. No midió el riesgo de administrar tanto el gol que llevó del Bernabéu y su excesivo conservadurismo lo terminó pagando con el gol de Zalayeta, el mismo delantero que eliminó hace dos temporadas al Barcelona. El resto de la prórroga quedó reducida a un ejercicio inútil de intentar jugar al fútbol, con los dos equipos apurando sus escasas fuerzas y el balón viajando de un campo a otro, maltratado sin control hasta que caía en los pies de Ibrahimovic. El sueco fue el más lúcido en el tiempo añadido, todo lo contrario que Tacchinardi y Ronaldo, expulsados por una agresión mutua. El italiano golpeó al brasileño y éste respondió con una patada.

Dominio estéril

Como siempre, el Madrid comenzó el partido perdido, sin enterarse de nada. Es habitual que necesite varios minutos para meterse en los encuentros y ahí es cuando al equipo sólo le sujeta Casillas. Con otro portero, el Madrid probablemente no hubiera llegado ni a Turín y tendría la Liga aún más lejos. Esta vez el damnificado fue Ibrahimovic, que, en fuera de juego, aprovechó el enésimo fallo defensivo de Roberto Carlos para rematar sin oposición en el área pequeña. El disparo del sueco no fue de manual, pero los reflejos de Casillas evitaron un gol que ya celebraban algunos en la grada. Y sólo era el minuto 5.

Fabio Capello presentó una alineación más ofensiva que de costumbre, con Zambrotta en el puesto de Nedved y tres hombres de ataque, pero este cambio sólo le sirvió para inquietar al Madrid durante 15 minutos, el tiempo que le duraron las ideas a un equipo demasiado plano. A partir de ahí el Madrid se quedó con el balón y encontró a un Ronaldo muy activo, que protagonizó un precioso duelo con Cannavaro, central al que el Madrid rechazó por su edad y presuntos problemas físicos y que paró con bastante inteligencia al brasileño. Olvidadas las bandas y con Guti en el banquillo, al Madrid le bastó con tocar en el centro, donde siempre apareció Zidane, para dormir el choque. No se lanzó a por el gol y quizá ahí se equivocó. La Juventus es inferior y el Madrid no midió el riesgo de dejar con vida a los de Capello

El miedo a Ronaldo

El temor que tenían los italianos a Ronaldo quedó más que justificado con una arrancada del brasileño al salir de los vestuarios. Agarró el balón en el centro del campo, sus rivales persiguieron su sombra sin éxito, llegó hasta el área y su disparo a duras penas pudo mandarlo al poste Buffon. Después de ese latigazo de Ronaldo el partido bajó de velocidad y volvió a jugarse a ese ritmo lento que tanto le gusta y en el que tan cómodo se encuentra el Madrid.

Decía el entrenador brasileño Tim que el fútbol es una manta corta y por eso cuando te cubres los pies te destapas la cabeza, y viceversa. Pues la manta del Madrid además de ser corta es estrecha. El equipo jugó muy junto, mérito de Luxemburgo, pero como no utilizó las bandas el encuentro quedó reducido a un rondo en el centro del campo. Sí, el Madrid tuvo el balón, pero no volvió a crear peligro.

Capello renunció a su planteamiento inicial y la Juve recuperó la forma que más le gusta a su técnico. Pessotto y Del Piero se fueron al banquillo, Zambrotta pasó al lateral izquierdo, Tacchinardi entró para cubrir las espaldas a Emerson y Trezeguet se situó junto a Ibrahimovic y Zalayeta. Los movimientos de piezas despistaron al Madrid, sobre todo a su defensa, que en una acción surgida de la nada vio pasar el balón de un lado a otro hasta que llegó a Trezeguet, que marcó de forma acrobática. Zidane ya lo vio desde el banquillo, adonde se fue poco después Beckham lesionado.

Situado contra la pared, el Madrid se acordó de atacar, Figo y Solari buscaron más las bandas y Ronaldo los espacios, pero el gol no apareció. La reacción llegó tarde y de forma atropellada. El Madrid no se decidió antes a acabar con el partido y lo pagó con la prórroga.

David Trezeguet, de espaldas, celebra el gol con sus compañeros de equipo.
David Trezeguet, de espaldas, celebra el gol con sus compañeros de equipo.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_