Un proyecto deIberia

“Creo que el bolso tendrá un uso mayoritario entre los hombres. El que lo utiliza se da cuenta de lo necesario que es”

ALEJANDRO GÓMEZ PALOMODISEÑADOR DE MODA

Foto: MOEH ATITAR

El cordobés Alejandro Gómez Palomo, creador de la marca Palomo Spain, viste desde hace ocho años a unos pocos hombres que ya incluían en su armario prendas y acabados habitualmente asociados a las mujeres y enseña a muchos otros que lo que sale de su taller, lo más descarado y lo más elegante, supone una liberación y un refugio para chicos hasta entonces sin referentes

Foto: MOEH ATITAR

Palomo Spain, una ‘patria’ que incluye a todos

El cordobés Alejandro Gómez Palomo, creador de la marca Palomo Spain, viste desde hace ocho años a algunos hombres que ya incluían en su armario prendas y acabados habitualmente asociados a las mujeres y enseña a muchos otros que lo que sale de su taller, lo más descarado y lo más elegante, supone una liberación y un refugio para chicos hasta entonces sin referentes

Mariano Ahijado

Sin hablar de ropa ni de moda, un lector que firma como Igonzal definió el trabajo de Palomo Spain en el bloque de comentarios de una pieza publicada el año pasado en EL PAÍS sobre el diseñador cordobés: “Palomo es un tratamiento anticaspa para España. Un orgullo de representación del país”. Responde en un hotel del centro de Madrid el aludido, Alejandro Gómez Palomo (Posadas, Córdoba, 1992), que desde 2016 lleva con seguridad Spain en su etiqueta y que ha abierto la mente de muchos con sus diseños descarados, con el pantalón que permite dejar el culo al aire, con prendas para hombres asociadas habitualmente a las mujeres, con moda sin género, con botas hasta las ingles... Y también con encajes, con lunares y volantes (“¿Por qué el hombre tiene que renunciar a llevarlos?”, se pregunta) o con brocados y mantón de manila “mediante una representación de los tópicos de una forma diferente, alejada de esa tienda de souvenirs con la gitana y el jamón cortado”. España se reconoce.

“La idea que yo traía ha causado un efecto. He aportado liberación al hombre. Y no ha sido una cosa efímera”, resume. “La marca, más allá de plantear una silueta o una prenda concreta, ha dado un espacio. Se me han acercado madres para decirme que su niño quería vestir así. Hemos acogido a muchos chicos que no sabían dónde encuadrarse, que querían jugar con su parte más femenina, que hasta entonces no tenían un referente. Palomo tiene algo de refugio”, asegura.

Alejandro Gómez Palomo, el pasado marzo en un hotel del centro de Madrid. El diseñador cordobés pertenece a esa generación en la que se encuadra Rosalía o C Tangana, que “se ha reenamorado de lo español y quiere hablar alto y claro de las cosas que se estaban haciendo en España”. Foto: MOEH ATITAR

Un tul rojo asimétrico con volantes en cascada y unos pantalones vaqueros de costuras retorcidas, uno de los looks que Palomo Spain presentó en Nueva York, en 2023. Foto: FRANCESC TEN/CEDIDA POR PELONIO

Palomo, en el mercado de la Paz (Madrid), el pasado marzo. “Mi generación ha sido muy cauta con el uso del color, ha usado mucho el negro. Y a mí me gusta, igual que el blanco. Pero yo no le tengo ningún miedo al uso del color”. Foto: MOEH ATITAR

Un top de encaje de corte torero y un vestido que transmite el movimiento que describe el baila flamenco. Foto: FRANCESC TEN/CEDIDA POR PELONIO

Pregunta: ¿Y ahora, qué?

Respuesta: Todavía no se ha completado el camino. Quiero normalizar mi mensaje. Que vaya llegando a diferentes estratos de la sociedad. Y afianzarme como marca y tener futuro. Las ideas y las prendas que propongo pueden parecer chocantes, pero terminan cogiendo peso y llegando a mucho más público. Alcanzan su pico dos o tres años más tarde, con la persistencia.

