Ferrero vence en cinco 'sets' al holandés Verkerk y mete a España en las semifinales

Juan Carlos Ferrero ha necesitado algo más de cuatro horas para doblegar esta tarde a Martin Verkerk (6-4, 6-7 (5), 4-6, 7-5 y 6-1), y lograr para España el tercer y definitivo punto de la eliminatoria contra Holanda. En las semifinales, el conjunto que dirige Jordi Arrese se medirá a Francia, que ha roto el empate frente a Suiza tras anotarse el quinto punto -Nicolas Escude se impuso en tres sets a Michael Kratochvil-. La eliminatoria se jugará en España del 24 al 26 de septiembre.

La exitosa jornada para los españoles la ha acabado de redondear el mallorquín Carlos Moyá, que ha sumado el cuarto punto al imponerse al holandés Sjeng Schalken en dos sets (6-3, 6-4), en un partido sin demasiada historia, ya que la eliminatoria estaba ya sentenciada.

En el anterior y decisivo partido, Verkerk se lo puso difícil a Ferrero, pero quizá por el cansancio acumulado tras ganar el dobles esta mañana junto a su compañero Lottum (3-6, 2-6, 6-4, 6-2 y 6-2), el holandés terminó cediendo. Pero la fuerza con la que irrumpió el español en el partido fue un espejismo. Verkerk, una excepción, cedió su saque en el primer juego. El valenciano cerró el parcial de corrido (6-4). El panorama empezó a cambiar después. La igualdad con la que transcurrió la segunda manga se rompió en el sexto juego. La pinta era inmejorable para el español (4-3). Verkerk hizo break por primera vez y el duelo terminó abocado al desempate que se adjudicó el tenista naranja (7-6). La igualdad dejó tocado a Ferrero, que pareció irse del partido. Entonces apareció el mejor Verkerk.

El saque fue una garantía para el holandés. También su derecha, que castigó permanentemente el revés del español, víctima de insospechados errores. El duelo se puso del lado holandés (4-6). La dinámica no cambió hasta el ecuador de la tercera manga. Entonces surgió el mejor Ferrero.

La dureza mental que evidenció el valenciano desde ese momento desarboló a Verkerk. El cuarto set fue equilibrado hasta el final. Ferrero rompió el saque en el momento preciso, en el duodécimo parcial y logró el empate (7-5). No tiene rival el español en esta situación. Sobre todo si encuentra su momento. El holandés se dio cuenta y se diluyó. No vio opción en tales circunstancias. Fue entonces cuando acusó el esfuerzo. Ferrero fue un rodillo y vapuleó en el cierre para sellar la tercera semifinal de España en los últimos cinco años.