Manuel Borja-Villel, durante el acto en que ha presentado este miércoles las acciones que está organizando para reflexionar sobre el futuro de los museos.Marta Pérez (EFE)

Borja-Villel presenta cuatro exposiciones, dos congresos y diversas intervenciones artísticas para “repensar” los museos catalanes

El proyecto ‘Museu habitat’, con un extenso programa de actividades, arranca este junio y se desplegará hasta 2026

El papel de Manuel Borja-Villel en el ámbito de los museos catalanes ya tiene contenido y programa, aunque quedan por precisar algunas dimensiones y normas de su terreno de juego. El prestigioso exdirector del Reina Sofía, el Macba y la Fundación Tàpies fichado, por el gobierno de la Generalitat en abril de 2023 como asesor museístico —sin que quedaran muy claras su tarea y sus competencias—, ha presentado hoy por fin de qué manera va a acometer su misión de “repensar el ecosistema museístico”. Lo va a hacer mediante el proyecto bautizado Museu habitat, una extensa programación dedicada a reflexionar “activamente” y generar debate sobre los museos y su transformación que incluirá cuatro exposiciones en Barcelona, diversas intervenciones artísticas en distintos centros museográficos del territorio catalán y dos congresos. Borja-Villel, que aboga por una “investigación militante y una praxis transformadora” (y no una simple crítica) y por el papel eminentemente social de los museos, ha subrayado que los debates recientes en torno a los públicos, las colecciones y los procesos de descolonización son habituales, pero, ha advertido, “si no van acompañados de un cuestionamiento de la estructuras institucionales corren el riesgo de convertirse solo en gestos retóricos”. De ahí “la necesidad de replantear los modelos museísticos con que operamos para abrirlos a nuevas formas de pensamiento y de acción”.

El proyecto se desplegará desde este mismo mes de junio hasta 2026, cuando se prevé disponer de conclusiones aplicables a conseguir cambios en los modelos museísticos. La idea de Borja-Villel, que responde al singular cargo oficial casi marxista (Groucho, sección parte contratante) de “director del programa temporal de asesoramiento museístico”, es implicar a especialistas locales e internacionales, personas procedentes de diferentes campos de la cultura —como museólogos, gestores, artistas, comisarios o pensadores—, colectivos sociales “y otras redes de agentes públicos”.

Las cuatro exposiciones barcelonesas —a las que se añadirán “proyectos puntuales” no concretados con otras instituciones como la Fundación Tàpies o el Museo de Historia de Cataluña— abordarán “temas de análisis centrales para la concepción de un nuevo modelo de museo como las fronteras, la redistribución, la memoria y el archivo, y la industrialización y la colonialidad, y tendrán como sedes los Tinglados del puerto, el Palau Moja, el Museu Marítim y el Pabellón Victoria Eugenia en Montjuïc, respectivamente.

En los Tinglados, nuevo espacio que el Puerto de Barcelona, del que depende, quiere dedicar a usos culturales, se reflexionará en la exposición más grande, de febrero de 2025 a junio, sobre la representación visual a través de la interrelación de las nociones de paisaje, desplazamiento e identidad. La muestra pondrá en diálogo obras históricas como las de Isidre Nonell, Colita o Anna Turbau con la producción de artistas contemporáneos como Allan Sekula, Malgorzata Mira-Tas, Efrén Álvarez o el colectivo Ayllú. En el Palau Moja “se trabajará alrededor de la idea de memoria, monumento (y antimonumento) y espacio público”, con obras como las de Aline Motta, Jorge Ribalta, Oriol Vilanova, entre otros. En el Museo Marítimo, una muestra reflexionará sobre “procesos extractivos y memoria material tomando como caso de estudio el papel de Cataluña en diferentes campañas coloniales”. Entre los temas que se tratarán, se señala, tendrá especial importancia el impacto de la importación de materias primas como la madera de Guinea en el diseño tanto de productos como de arquitectura durante los años cincuenta y sesenta. Además de material histórico, la exposición incluirá trabajos de de artistas contemporáneos como Antoni Muntades, Carlos Pazos o Claudia Claremi.

Y en el Pabellón Victoria Eugenia, se presentará toda una serie de intervenciones artísticas a partir de las cuales se reflexionará “sobre las grandes exposiciones internacionales que tuvieron su apogeo en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, y sobre su influencia en nuestra manera de entender el mundo”. Y se cuestionará la visión de los pabellones de esas exposiciones, creando un relato en el que tendrá cabida la descolonización. Sobre si la ocupación Borja-villelana del pabellón interfiere con los planes allí del MNAC, la consejera, muy sensible a las posibles tensiones entre el museo estrella y el asesor estrella, ha dicho que para nada, que el Ayuntamiento lo viene arrendando para exposiciones y que el plan de ampliación del MNAC tiene otro plazo más largo. Para Borja-Villel era “fundamental” contar con el pabellón, dada su historia, para su idea de exposición.

