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Crónica:FÚTBOL | 25ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna pierde el honor

No iba mal Osasuna. Tampoco estaba el equipo navarro para tirar cohetes, en la mitad de la tabla con ocho victorias y seis empates en 24 jornadas, pero desde luego no apuntaba maneras para la catástrofe. O quizá sí, tal vez un dato invitaba al desasosiego: 39 goles en contra, el peor registro de Primera división. Hoy son 45. Hasta seis sopapos le ha estampado el Málaga, que ni siquiera así logra superarle en la clasificación. Pero que le quiten lo bailado.

El equipo de Antonio Tapia no dio opciones a Osasuna. Cuando los rojillos habían tenido tiempo de tocar el primer balón, al bueno de Juancho Elía le tocó recoger el primer balón de la red. Apenas habían transcurrido un par de minutos y Miguel Ángel convirtió un pase en profundidad en un derechazo cruzado imparable. La tarde comenzaba con mal pie en El Sadar. Y el despiste colectivo de los de Aguirre en defensa no invitaba a pensar en remontadas.

Tan sólo diez minutos después el desconocido conjunto blanquiazul celebraba con furia el 0-2, obra de Duda. Una incomprensible parada de Elía a pase de Josetxo —por tanto, cesión— generó la ocasión para los malacitanos y el delantero portugués aprovechó el regalo con un fuerte disparo tras pase en corto de Miguel Ángel. Después de dos acercamientos pamplonicas —con un gol anulado a Milosevic por fuera de juego y un remate alto del propio jugador balcánico—, Miguel Ángel volvía a llevar el congojo a El Sadar con un derechazo al poste. Minutos después, Baiano sentenciaba el partido con el tercer tanto blanquiazul, tras cruzar raso un balón en profundidad colocado por el propio Miguel Ángel. Aguirre, que prometía regalar a los suyos una bronca de órdago, no daba crédito.

La vida siguió igual tras el paso por vestuarios. Osasuna siguió pagando muy caro sus errores. Nada más comenzar, y de nuevo en la primera llegada, Baiano repetía como goleador anotando el 1-4, después de aprovechar un error de Cruchaga. La rápida respuesta de Aloisi, que rompió su sequía goleadora después de controlar un balón centrado por Clavero, no sirvió de punto de inflexión, pese a la velocidad con la que el australiano recogió el balón de la red y buscó a la carrera el centro del campo.

El encuentro se quedó definitivamente sin historia con las expulsiones de Moha —por roja directa— y Cruchaga —doble amarilla—, que dejaba paso a los gritos del respetable contra el presidente osasunista Patxi Izco, e irónicos olés para el conjunto rojillo cada vez que ligaba tres pases seguidos. El quinto y sexto gol del equipo de Tapia, de Juan Rodríguez y Wanchope -ambos de cabeza-, sólo sirvieron para la estadística: el Málaga consiguió la mayor goleada a domicilio de la temporada 2004-2005. Hasta hoy tenía sólo 19 goles a favor, el segundo peor registro de Primera. Ver para creer.

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