Guía para el Concierto de Año Nuevo 2021

Repasamos las claves de la cita anual con los valses, polcas y marchas de la Filarmónica de Viena, este año sin público en la sala

Ensayo general del Concierto de Año Nuevo de Viena dirigido Riccardo Muti.Dieter Nagl (Dieter Nagl für die Wiener Philh)
Zaragoza -

El Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena marcará el inicio cultural de 2021. Hablamos del evento más mediático de la clásica. Con una de las mejores orquestas del mundo sobre el escenario, y uno de los directores más destacados sobre el podio. Un programa de piezas breves, atractivas y elegantes, formado por valses, polcas y marchas de la familia Strauss y sus coetáne...

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El Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena marcará el inicio cultural de 2021. Hablamos del evento más mediático de la clásica. Con una de las mejores orquestas del mundo sobre el escenario, y uno de los directores más destacados sobre el podio. Un programa de piezas breves, atractivas y elegantes, formado por valses, polcas y marchas de la familia Strauss y sus coetáneos. Ubicado, además, en el entorno incomparable de la sala dorada del Musikverein vienés.

Pero, para la mayoría, este concierto es también el ritual con que amanecemos, desde tiempos inmemoriales, cada primero de enero. Una retransmisión televisiva de alta calidad con música atractiva, refinados adornos florales, escenas de ballet en vistosas localizaciones, coreografías y vestuarios, al que se une un atractivo documental para el intermedio.

Esta edición de 2021 estará irremediablemente marcada por la pandemia del coronavirus. Y la emergencia sanitaria, con toda Austria inmersa en su tercer confinamiento, impedirá la presencia de público en la sala. La Filarmónica de Viena con el napolitano Riccardo Muti ocuparán, no obstante, la ubicación habitual sobre el escenario, sin distancia de seguridad ni mascarillas, como resultado de los estrictos controles a los que deben someterse diariamente.

Pero no habrá ninguna reacción física de los espectadores tras cada pieza o durante la popular Marcha Radetzky. Con ello se perderá buena parte de la magia y del elemento festivo de esta cita. Una merma que la ORF (Radiodifusión austriaca) ha tratado de paliar con una curiosa iniciativa virtual para recolectar aplausos e imágenes a través de Internet. Disfrutaremos, no obstante, de casi dos horas de música maravillosa. Y de otras curiosidades que trataremos en las próximas líneas.

Nazis

A pesar de su innegable belleza y glamur, esta cita musical vienesa tiene un origen sombrío. Surgió de la propaganda nazi durante la anexión de Austria como provincia del Tercer Reich. Clemens Krauss dirigió su primera edición, el 31 de diciembre de 1939, al frente de una Filarmónica de Viena declarada “limpia de judíos”. Pero, desde 1941, tiene lugar en su fecha correcta. Tras la Segunda Guerra Mundial se blanquearon sus orígenes y se convirtió en un escaparate de la excelencia cultural de Austria. Este año veremos su 81ª edición.

Musikverein

Esta palabra significa “sociedad musical” y alude a la Sociedad de Amigos de la Música de Viena. En 1870 inauguró esta nueva sede, en Karlsplatz, cuya sala dorada se convirtió en el hogar de la Filarmónica de Viena. Está inspirada en el clasicismo griego, con sus famosas hileras de cariátides o las representaciones de Apolo y las nueve musas en el techo. Y su forma de paralelepípedo rectangular o “caja de zapatos” le confieren una de las mejores acústicas del mundo.

Flores

La Sala Dorada del Musikverein se decora anualmente con un espectacular despliegue de adornos florales. En el pasado eran regalo de la ciudad italiana de San Remo, pero desde 2015 se hace cargo de la decoración el Departamento de Parques y Jardines de la Ciudad de Viena, que lleva más de siglo y medio adornando los parques de la capital austriaca. Este año, la sala dorada volverá convertirse en un mar de 30.000 flores.