P. ¿En España se viste bien?

R. Vestimos peor que en otros lugares porque tendemos a acomodarnos, a imitar. Me da igual llevar los mismos zapatos que lleva mi vecina porque sé que si los lleva ella estoy haciendo lo correcto. Nos sentimos cómodos en ir iguales. En España es muy fácil distinguir por la calle a alguien que destaca, se te va la mirada muy rápido.

P. ¿Qué es vestir bien?

R. Ser coherente contigo mismo. Vestirte en concordancia con quién eres. Tomar elecciones libres. Y también ir un poco más allá, tener estilo. Vestir bien es tener un lenguaje propio.

P. ¿Y dónde se viste bien?

R. Donde hay menos ley en este aspecto. En Londres, que es muy anárquica. Desde el yuppie que va a la City con un traje enorme que ha comprado en una tienda de segunda mano y le queda grande y lo lleva con unas zapatillas de deporte con un pie gigante y unas gafas de montura al aire. O el punki total de Camden Town… Y en Nueva York, tan desordenada y caótica, donde hay una constante reivindicación de las libertades de cada uno y donde son tan agradecidos que si haces un mínimo esfuerzo en vestirte bien te dicen lo increíble que vas.

P. ¿Qué tiene Nueva York que no pasa de moda?

R. Me dicen que no es lo que era, ¡pues yo no sé cómo sería! Yo estoy enamoradísimo. Londres es mi exnovio y Nueva York es ese novio nuevo al que estás deseando ver todo el rato. Es una ciudad muy superficial, pero a la vez no está todo tan establecido y tan determinado como en Europa… No está tan definido lo que es bueno, cool, bonito, hortera o feo. Al final, todos tienen una oportunidad, encuentran su sitio.

Palomo está trabajando en la colección que presentará en la semana de la moda de Nueva York, en septiembre. Va a ser la quinta vez que desfile en Manhattan. Desde sus inicios, cuando completó su formación en el London College of Fashion y en la Central Saint Martins (Londres), fijó el taller en su pueblo, en Posadas: “El sitio donde vivo influye en la forma en la que brilla el color en mis diseños”, asegura. “Lo que veo a través de la ventana son unos colores vibrantes. Una buganvilla rosa fucsia que no puede ser más fucsia. Unos claveles rojos que no pueden ser más rojos”. También le ha marcado la iglesia, no como institución, sino como “el sitio donde más riqueza y glamur podía encontrar en mi pueblo”, lo que se ha traducido en terciopelos morados con bordados. En sus diseños se refleja “la luz y la alegría que tenemos de vivir aquí”, asegura en referencia a su tierra. “Yo no puedo diseñar igual que lo hace un diseñador belga o incluso uno vasco”.

“El arte me influye. Ha habido colecciones centradas en Velázquez o en Zurbarán. También me fijo en los libros de historia y en piezas de música”

Alejandro Palomo trabaja en su taller de Posadas (Córdoba) en los primeros bocetos de la colección que se exhibirá en Nueva York, en septiembre. Fotos: PACO PUENTES

“No solo me fijo en el arte romántico, también me encanta lo contemporáneo y cualquier cosa que me haga vibrar, desde una película a un libro de fotografía”

Recortes de secuencias de ‘Fiebre del sábado noche’ (1977) junto con tipos de tela e imágenes de prendas, ideas para concebir la próxima colección.

“Vamos a montar un ‘pop up’ este verano en Fire Island, una isla a la que van de vacaciones los gais ricos de Nueva York”

Palomo sostiene un pijama de satén con un encaje entolado, un diseño que formó parte de la colección que se presentó en la semana de la moda de Nueva York de septiembre de 2023.

P. ¿El bolso va a acabar teniendo un uso mayoritario entre los hombres?

R. Yo creo que sí. Iconos de la masculinidad como Jacob Elordi [uno de los actores de la serie Euphoria] lleva un bolso de Chanel siempre o un bottega. El hombre que empieza a utilizarlo se da cuenta de lo necesario que es. Yo no soy capaz de salir de casa sin bolso. No quiero llenarme los bolsillos de bultos, que si la funda de las gafas de sol.... Y luego que los bolsos son monísimos, pero es un accesorio carísimo.

P. ¿Se están repitiendo los mismos patrones de consumo con la ropa de segunda mano que los ya existentes en el fast fashion [moda rápida]?

