Los martes, cine para mayores: la iniciativa que cambia los hábitos de las salas e impulsa los estrenos españoles
El programa de subvenciones de Cultura para ofrecer entradas a dos euros a partir de los 65 años marca el día en el calendario de miles de espectadores y revela novedosos datos de consumo
“¿Qué película tiene para ver?”, pregunta un hombre mayor un martes por la tarde en la taquilla del cine Embajadores (Madrid). “¿De qué va Singular?”, pide recomendaciones. “¿Es en castellano?”, indaga sobre detalles. “Pues me das dos entradas para mayores de 65”. “Serían cuatro euros”, le responden al otro lado del mostrador. Es uno de los mil...
“¿Qué película tiene para ver?”, pregunta un hombre mayor un martes por la tarde en la taquilla del cine Embajadores (Madrid). “¿De qué va Singular?”, pide recomendaciones. “¿Es en castellano?”, indaga sobre detalles. “Pues me das dos entradas para mayores de 65”. “Serían cuatro euros”, le responden al otro lado del mostrador. Es uno de los miles de espectadores que disfrutan cada semana de las sesiones de Cine Senior, un programa impulsado por el Ministerio de Cultura hace tres años.
La iniciativa consiste en una subvención a las salas de cine que se adscriben y que permite que los mayores de 65 años compren entradas a dos euros para los pases de los martes. Este año son 397 salas en toda España, con más de 2.900 pantallas de proyección y una dotación máxima de 8,5 millones de euros. Durante la edición pasada, desarrollada entre mayo y diciembre de 2024, acudieron 1.689.115 personas, un 83% más que la edición de 2023, que tuvo 764.391 espectadores.
En la calle llueve y se apretujan las señoras esperando entrar a la función de las cuatro. Singular, La cena y Núremberg están en cartelera. Maite Tijeras las recibe en la puerta y les escanea el QR del móvil. Hace un mes que trabaja en el cine y ya se ha hecho una idea de los martes. “Asisten más mujeres que hombres. Si viene un hombre, en general es acompañado de su esposa. Pero mujeres sí, en grupos de amigas o solas”. La mayoría son del barrio, asegura Tijeras, y hay quienes incluso ven dos películas el mismo día. “Son personas muy activas, que van a clases de baile, salen con amigas. Un compañero les dice que ellas son quienes levantan la cultura”.
En Embajadores participan de la iniciativa desde su primera edición. “El programa hace una labor para la gente mayor que se queda un poco marginada en ciudades grandes con este ritmo de vida”, dice Javier López, gerente de la sala. No modifican su cartelera los martes a diferencia de otros cines. Lo que sí hacen es pasar algunas en versión original y otras dobladas porque hay quienes no simpatizan con los subtítulos. Para gustos, colores: “El público es muy diverso”.
David Rodríguez, responsable en España y Portugal de Comscore, una empresa que audita las carteleras del cine, aporta datos sobre las preferencias: “No tiene nada que ver el martes con el fin de semana, y el común denominador es el cine español, da igual la temática”. También hace énfasis en que ahora los martes se han convertido en un día relevante en términos de público, adelantando al jueves y convirtiéndose en el día con más audiencia después del fin de semana y el miércoles, que en muchos cines es el día del espectador. Sin embargo, en los cines de barrio explican que en este tipo de salas el martes suele ser el tercer día de la semana con más asistencia, a diferencia de los cines comerciales, debido al distinto tipo de público que asiste a cada uno. Otro cambio que apunta Rodríguez, de Comscore, es la diferencia entre la cartelera senior con la del fin de semana. “Esta semana la más vista el martes fue Núremberg, pero fue tercera el fin de semana. Golpes fue la segunda el martes, pero quinta el fin de semana”.
Familias adultas, parejas, personas solas y grupos de amigas se acercan a comprar entradas durante la tarde, pero está todo vendido. Las salas del Embajadores no son tan grandes y se llenan rápido, por eso les aconsejan comprarlas por internet o pasarse por la taquilla con unos días de anticipación.