La sala Dorada del Musikverein vienés, en 2019.AP

Filarmónica

En alemán, el nombre de la orquesta del Concierto de Año Nuevo es Wiener Philharmoniker que significa literalmente “Filarmónicos vieneses”. El compositor Otto Nicolai la fundó, en 1842, con los mejores músicos de la orquesta de la Ópera Imperial (hoy Estatal) constituidos en una asociación autogestionada. Es una de las mejores orquestas del mundo. Un conjunto conservador de sonido inconfundiblemente refinado que toca variantes autóctonas de algunos instrumentos como el oboe, la trompa o el timbal. Todavía hoy es frecuente encontrar, entre sus miembros, a discípulos de antiguos integrantes y también fuertes filiaciones familiares.

Mujeres

Pero la Filarmónica de Viena fue una orquesta exclusivamente masculina hasta 1997. Hoy dispone de 19 integrantes femeninas de pleno derecho entre sus más de 140 instrumentistas. El ascenso de las mujeres entre los atriles de la Filarmónica de Viena está siendo muy lento. Y se debe, en buena medida, a que cada nueva admisión debe superar un periodo de prueba, tras haber obtenido una plaza en la Orquesta de la Ópera Estatal. Desde 2011 cuenta con una mujer entre sus concertinos, la búlgara Albena Danailova, que veremos ocupar este año el primer atril junto al violinista Rainer Honeck. Pero en esta edición también participarán la flautista austríaca Karin Bonelli y la clarinetista italiana Andrea Götsch junto a varias integrantes en la sección de cuerda y la arpista alemana Charlotte Balzereit.

Andris Nelsons agradece los aplausos del público como uno más de los instrumentistas de la orquesta. A su derecha, la concertino Albena Danailova.

Director

La Filarmónica de Viena no tiene un director principal. Invita a uno diferente, entre los mejores del mundo, para cada concierto de abono, gira o festival. El Concierto de Año Nuevo contó, inicialmente, con un director estable (Clemens Krauss, Josef Krips, Willi Boskovsky y Lorin Maazel). Pero, desde 1987, se invita a uno diferente para cada año. El primero fue Herbert von Karajan y le siguieron Claudio Abbado, Zubin Mehta, Carlos Kleiber, Zubin Mehta, Riccardo Muti, Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Mariss Jansons, Georges Prêtre, Daniel Barenboim, Franz Welser-Möst, Gustavo Dudamel, Christian Thielemann y Andris Nelsons.

Muti

En 2021 regresa al podio del Concierto de Año Nuevo el italiano Riccardo Muti (Nápoles, 1941). Será su sexta vez, tras las ediciones de 1993, 1997, 2000 y 2004. El actual responsable musical de la Sinfónica de Chicago, y antiguo titular de la Orquesta de Filadelfia y La Scala de Milán, se convertirá en el director vivo que más veces ha dirigido el Concierto de Año Nuevo. La invitación no sólo está relacionada con su 80 cumpleaños sino también con las cinco décadas ininterrumpidas del director italiano con la Filarmónica de Viena. Ha participado en varios eventos importantes para la historia de la orquesta, como el concierto conmemorativo de su 150º aniversario (1992), 125º del Musikverein (1995) y 850º de la catedral de San Esteban (1997). Posee el Anillo de oro de la orquesta (1992) y la Medalla Nicolai (2001). Muti es, además, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2011.

Riccardo Muti, durante un ensayo para el Concierto de Año Nuevo de 2021, el 27 de diciembre.DIETER NAGL (DIETER NAGL FUER DIE WIENER PHIL)

Strauss

La tradición del Concierto de Año Nuevo está relacionada con la familia Strauss, la principal dinastía de compositores de música de baile y opereta vienesa del siglo XIX. El más relevante es Johann Strauss hijo, aunque también se añaden siempre obras de su hermano Josef, el más imaginativo a nivel musical, del patriarca de la familia, Johann Strauss padre, y, en menor medida, de Eduard, el benjamín de la saga. Esta edición escucharemos obras de los tres primeros. Predomina Johann hijo, con 9 de las 18 composiciones. De él escucharemos dos valses suyos con mucha solera en esta cita musical, como Voces de primavera y Vals del emperador. Pero también habrá alguna novedad, como el pionero Ondas sonoras, junto a dos piezas poco frecuentes, el caso de la Polca Niko y la cuadrilla Nuevas melodías. No obstante, el vals más conocido será En el bello Danubio azul junto a la polca francesa En los bosques de Krapfen. De Josef Strauss también habrá alguna novedad, como la polca Margarita, junto a piezas muy habituales, caso de la polca rápida Sin preocupaciones. Y del patriarca de los Strauss, Johann padre, se escuchará, al final, la popular Marcha Radetzky, pero también su Galope veneciano, que es otra de la siete novedades en el programa de este año.

