Muere Pepe Noja, maestro de la figuración abstracta

El arista, que ha fallecido a los 85 años, es autor de la obra de Largo Caballero que fue retirada por el alcalde de Madrid, Martínez Almeida

El escultor Pepe Noja posa junto a su obra de Francisco Largo Caballero en Madrid en octubre de 2020.VICTOR SAINZ

Pepe Noja, escultor abstracto, considerado como uno de los artistas con más obra pública en Madrid, Asturias, País Vasco y Andalucía, de donde era oriundo, murió este miércoles en en el hospital Ramón y Caja de Madrid, a consecuencia de una afección cardiorespiratoria. Contaba 85 años. Había nacido en Aracena, Huelva, en 1938, en el seno de una familia cuyo cabeza familiar era empleado bancario. Dotado de rebeldía adolescente, c...

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Pepe Noja, escultor abstracto, considerado como uno de los artistas con más obra pública en Madrid, Asturias, País Vasco y Andalucía, de donde era oriundo, murió este miércoles en en el hospital Ramón y Caja de Madrid, a consecuencia de una afección cardiorespiratoria. Contaba 85 años. Había nacido en Aracena, Huelva, en 1938, en el seno de una familia cuyo cabeza familiar era empleado bancario. Dotado de rebeldía adolescente, con sucesivos cambios de colegio, su familia emigró a Holanda, donde destacó por su profunda sensibilidad artistica. Por esta razón, ingresaria en una Escuela Pública de Formación en Artes de la ciudad de Ámsterdam.

De regreso a España, por su pasión como amante de la aviación, se hizo piloto civil en la Escuela de Formación de Suboficiales de San Javier, acceso necesario entonces para este tipo de actividad. Durante su estadía en Holanda, había compatibilizado su formación artística en escultura y pintura con su actividad deportiva. Era un renombrado atleta, según sus allegados, que informan de que llegó a ser titular del Ajax Club de Fútbol.

Ya en España y plenamente dedicado a la escultura, fue uno de los alumnos más brillantes, considerado principal heredero, de Pablo Serrano, que le legaría su impronta abstracta y cubista, con acertadas mixtura figurativas como la escultura dedicada a Francisco Largo Caballero en los Nuevos Ministerios de Madrid y la placa dedicada su memoria en la, plaza de Chamberí. La placa fue destruida por el consistorio madrileño que presidía el alcalde Almeida, del Partido Popular. El equipo de gobierno municipal fue posteriormente condenado a restituir la placa. Asimismo, bajo el mandato de Esperanza Aguirre, Noja fue autor de las siete estrellas pétreas que presiden la bandera de la Comunidad de Madrid, en la estación de Metro de la Puerta del Sol.

Ese grupo escultórico fue vandalizado y posteriormente reconstruido sobre su mismo emplazamiento. Los nudos de cuerdas, marineros o sencillos, fueron un elemento escultórico recurrente en sus obras, como la que preside un flanco de la playa gijonesa de San Lorenzo. Pepe Noja cuenta con amplia obra en Alcalá de Henares, con una efigie de Manuel Azaña y un magno conjunto abstracto de grandes dimensiones. Vinculado al PSOE desde su mocedad, primero en Holanda y luego en la Agrupación Socialista madrileña de Chamartín, su amigo, el letrado Javier Ledesma, lo define como “una persona dotada de una sensibilidad artística extraordinaria, que le facultaba, por ejemplo, para cantar flamenco con una calidad suprema o esculpir una obra de grandes dimensiones con una técnica mixta no solo en piedra sino además en madera, hierro y, sobre todo, acero, remarcablemente en la fase postrera de su vida”.

Dotado de una forma física evidente, añade su amigo, “a una avanzada edad era capaz de saltar desde los trampolines olímpicos más altos”. Hombre divertido y generoso, prosigue Ledesma, estuvo casado en primeras nupcias con su compañera holandesa Annette, madre de sus tres hijos, y era abuelo de tres nietos. En segundas nupcias, se casó con Mavi de Noja, hace treinta años. Veraneante en Moraira, cerca de Denia, mantuvo estrechos vínculos con la localidad asturiana de Laviana y con su tierra andaluza.

Fe de errores

En una primera versión se escribió erróneamente que el Ayuntamiento destruyó la escultura dedicada a Francisco Largo Caballero en los Nuevos Ministerios de Madrid y la placa dedicada su memoria en la plaza de Chamberí. Solo se rompió la placa. 

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