Los penaltis dijeron... Portugal
El esfuerzo portugués por remontar un partido cuesta arriba, así como el temor de Eriksson, llevaron el partido a las penas máximas para decidir al duelista en semifinales
Portugal es la primera semifinalista de la Eurocopa. Los anfitriones han eliminado a Inglaterra en los penaltis tras un partido vibrante, intenso, con cuatro goles y que ha mantenido el buen ritmo de los últimos encuentros del campeonato.
Portugal e Inglaterra empataron 2-2, por lo que decidieron los penaltis, con errores de Beckham y Vassell. El gol inicial de Owen, en el minuto 3, fue igualado 80 minutos más tarde por Hélder Postiga, recambio de Figo. Urs Meier anuló el gol del triunfo inglés en el 91 a Campbell. En la prórroga, un chupinazo de Rui Costa adelantó al mejor fútbol luso, pero Lampard igualó.
Lo que España no logró en noventa minutos, lo hizo Inglaterra en tres. Gol a Portugal, golazo de Owen, quien aprovechó una cesión temeraria de Costinha a Ricardo. Los leones ingleses se llegaron hasta el estadio de La Luz como conquistadores, robándoles el histórico papel a los anfitriones. Incluso con más ingleses que portugueses en la gradería, los pross se sintieron como en casa y mostraron una versión de juego ofensivo de primer orden, tipo checo.
En ausencia de Rooney, pronto lesionado, el héroe británico fue Michael Owen, hiperactivo arriba y acertado.
Inglaterra, en un partido acelerado, supo dar réplica a la reacción lusa. Portugal también mereció empatar, lo mismo que Owen casi se la juega de nuevo a Ricardo a la media hora. Fue un duelo sin concesiones, muy veloz, como una final copera, en la que cada acción en el área se reclamaba como penalti. Los ingleses se marcharon al descanso confiados en sus opciones, cantando como en el pub. Los portugueses, más castigados físicamente, encomendándose a Fátima para revivir.
A la italiana no se gana
En la segunda parte, Inglaterra se echó definitivamente atrás. La declaración italiana de intenciones no pudo ser más clara por parte de Eriksson, pulido como técnico muchos años en el Calcio. Salió Scholes y entró Phil Neville. Sin comentarios.
Portugal, aunque con problemas para desbordar por banda, lo tuvo entonces más claro. El rival se encastillaba y necesitaba de un dragón (como el ex oportista Hélder Postiga) para vencer a los caballeros británicos. Ganar o morir, que diría Scolari. Y a ello se puso frente a un rival amenazante a la contra con Owen y Vassell.
Con el paso de los minutos, el calor y los minutos acumulados en cuatro partidos desde el pasado día 12, los portugueses comenzaron a dejar un tremendo espacio entre la defensa y el ataque. Heroico esfuerzo y polémico cambio, con la entrada de Hélder Postiga en lugar de Figo. Pero no fue para nada. Fue para empatar, en un cabezazo franco, sin oposición, tras un pase calmado de Simao.
En los instantes finales bien se pudieron ahorrar la prórroga los contendientes. Cabezazo limpio de Campbell al larguero y, luego, a las mallas. Pero el factor local, ese que tanto irritó en Corea y Japón, decidió a Urs Meier a anular la situación.
Locura en la prórroga
En la primera parte de la prórroga, Inglaterra mejoró su actitud y la pasión pareció pasarle factura física a los lusos. Aunque hubo ocasiones en ambas áreas, los ingleses acabaron por encerrar a Portugal. Pero sin gol y con un Beckham apagado (¡Gerrard y Scholes en el banco!). En el segundo periodo de la reanudación, la locura. Primero un chupinazo de Rui Costa y luego el empate de Lampard. Energía sin fin en La Batalla de La Luz hasta que decidieron los penaltis.
Y como manda la Historia, los más técnicos lo sacaron del estadio: Becks y Rui Costa. Para el recuerdo, el panenkazo de Hélder Postiga y el sexto y definitivo del portero Ricardo. El villano, Vassell, como Pearce en el 90 o Southgate en el 96.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.