Otros

En el Concierto de Año Nuevo se incluyen a menudo obras de otros compositores coetáneos o relacionados con la orquesta vienesa como Joseph Lanner, Franz Lehár, Otto Nicolai y Franz von Suppè. Del último, que fue uno de los principales rivales en Viena de Johann Strauss hijo, escucharemos este año dos composiciones para abrir la primera y segunda parte del concierto: la marcha de su opereta Fatinitza, que es también novedad en el Concierto de Año Nuevo, y la famosa obertura de Poeta y campesino que combina idealmente lo vienés con lo italiano. Pero también habrá este año obras de tres compositores nunca antes programados: Carl Zeller, Carl Millöcker y Karl Komzák. El primero fue uno de los Niños cantores de Viena, aunque la música no fue su principal dedicación; escucharemos Lámparas de minero, un vals compuesto a partir de las principales melodías de su opereta El capataz de la mina (1894). Millöcker se formó como flautista con músicos de la Filarmónica de Viena y estuvo al frente del Theater an der Wien; de él se ha incluido el galope Darse la gran vida de su opereta El beso de prueba (1894). Y Komzák es el segundo de una saga checa de compositores de música militar, que dirigía en verano la orquesta del balneario de Baden, cerca de Viena; para ese conjunto escribió, en 1898, el divertido vals Las chicas de Baden que escucharemos en la segunda parte.

Obras

El programa del Concierto de Año Nuevo está siempre integrado por polcas que alternan con valses y marchas junto a fragmentos orquestales de operetas vienesas. La polca es una danza de origen bohemio muy popular en Viena en el siglo XIX. Este año la escucharemos en dos de sus tres variantes: la chispeante polca rápida (como Sin preocupaciones, de Josef Strauss), la elegante polca francesa (este año con varias piezas como En los bosques de Krapfen, de Johann Strauss hijo), aunque no se ha incluido ningún ejemplo de la estilizada polca mazurca.

Los valses son la parte musicalmente más exquisita del Concierto de Año Nuevo. Obras sinfónicas más largas y elaboradas que las polcas, que conjugan varios valses ubicados entre una introducción lenta y una coda final. Como es tradición, de Johann Strauss hijo se escuchará el más famoso de todos los valses, En el bello Danubio azul. Pero también se han programado otros dos ejemplos muy conocidos: caso de Voces de primavera, que se escuchará en su versión instrumental sin soprano solista, y el popular Vals del emperador, con una ambigua dedicatoria para honrar a dos emperadores: Francisco José I de Austria y Guillermo II de Alemania.

Las marchas suelen programarse para el comienzo o el final del concierto. Son obras de ocasión vinculadas a eventos o personajes relevantes, pero también suelen formar parte de alguna opereta. Es lo que sucede con la marcha de Fatinitza, de Suppè que abrirá el concierto, la divertida trama de un joven oficial que se traviste como sirvienta turca para cortejar a una princesa y termina formando parte de un harén. Para terminar, se escuchará la popular Marcha Radetzky, que compuso Johann Strauss padre para honrar al mariscal que sofocó las revueltas del norte de Italia. Habrá también una obertura para abrir la segunda parte del concierto: la referida obertura de la opereta Poeta y campesino, de Suppè, con evidentes influencias de Rossini y Donizetti.

