Rozalén pone su pueblo en el mapa con Leturalma, el festival de folclore moderno de Albacete
El Kanka, Tanxugueiras o Karmento son algunos de los cabezas de cartel del evento, que se celebrará en Letur del 20 al 22 de julio para reivindicar la cultura en zonas rurales y luchar contra la despoblación
Ante las tumbas de su padre y de su abuela, en su pueblo albaceteño de Letur, a capela y con el coro de las chicharras. Allí ha grabado Rozalén los interludios de Matriz, su último disco en el que canta sus raíces. Tan fundamental es para ella su tierra que desde 2016 organiza todos los veranos —excepto los más afec...
Ante las tumbas de su padre y de su abuela, en su pueblo albaceteño de Letur, a capela y con el coro de las chicharras. Allí ha grabado Rozalén los interludios de Matriz, su último disco en el que canta sus raíces. Tan fundamental es para ella su tierra que desde 2016 organiza todos los veranos —excepto los más afectados por la pandemia— el festival Leturalma, en plena Sierra del Segura, que este julio cumple cinco ediciones. “Tenía ganas de devolverle a mi pueblo las cosas bonitas que me estaban pasando a mí y el festival nace precisamente para hablar de la despoblación rural y para que la música y la cultura sean la excusa para conocer uno de los lugares más bonitos de España”, explica la cantante, que ha dado un adelanto de lo que será el evento, acompañada del grupo La Ronda de Motilleja, en la oficina de promoción turística de Castilla-La-Mancha en Madrid.
Este año les ha surgido un obstáculo: el cierre de campaña de las elecciones generales coincide con el fin de semana del evento, del 20 al 22 de julio. “Es una puñeta, claro, pero pedimos a los que ya han comprado entrada que voten por correo y cruzamos los dedos para que no les toque mesa electoral”, comenta la artista, que posee cuatro Discos de Oro, dos de Platino y un premio Goya.
María Ángeles Rozalén —ese es su nombre completo— relata que la idea surgió cuando la empresa de lácteos ecológicos El cantero de Letur le pidió hacer una campaña: “Yo no les quería cobrar. Al final, decidí invertir esa pequeña cantidad para montar un concierto en la plaza del pueblo, que era una ilusión que tenía”. La acompañó en ese atípico concierto gratuito el cantautor malagueño Juan Gómez Canca, conocido como El Kanka, que repite este año como cabeza de cartel.
El músico recuerda ese primer concierto en Letur. “Fue una cosa un poco especial. La energía de los pueblos siempre es distinta: la gente está mucho más tranqui, todo más a mano, todos se conocen, y eso se nota. Era en la plaza del pueblo, la gente estaba en las escaleras, en el suelo, asomándose por las ventanas. Lo recuerdo como una cosa muy entrañable, alejada de esos festivales más multitudinarios”, rememora por teléfono. Rozalén admite que se les fue un poco de las manos, porque “se puso a reventar”, pero eso avivó la chispa del proyecto para que siguiera los años después.
Eventos musicales en zonas rurales, como el Festivalino de Pescueza (Cáceres) o el Festival de la Luz en Boimorto (en A Coruña, promovido por Luz Casal) fueron pioneros en dar visibilidad a los pueblos que los albergaban y auspiciaron la actual proliferación de los eventos musicales de bandas famosas en pueblos —incluyendo el Leturalma—. El ejemplo más reciente de esta tendencia es el del concierto que la M.O.D.A. dio en Sedano, un pueblo de Burgos de 140 habitantes, para reivindicar el derecho a la cultura de los pueblos y hacer notoria la despoblación. “Es injusto que, porque vivas o quieras vivir en un pueblo, no puedas ir al cine, al teatro o a un concierto”, coincide la cantante, que considera la cultura como una necesidad básica.
Rozalén es consciente de que en verano los pueblos se llenan, pero “en invierno es raro encontrarse a gente en la calle un lunes cualquiera”. Tampoco cree que organizar estos festivales vaya a provocar un cambio drástico en la población de Letur, aunque apunta que en los últimos años ha habido un par de familias que se han mudado allí, a pesar de las carencias institucionales (centro de salud, instituto). Lo que sí defiende es que estos eventos sirven para mantener vivos los pueblos: “Cuando pones un lugar en el mapa, haces que venga gente. El festival fomenta el turismo en los fines de semana durante todo el año”.
Artistas de varias regiones de España que cantan en sus idiomas, como las gallegas Tanxugueiras o los valencianos Zoo, también son cabeza de cartel del Leturalma, que apuesta por el folclore español de todas las comunidades autónomas. Este estilo musical ha estado visibilizado últimamente en espacios más mainstream, como Eurovisión: Tanxugueiras fueron las favoritas del público para representar a España en 2022 y este año la manchega Karmento, que también actuará en Letur, obtuvo el segundo puesto del público en el Benidorm Fest, de donde sale el representante español en el festival europeo, con su tema Quiero y duelo.
El Kanka defiende que el folclore no pasa nunca de moda, pero que iconos actuales de la música española están ayudando a popularizarlo: “Mucho tiempo tendría que pasar para que no se junte la gente a tomarse unos vinos con una guitarra delante y cantar rancheras o rumbas o jotas. Lo que pasa es que el folclore puede vivir momentos en el que tiene más relevancia a nivel industria. Mira lo de Rosalía: ella hace una cosa transgresora y rompedora, y sin embargo, se basa en una construcción folclórica que es el flamenco. Me acuerdo todavía cuando se puso tan de moda el flamenco fusión, que ahora es hasta antiguo”. Para Rozalén, la presencia de estos artistas que mezclan tradición y elementos modernos es coherente. En su música siempre hay hueco para las canciones populares del imaginario manchego.
Desde 2016, los apenas 900 habitantes de la localidad albaceteña se han acostumbrado al gentío que llega desde todas partes de España en verano al pueblo. Rozalén destaca lo agradecidos que se sienten y lo participativos que son: “Como pasan pocas cosas en el pueblo, cuando pasa algo da igual quién toque, todo el mundo va”. Su concierto del sábado 22 de julio incluirá temas de Matriz, un disco que fue terapéutico para ella, ya que la ayudó a procesar el duelo por la reciente muerte de su padre y que incluye canciones tradicionales. “Es una manera de decir ‘te quiero’ a la gente de allí. Te quiero metiéndome en tu cultura, cantando tus problemas, cantando tu lengua, cantando tus mayores”, reivindica la impulsora de Leturalma, también conocido como “el festival más bonico del mundo”.