Carmen Martín Gaite, a escena

Una mujer elegante, con una media melena blanquísima rematada por pequeños tirabuzones y casi siempre tocada con una boina. La actriz Nieve de Medina sale a escena de esta guisa y es casi imposible no evocar a la escritora Carmen Martín Gaite: su imagen se mantiene todavía nítida pese a que murió hace ya veinte años. Por ahí ya tiene mucho ganado este monólogo, pues es posible que buena parte de su público sea lector de su obra o al menos sienta curiosidad por ella. El propio título del espectáculo, Carmiña, que fue su apelativo familiar, da por supuesto ese apego.

Lo cierto es que sin esa predisposición inicial resulta difícil entrar emocionalmente en la función. En un intento de ofrecer un retrato completo de la novelista, tanto vital como literario, la obra la sitúa pronunciando una conferencia acerca del vínculo entre literatura y vida. Es un punto de partida inteligente, que permite explorar ambas facetas, pero se acaba volviendo en su contra porque no llega a profundizar en ninguna de ellas. Pasa del dolor por la muerte de su hija a reflexiones sobre el oficio de escribir, el papel de las mujeres, recuerdos de infancia. En consecuencia, el personaje queda difuso, como un apunte de una personalidad compleja que apenas puede atisbarse.

Carmiña es la tercera obra del ciclo Mujeres que se atreven, promovido por el Teatro del Barrio de Madrid, después de las exitosas Emilia [Pardo Bazán] y Gloria [Fuertes]. Noelia Adánez, coautora de aquellas dos, ha escrito esta en solitario. Se nota su devoción por el personaje y quizá haya que entender este texto estrictamente como un homenaje. Nieve de Medina ofrece una interpretación cálida y cargada de matices, bajo la discreta dirección de Ximena Vera.

Carmiña. Texto: Noelia Adánez. Dirección: Ximena Vera. Intérprete: Nieve de Medina. Teatro del Barrio. Madrid. Hasta finales de mayo.