Propinas

Es bien sabido que en el Concierto de Año Nuevo el programa previsto no concluye el concierto. Siempre hay tres propinas, es decir, composiciones que se añaden al final y fuera de programa. En el Concierto de Año Nuevo tienen un carácter especial pues están previamente establecidas desde 1958. Aquel año Willi Boskovsky determinó que se incluyera una polca rápida que varía año tras año (en 2021 será Polca furiosa (casi galope) de Johann Strauss hijo), seguida por el vals En el bello Danubio azul y la Marcha Radetzky para terminar. En realidad, la tradición de contar con estas tres propinas la inició Josef Krips, en 1946, y la continuó Clemens Krauss hasta 1954, aunque fue Boskovsky quien la consolidó, especialmente tras el inicio de las retransmisiones televisivas del Concierto de Año Nuevo, en 1959.

Felicitación

Hay varias tradiciones asignadas al público durante el Concierto de Año Nuevo. Una es la felicitación del nuevo año que realiza el director con la orquesta antes del vals En el bello Danubio azul. Aquí es habitual que se interrumpa la música con aplausos al comienzo de la introducción del vals. Pero este año, sin público en la sala, es probable que la felicitación se realice directamente antes de iniciar el vals. Lo normal es que el director diga en alemán simplemente: “La Filarmónica de Viena y yo les deseamos…”; a lo que responderá la orquesta: “Feliz año nuevo”. No obstante, algunos directores, como Maazel, Harnoncourt o Muti, han utilizado este momento para realizar un breve discurso.

Palmas

Otra tradición en el Concierto de Año Nuevo es el palmeo acompasado del público en la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre, con la que termina. En muchas ocasiones se realiza bajo las indicaciones del director de orquesta. Es lo que ha quedado de un evento musical donde el público se comportaba en el pasado de forma más libre y natural. Pero este año, la ausencia de público en la sala, permitirá al director concentrarse en la música. Y volveremos a escucharla en el nuevo arreglo que la orquesta estrenó el año pasado, para eludir la tradicional versión orquestal del miembro del partido nazi Leopold Weninger, aunque las diferencias entre ambas son inapreciables.

Bromas

Durante los años en que Willi Boskovsky dirigió el Concierto de Año Nuevo (1955-1979) adquirió su condición más festiva y divertida. Se salpicó de disfraces, gags y bromas. Su origen está relacionado con el ingenio del percusionista Franz Broschek, que inició, en 1959, el hábito de realizar hilarantes dramatizaciones en algunas piezas del concierto. Tan pronto se vestía de cordobés para tocar las castañuelas, como se convertía en un herrero para tocar unos yunques o arrastraba un pollo desplumado antes de disparar una escopeta. Y el público las acompañaba con las palmas. De hecho, en la Marcha Radetzky solía tocar la caja al lado del podio vestido con atuendo militar austrohúngaro. Y es posible que en esta broma esté el origen del famoso palmeo acompasado actual en esa obra. Hoy es habitual incluir algún detalle diferente durante cada edición del Concierto de Año Nuevo, incluso con la colaboración del propio director de orquesta. Pero Riccardo Muti nunca ha estado a favor de este tipo de concesiones. Y la dramática situación actual, unida a la ausencia de público en la sala, quizá lo desaconseje.

Retransmisión

La ORF, la compañía pública de radiodifusión austríaca, retransmite el Concierto de Año Nuevo en directo todos los primeros de enero. Su emisión televisiva fue iniciada en 1959 tanto en Austria como en nueve países a través de Eurovisión. A España llegó primero entre 1962 y 1970, y después a partir de 1973 ininterrumpidamente hasta nuestros días, siempre en el Ente Público Radiotelevisión Española y a través de Eurovisión. Para su 63ª retransmisión regresará el alemán Henning Kasten, que ya ejerció en las ediciones de 2018 y 2019, y dispondrá, una vez más, de 14 cámaras de alta definición. En España la retransmisión de la ORF se podrá ver a través de La 1 en HD, pero también en la web de RTVE y en el Canal internacional (y escuchar por Radio Clásica junto a otras emisoras como Radio 5 o Radio Exterior). Se iniciará a las 11:15 con la cabecera de Eurovisión y el famoso preludio del Te Deum de Marc-Antoine Charpentier. Y volverá a contar este año con los comentarios del periodista musical Martín Llade. El concierto tiene dos partes con un intervalo de unos 25 minutos. La primera parte, que durará aproximadamente hasta las 11:50, suele ser algo más seria y convencional. De hecho, hasta 1992 no se retransmitía más que la segunda parte, que empezará a las 12:15 y suele ser más vistosa y atractiva, al incluir la mejor música junto a las escenas pregrabadas de ballet.