En cuanto a los dos congresos, el primero tendrá lugar entre el 26 y el 28 de noviembre próximo y “servirá para situar el debate y compartir ideas y propuestas”. El segundo, en junio de 2025, actuará como conclusión del proyecto. Ambos congresos “estarán abiertos a la participación de profesionales del sector, pensadores y agentes sociales”. También se prevé una colección de publicaciones que recogerán “propuestas, documentos y testimonios que, desde diferentes posiciones, repiensen el papel del museo en el siglo XXI a partir de la realidad de Cataluña y en relación con otros contextos”.

El programa incluye también “numerosas actividades y debates, y estará abierto a la participación de otras instituciones, que se podrán ir sumando a medida que avance el proceso de reflexión”. Las actividades comenzarán este mes de junio con “acciones y talleres de debate movilizados por colectivos como Idra, Transductores y Entrar Afuera (junto con otros grupos)” y abordarán “diversos temas cruzados por el hecho artístico: formas de relación entre cuidado y cultura, la comensalidad, la decolonidad, el tránsito ecosocial o lo rural, entre otras”. Habrá intervenciones en museos, “de arte y no de arte”, por todo el territorio. Serán muestras “procesuales” y a largo plazo en las que el artista o los artistas interrelacionarán con los centros.

Borja-Villel ha presentado su proyecto en la sede del Departamento de Cultura de la Generalitat, en un complejo momento político de probable cambio y junto a la consejera en funciones Natàlia Garriga, que ha recordado que el fichaje del experto museístico respondía a “la voluntad del departamento de rodearse de grandes profesionales” en “la línea de reflexión profunda que ya planteaba el Plan de Museos, en el que los museos del país ya están trabajando”. En este sentido ha acotado algo el terreno de juego recordando que el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), “el proyecto más importante de Cataluña” tiene su propia hoja de ruta. Borja-Villel, según la consejera, ayuda a “engrandecer el debate sobre el futuro de los museos y el lugar que ocupan y han de ocupar en la sociedad”. Para que no quedarán dudas de que no se quiere pisar ningún pie, ha recalcado: “Todo el mundo es bienvenido”.

En el acto de presentación de su proyecto, Borja-Villel ha agradecido la invitación y ha considerado el trabajo que se le ha ofrecido “un regalo” y “un lujo”. Ha meditado que nos encontramos “en una época de crisis estructural y no coyuntural” y ha recorrido la historia de los museos como lugares de conocimiento universal e ilustración pero que dejaban de lado a amplias capas de la población desposeídas a las que no aludían la libertad, igualdad y fraternidad programáticas de la Revolución francesa. Los museos así concebidos no se adecúan a las realidades modernas en las que han tomado voz muchos colectivos silenciados por el patriarcado, el esclavismo o el colonialismo. Ha recordado que el debate está sobre la mesa pero que es discutible que las nuevas ideas estén haciéndose efectivas y cambiando las cosas.

En ese punto de extraer ideas aplicables ve el encargo que se le ha hecho de repensarlo todo, desde la gobernanza a los públicos, pasando por los contenidos y la sostenibilidad. Siempre de la mano de artistas, colectivos e instituciones que hacen sus propias propuestas. Borja-Villel ha reconocido que al llegar ha visto que ya había “un tejido asociativo reflexionando de mil maneras, desde la ecología o la terapia, un humus, un caldo de cultivo”. Se trata ahora, ha dicho, “de dar un paso más allá, brindar visibilidad a cosas que ya se hacen, articular iniciativas, y sobre todo, replantear parte de las prácticas de las instituciones”. El experto cuenta con colectivos como los mencionados Iidra, Transductores y Entrar Afuera, con nociones nuevas como comensalidad o la sanación de instituciones -una idea que recuerda a la del reivindicado psiquiatra catalán Francesc Tosquelles (1912-1994)-.

Los grandes museos de Cataluña “han sido invitados a participar”, ha señalado Borja-Villel, pero “en principio, más allá del préstamo de obras, me interesa el territorio, y los museos que trabajan el arte de otra manera”. Dicho esto, ha vuelto a recalcar, conciliador, “todo el mundo es super bienvenido”. En cultura, ha remachado, “la colaboración siempre suma” y “más es más”.

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