R. Yo compro ropa de segunda mano desde que tengo 14 años. Al principio en mi entorno me decían: “¿Dónde vas con esa ropa de muerto? ¿Sabes de qué muerto es?”. El uso de la segunda mano es positivo. Ahora cualquier persona compra en Vinted [plataforma en la que cualquiera puede poner a la venta ropa de segunda mano], que me parece una opción tremenda. Nos hemos acostumbrado a comprar, a saciar ese deseo de llevar algo nuevo. Pero hay que saber cómo y hacerlo con cautela. Mira esta chaqueta que llevo. Me la habré puesto, no sé, ¡¿un millón de veces?!

P. ¿De dónde es?

R. De Balenciaga. Me la compré hace dos o tres años. Ya era de outlet. Luego conseguí otro descuento. Era la rebaja de la rebaja de la rebaja. Me costaría 600 o 700 euros. No hay mejor inversión que esa porque no he dejado de ponérmela. Luego llevo una sudadera Uniqlo, que es mi marca de fast fashion pecado. No copian. Te venden clásicos que van a estar contigo hasta que se rompan.

Los vaqueros que lleva son unos palomo. Ha multiplicado las pinzas clásicas de algunos pantalones chinos, que se encuentran justo debajo de la cintura, que suelen marcar la raya que recorre la pernera por el medio. “El otro día me decía [el cantaor] Israel Fernández que cuando de pequeño querían que fuera arreglado, le vestían con pinzas”, recuerda en esta entrevista de Talento a bordo, el proyecto de Iberia para promover el talento en español.

MI DEFINICIÓN DE TALENTO

“Es algo que te hace especial y tiene que servir para transformar o hacer pensar a la sociedad. Solo se demuestra con tiempo y con persistencia. Es fácil tener una idea brillante pero el talento reside en persistir y en seguir”

P. ¿Tiene sentido seguir llevando la palabra Spain en la marca?

R. Es la denominación de origen, del mismo modo que hablas de Prada Milano. Fue un momento reivindicativo del principio de mi carrera. Pertenezco a esa generación que se ha reenamorado de lo español, que quería hablar alto y claro a una audiencia internacional de cosas que se estaban haciendo desde España. No voy a dejar de estar orgulloso de mis raíces y de mis símbolos. He sido capaz de poner a España en el mapa internacional de la moda y no necesariamente ha sido reconocido. Creo que mi trabajo no se termina de tomar en serio. Gusta que esté ahí y hay gente por la calle que te lo dice, pero más allá de eso no me ha venido ningún gran inversor o mecenas.

P. ¿Tiene especial sintonía con alguien que viste bien?

R. Tengo sintonía con mucha gente, con gente que trabaja conmigo y con toda la gente que me acompaña en esos viajes a Nueva York… A ver, yo vivo en un pueblo en el que el 99% de la gente piensa, actúa, se viste y habla de una forma distinta a la mía. Sin embargo, tenemos una convivencia sana. De cualquier situación puedes extraer un poco de cordura o de belleza o de inspiración.

P. ¿Va a seguir en Posadas?

R. Me encanta pasar las épocas creativas en Posadas, pero también nos enfrentamos a la fuga de talento. Después de tres, cuatro o cinco años la gente quiere ir a otros lugares. En algún momento nos tocará montar algo en Madrid o irnos a Nueva York. Posadas no es algo que haya creado, es mi casa, pero muchas cosas serían más eficientes estando en una urbe.

El talento de representar la modernidad...

Con Palomo Spain, el diseñador ha aportado liberación al hombre. “Mi trabajo desde el principio se ha caracterizado por una representación de la masculinidad un poco sinvergüenza por un chico picarón”. Ese espacio son encajes, transparencias o unas botas hasta las ingles, plumas en la cabeza y en el cuello, flores…

...y el talento de recuperar la tradición

Ubicado desde los inicios en su pueblo, en Posadas, Palomo se ha inspirado en todos los tópicos asociados a España y los ha incorporado a sus diseños, pero “representados de una forma diferente y nueva”. Hay volantes y lunares y encajes y bordados de un mantón de manila. Y hay terciopelos y el morado tan presente en las telas del imaginario eclesiástico católico.

Palomo Spain

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