Documental

Desde el Concierto de Año Nuevo de 1992, los 25 minutos de intervalo entre las dos partes se utilizan para emitir un breve documental sobre los tesoros culturales y naturales de Austria. Se realiza en un formato que no precisa de alocuciones habladas al estar pensado para su emisión en muchos países. En esta ocasión veremos, a partir de las 11:50, un documental dedicado al centenario de Burgenland, el estado federado austríaco más reciente, donde nació Liszt y donde Haydn pasó 40 años trabajando en el palacio Esterházy. Se titula ¡Feliz cumpleaños, Burgenland!, 1921-2021, lo dirige el realizador Felix Breisach y nos mostrará atractivos naturales y culturales de Burgenland con intervenciones de varios conjuntos de instrumentistas de la Filarmónica de Viena.

Ballet

Desde que el Concierto de Año Nuevo se empezó a retransmitir por televisión, en 1959, siempre ha contado con alguna escena de ballet. Están protagonizadas por los solistas del Ballet de la Ópera Estatal de Viena y cuentan con un coreógrafo invitado. Este año será, por segundo año consecutivo, el coreógrafo español y director hasta 2019 de la Compañía Nacional, José Carlos Martínez (Cartagena, 1969), Premio Nacional de Danza en 1999 y antiguo bailarín solista de la Ópera de París, donde empezó con Rudolf Nureyev. Dos actuaciones en la segunda parte del concierto que fueron rodadas a finales de agosto bajo la dirección de Henning Kasten. En la polca francesa Margarita, de Josef Strauss, veremos a dos parejas de bailarines en la Casa Loos, uno de los edificios centrales del modernismo vienés, diseñado por Adolf Loos. Y la segunda llegará en el vals Voces de primavera, de Johann hijo, con cuatro parejas en los majestuosos jardines del Palacio de Liechtenstein. Para el vestuario se ha vuelto a contar este año con un diseñador importante, el modisto francés Christian Lacroix, que ya diseñó el vestuario en las ediciones de 1998 y 2000.

El Ballet de la Ópera de Viena.

Internet

La ausencia de público en esta edición del Concierto de Año Nuevo ha obligado a idear un curioso sistema para hacer presente, de alguna forma, a la audiencia en la sala dorada del Musikverein. Martin Traxl, responsable de cultura en la ORF, ha concebido una forma de enviar aplausos virtuales por Internet de todos los espectadores que se registren en la web www.neujahrskonzertapplaus.com. El retardo de la señal, que es de unos 20 segundos aproximadamente, no permitirá que suenen por los altavoces de la sala dorada del Musikverein al final de cada composición, sino tan solo al final de la primera parte y tras la Marcha Radetzky. De igual forma, todos los espectadores que lo deseen podrán subir una fotografía, con un cartel indicando su procedencia, que formará parte de un mosaico que podrá verse durante la retransmisión.

2022

Las entradas del Concierto de Año Nuevo de 2021 están siendo reembolsadas a sus compradores. Pero se prevé que haya público en el Concierto de Año Nuevo de 2022. Para ello se ha habilitado el tradicional sorteo a través de la web de la Filarmónica de Viena que se realiza con un año de antelación. Para participar en el sorteo es imprescindible registrarse en la referida web, del 1 al 28 de febrero de 2021. La orquesta vienesa ha habilitado un centro de asistencia en línea, donde también se incluye un amplio despliegue de FAQ o preguntas frecuentes en alemán e inglés. Los agraciados en el sorteo podrán comprar entradas para las tres oportunidades en que puede verse en directo este concierto. El ensayo general del 30 de diciembre a las 11 horas, por un precio que oscila entre 20 y 495 euros, para el Concierto de San Silvestre o Nochevieja del 31 de diciembre a las 19:30 horas, cuyo precio oscila entre 25 y 860 euros, o para el Concierto de Año Nuevo del primero de enero a las 11:15 horas, con entradas que van desde los 35 a los 1.200 euros.

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