‘Sangre en los labios’: sexo y esteroides en la película más loca y salvaje de Kristen Stewart
La directora Rose Glass viaja a la América profunda para sumergirse en un mundo de violentos ‘rednecks’ y culturismo
Kristen Stewart es un ídolo generacional al que es difícil resistirse. La actriz con los ojos más bonitos de Hollywood lleva tatuado en el brazo derecho el ojo del Guernica de Picasso. Heredera de Jodie Foster en el olimpo de las estrellas LGTBI, Stewart interpretó con 12 años a su hija en el thriller de David Fincher La habitación del pánico. Desde entonces, su filmografía es el fascinante espejo de una carrera tan popular (...
Kristen Stewart es un ídolo generacional al que es difícil resistirse. La actriz con los ojos más bonitos de Hollywood lleva tatuado en el brazo derecho el ojo del Guernica de Picasso. Heredera de Jodie Foster en el olimpo de las estrellas LGTBI, Stewart interpretó con 12 años a su hija en el thriller de David Fincher La habitación del pánico. Desde entonces, su filmografía es el fascinante espejo de una carrera tan popular (la saga de Crepúsculo) como compleja y osada (Viaje a Sils María, Personal Shopper, Spencer). A sus 34 años, convertida en abierta musa queer, algo impensable hace no tanto, Stewart vuelve a ofrecer muestras de su particular instinto como estrella en la loca y salvaje Sangre en los labios.
Dirigida por la británica Rose Glass —que debutó en 2019 con la sorprendente Saint Maud, una película de terror y santidad situada en la costa inglesa cuya atmósfera viciada miraba a algunos referentes del Nuevo Hollywood—, Sangre en los labios se sumerge en un mundo de rednecks y culturismo de la América profunda para configurar un paisaje en el que el imaginario del terror corporal a lo Hulk se cruza con cierta fantasía trash de Showgirls, la película de culto postfeminista de Paul Verhoeven.
El personaje de Stewart es el de una desgraciada de pelo trasquilado y grasiento que trabaja en un gimnasio de carretera de Nuevo México. Su rutina, presentada como un burdo desfile de aguas fecales y basura, se detendrá cuando aparece por el local una explosiva culturista. Pero el tórrido despliegue de sexo y esteroides pronto se transformará en otra cosa, un thriller y una violenta película de venganza en la que Glass despliega un imaginario que cruza la romántica huida hacia delante de Thelma y Louise con la subversiva mirada al cuerpo de Titane, de Julia Ducournau.
Con este cóctel de referentes, la directora enmarca su drama criminal en una estética ochentera que destila humor y violencia. Glass se apoya en el carisma de Stewart pero también en la musculada sensualidad de Katy O’Brian y en un actor eléctrico, Ed Harris, en la piel del mafioso padre de la protagonista. La relación padre-hija sabe a poco, pero Harris, un calvo de pelo largo que parece sacado de un cómic contracultural —imposible no pensar en el Slober de las primeras historietas del artista Ceesepe— funciona como desbocada sombra patriarcal. Pero si el juego disparatado de esta película sórdida y romántica cuaja, y eso incluye su extravagante final, es gracias a Stewart, que además de desplegar su talento como actriz, ahonda en su rentable imagen de heroína neopunk y queer.
Sangre en los labios
Dirección: Rose Glass.
Intérpretes: Kristen Stewart, Katy O'Brian, Ed Harris, Dave Franco, Jena Malone, Anna Baryshnikov.
Género: thriller. Reino Unido, 2024.
Duración: 104 minutos.
Estreno: 12 de abril.