María Ángeles García sí pudo comprar su entrada para Núremberg justo antes de la función porque ella va al cine Renoir Princesa, en Plaza España, donde las salas son más grandes. “Quiero decirte que el cine ha sido importante en mi vida”, apunta. Recuerda algunas películas que la han marcado durante sus 70 años. Bambi fue la primera película que vio, a sus siete años, y la ha visto “mil veces más”. Fue en el ya cerrado cine Iris, donde lloró y se llenó de fantasía. También nombra La naranja mecánica, que la impactó en su juventud, cuando se inclinaba más por el cine reivindicativo. Ahora en general disfruta de todo, menos el terror y la ciencia ficción, y se asesora leyendo críticas antes de cada sesión.
García también ve películas en casa, aunque asegura que no hay comparación: “El cine me recoge y me mete en la película”. A veces va sola, pero esta y muchas otras fue acompañada de una amiga. “A ella le gusta el cine, aunque no iba. Fui yo la que le dije: ‘Oye, los martes hay esto. Si quieres puedes venir conmigo o puedes ir tú a otro’, porque no vive por acá. Ahora va todos los martes aprovechando la iniciativa”. Ella también asiste sin falta y su círculo sabe que ese día está reservado para el cine. Solo ve una película por jornada para dedicarle tiempo, pensarla y revivirla. Y si va acompañada, esa reflexión puede que la comparta con un vino después del pase.
David García, responsable de Programación y Marketing de los cines Verdi, asegura que la iniciativa ayudó al regreso de las personas mayores al cine tras la pandemia. Su clientela es habitual, con un 70% que asiste cada semana. En los Verdi sí modifican la cartelera: “El martes no deja de ser un día de evento en el cual sabes que el 80% de tu público es mayor de los 65 años”, sobre todo en las sesiones de las cuatro y las seis.
Sobre la subvención, García asegura que aún no hay riesgo a la vista y que ya verán si quitan la promoción o hacen alguna iniciativa propia si se les acaba el dinero. “El público mayor ya tiene el plan de ir al cine los martes. Así que sería un poco torpe por nuestra parte retirar esa promoción y volver al precio normal de taquilla”. En Embajadores sí está la amenaza, lamenta Javier López: “A nosotros de momento nos alcanza, pero la subvención está planteada en función del aforo de las salas. Seguramente, igual que ocurrió el año pasado, habrá cines que no lleguen a gastar toda la ayuda que les corresponde, y cines como nosotros donde se acabe mucho antes de que termine el programa”. Ya saben que el presupuesto se les agotará, igual que el año pasado.
Desde la Federación de Cines de España (FECE) aseguran que aún no saben de salas que hayan agotado la subvención completa, aunque muchas ya han consumido más de la mitad de lo concedido. “Si se superan ciertos umbrales (60%-80%), el cine tiene la posibilidad de solicitar una ampliación de la ayuda”, responden a través de un correo electrónico. Un comunicado del Ministerio de Cultura anuncia que del presupuesto destinado a las subvenciones se reservará un máximo de 900.000 euros para un incremento de ayudas en estos casos.
Minutos antes de las siete de la tarde de un martes, Danielle y Tamara reciben a los espectadores senior del Verdi. Llevan siete y ocho años, respectivamente, trabajando en este cine. “Vienen muchas parejas y en grupo”, dicen. Las mesas del vestíbulo se empiezan a llenar de clientela que espera el inicio de la función. Afuera hace frío y está oscuro, quizás buscan refugio dentro de las salas. “En invierno aumenta la asistencia”, dicen las taquilleras. O son las películas las que los llaman, en esta ocasión, La cena con 80 espectadores o Los domingos y Ciudad sin sueño, con 65 butacas ocupadas en cada sala. O tal vez, simplemente, es que disfrutar de estas historias les cuesta la módica suma de dos euros.