Vuelve al Real la ‘Turandot’ de Robert Wilson
El teatro cierra su temporada con esta producción de la ópera de Puccini que el director de escena presentó en 2018
“No hay que tener miedo a repetirse”, sentencia Robert Wilson. “Aprendemos a base de repetir. Puedes empezar a tocar Mozart con dos años, cumplir 80 y seguir aprendiendo a tocarlo”, matiza. Dice esto el afamado director de escena porque su Turandot vuelve ahora en el Teatro Real. La presentó con éxito en 2018 y admite que apenas ha introducido cambios. La obra que Puccini dejó inacabada, de la que se podrán ver 17 funciones entre el 3 y el 22 de julio, cierra la temporada de ópera del R...
“No hay que tener miedo a repetirse”, sentencia Robert Wilson. “Aprendemos a base de repetir. Puedes empezar a tocar Mozart con dos años, cumplir 80 y seguir aprendiendo a tocarlo”, matiza. Dice esto el afamado director de escena porque su Turandot vuelve ahora en el Teatro Real. La presentó con éxito en 2018 y admite que apenas ha introducido cambios. La obra que Puccini dejó inacabada, de la que se podrán ver 17 funciones entre el 3 y el 22 de julio, cierra la temporada de ópera del Real.
La luz es la protagonista de esta producción. También un color. “Turandot es casi un cuento de hadas. No es el mundo real. Es también, en esencia, una historia de amor desgraciado. Y el amor es rojo, así que este color es el protagonista”, cuenta Wilson en la rueda de prensa de presentación de la producción, celebrada este lunes en el Real. Confiesa también el director de escena que muchas producciones de ópera son tan densas que le hacen cerrar los ojos para poder concentrarse y escuchar la música. “Así que el reto es conseguir tenerlos abiertos”, añade divertido. Su trabajo aquí es minimalista y limpio. Además de la luz y el color predomina la línea y en este entorno de fantasía sin estridencias ni megalomanías destacan los trajes de los protagonistas.
Turandot narra la historia de una cruel princesa china que realiza a todos sus pretendientes tres acertijos. Si alguno los acierta, se casará con él. Pero si fallan... les espera la muerte. Y entonces aparece Calaf, un príncipe tártaro que altera los planes de la princesa. Mientras Puccini ponía música a esta trama, el cáncer de garganta que padecía iba obligándole a parar de tiempo en tiempo. “Hoy vuelvo a escribir. He pasado unas crisis tremendas. Este dolor de garganta mío que me atormenta desde marzo parecía grave. Ahora estoy mejor y, por tanto, tengo la seguridad de que es un asunto artrítico y que, con tratamiento, acabaré estando mejor”, escribió el compositor a uno de sus libretistas. Más allá de sus problemas de salud, el final se le resistía, hasta que murió en 1924 dejándola inacabada.
“Personalmente, creo que no sabía cómo acabarla”, dice Wilson. Algo parecido le pasó al director de escena en 2018. Lo confesaba entonces: “No me había planteado nunca llevarla a escena. Porque no sé cómo terminar. Y aún lo dudo”. Pero encontró la manera. El principio importa, dice, pero aún más importante es el final, que puede arruinar una buena obra.
La soprano Anna Pirozzi encabeza el primero de los tres repartos que darán vida a la producción. “La parte de Turandot es difícil, pero he de decir que dura poco, es un papel corto. Está concentrado en media hora y es de una dificultad enorme”, dice. La cantante cuenta que existe un “falso” mito sobre este personaje: las sopranos deben cantarlo al final de su carrera, con una voz ya madura. “Pero yo me pregunto: ¿por qué? ¿Por qué no cantar Turandot con una voz sana y unos agudos bien puestos?”. Su Calaf será el tenor Jorge León. ”Es de una responsabilidad tremenda porque es el encargado de interpretar una de las arias más famosas de la historia”, dice en referencia al Nessun dorma.
El reparto ha sufrido en las últimas semanas tres cancelaciones. La primera fue la de Nadine Sierra, que iba a interpretar el papel de Liù, y que anunció en redes sociales que cancelaba sus actuaciones de los próximos dos meses porque necesita descansar. “Quería hacerlo público para darle valor a los cantantes que se sientan culpables por sentir estos síntomas de fatiga. No están solos. Sentí que perdía mi voz. Mi mente y mi cuerpo estaban pidiéndome a gritos que parara”, publicó la soprano. Poco después, Elena Pankratova y la que iba a ser su remplazo, Angela Meade. “Son bajas justificadas por un tema médico. Forma parte de lo normal en el mundo de la ópera. En el papel de Liù supone el debut de Salome Jicia y en el caso de Turandot tendremos a Ewa Plonka, que el año pasado también nos salvó la vida en Nabucco y tuvo un exitazo enorme”, ha explicado el director artístico del Real, Joan Matabosch.