El mundial de la música se celebra cada invierno en Canarias

En las islas Canarias, un archipiélago geográficamente remoto, “ya se interpretaba música de Beethoven en vida del genio”, como asegura el viceconsejero de Cultura del Gobierno canario Juan Márquez. Y cada invierno, desde hace casi 40, se celebra lo que la violinista del Cuarteto Casals Vera Martínez denomina “el Mundial de la música clásica”: 800 músicos y 60 conciertos durante un mes repartidos por las ocho islas que reúnen a lo más granado de esta arte, venidos de todos los puntos del globo. “Están los mejores, escuchas a los mejores”, remata Martínez. La inauguración de la 39ª edición del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) correrá a cargo del director de orquesta Juanjo Mena y la inglesa BBC Philharmonic, que tiene clara su intención: “Después de la erupción del volcán de Cumbre Vieja el curso pasado, después de la pandemia, este año deseamos enviar un mensaje de futuro, alegría y belleza”, concreta Mena.

Asegura que esta cita es “un regalo” y que, mientras en el resto del hemisferio hace frío, Canarias, rebosante de música, se ofrece como “el refugio de hermosa luz invernal para los melómanos de todas partes”. Y esa vivacidad solar es justo lo que que quiere transmitir con el repertorio que ha escogido para sus conciertos: Roberto Gerhard, Benjamin Britten y Maurice Ravel, es decir, energía y baile. Su batuta guiará a la estrella del violín Clara-Jumi Kang en la que será la primera visita de la coreana al archipiélago.

También se estrena en este festival el Cuarteto Casals de Vera Martínez, el español de cuerda más prestigioso en el panorama internacional, que justo celebra aquí su 25º aniversario: “Rara vez nos permite la vida de músicos itinerantes coincidir con tantos colegas y amigos como en un encuentro así; menos aún, dándonos opción de disfrutar de un entorno tan espectacular”, explica entusiasmada la violinista. Es lógico porque, como destaca el director del festival, Jorge Perdigón: “Ocho de los once solistas que actuarán son debutantes en el festival. Igualmente, visitarán las islas cuatro grandes orquestas nunca escuchadas en Canarias: la del Maggio Musicale Fiorentino; la Chamber Orchestra of Europe; la Scottish Chamber Ochestra y la Sinfónica de Kiev.

Una clausura por la paz

Desde que estallara la guerra en Ucrania hasta que el pasado junio encontrara acomodo en Alemania, la Sinfónica de Kiev ha sido una orquesta nómada, un grupo de instrumentistas que, juntos y mediante el lenguaje universal de la música, han tratado de gritarle al mundo, como en la Sinfonía número 3 de Boris Liatoshynsky, lo que el propio compositor ucranio del XIX defendía: que la paz vence a la guerra –así tituló él esa pieza–. Será justamente su mensaje de esperanza el que cierre el festival los días 9, 10 y 11 de febrero, conciertos que casi resonarán con la vecina fecha del primer aniversario de la invasión (el 24 de febrero).

Un futuro sostenible

“Insularidad”, como recoge el diccionario, en su segunda acepción significa “aislamiento”: poca alternativa tienen los 800 músicos que tomar un avión para tocar en el FIMC. Como explica Márquez, viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, el debate que ya hierve en Alemania y otros puntos de Europa sobre la idoneidad de programar grandes giras en un contexto de cambio climático se topa en Canarias con limitaciones insalvables. Lo único que puede hacerse es justamente lo que ya tratan de poner en marcha. “Estamos obligados a plantear iniciativas que compensen la huella ecológica del transporte”, opina Márquez, que está seguro de que lo que hoy es una experiencia piloto mañana será, “inevitablemente, una acción obligada”. Resarcir el daño que puedan ocasionar, en forma emisiones, esos desplazamientos en avión. “En colaboración con la Orquesta Sinfónica de Bamberg, hemos calculado el impacto ambiental de su traslado aquí. Y compensaremos esas emisiones de dióxido de carbono con programas de reforestación”, apunta el director del festival Jorge Perdigón.

Del mestizaje a jóvenes que charlan con Lang Lang en el conservatorio

Una de las sociedades filarmónicas más antiguas de España, con casi dos siglos de vida, es la de Canarias. El origen, explica Márquez, está en la capilla de música de la catedral de Las Palmas, que conserva un valioso archivo musical. “La relación de nuestra cultura indígena con Europa, África y América construye una cultura mestiza que, ahora, una generación joven más consciente y conectada está proyectando hacia fuera mejor que nunca”, afirma quien quiere demostrar los lazos de Canarias con todas las artes: “Canarias es yacimiento aborigen, literatura y pintura, es música urbana como la de Quevedo o clásica como la de este festival con 38 ediciones a sus espaldas”.

Y es que, como señala Perdigón, pocos lugares pueden presumir de haber brindado la oportunidad a jóvenes estudiantes de conservatorio no solo de escuchar en directo a las figuras más grandes de cada instrumento, sino de haberles permitido hablar cara a cara con ellos: “Tener en tu aula, contigo, a artistas como Lang Lang, Volodos, Pires o Queyras sin duda ayuda a ilusionar al alumnado”. Para el FIMC, motivo de orgullo para la mayoría de canarios –un 40% de los músicos son oriundos de las islas o residen allí– como elemento ya inseparable de la identidad de su Comunidad, y como motor económico esencial para la misma, uno de los objetivos esenciales que plantea Perdigón es justamente ese: enganchar de la misma forma al público joven. “Este año, el FIMC recibió un premio de Los 40, de la Cadena Ser, ante una audiencia mayoritariamente joven. Estoy convencido de que, con nuestros programas, como el Festival En Paralelo o el Festival de Música Contemporánea, hemos dado grandes pasos para encontrarnos en el camino”, explica Perdigón, que insiste en un aspecto: “Tenemos que aprender a utilizar con los jóvenes un idioma común, a trabajar en sintonía con sus ilusiones”.