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Rubén Ochandiano: “Odio el verano; soy feliz cuando llega septiembre”

Miembro de la Academia de Hollywood, el actor acaba de rodar la segunda temporada de 'Undercover: Operación Éxtasis'

El actor Rubén Ochandiano.Vídeo: Santi Burgos / EPV
Tom C. Avendaño

El mismo Rubén Ochandiano (Madrid, 38 años) que para un español es el de la serie Al salir de clase, Los abrazos rotos, de Almodóvar, o Biutiful, de Iñárritu, en el extranjero es un miembro de la Academia de Hollywood (desde el año pasado) y miembro del reparto de Undercover: Operación Éxtasis en Netflix (acaba de rodar la segunda temporada). En octubre estrenará El silencio de la ciudad blanca, de Daniel Calparsoro y, en los próximos minutos demostrará su capacidad para la respuesta rápida y acabar una afirmación planteándose si en realidad no piensa lo contrario.

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Pregunta.¿Cuál es la mejor noticia que ha oído durante este verano?

Respuesta. Que llega septiembre ya. Odio el verano. Nunca he conseguido que un verano se parezca a un anuncio de Coca-Cola Light, donde te enamoras y todo es efervescente. Todos los años, según va acabando mayo, me empieza a entrar la ansiedad con la idea de que las cosas se paran, de que no va a ocurrir nada excitante. No me manejo bien con el calor. La gente huye y nada se concreta… Soy feliz cuando llega septiembre.

P. ¿El mejor verano...?

R. Sería en Buenos Aires.

P. Iba a decir si el mejor verano es el verano muerto.

R. En septiembre hay este olor a café recién hecho, a expectativas, a cosas poniéndose en marcha. Me parece más estimulante.

P. ¿A lo mejor lo que sucede es que a usted, como a tantos otros críticos de esta estación, le va la marcha? ¿En cuántas ciudades ha vivido este año?

R. El año lo empecé en París. Pero me recomendaron que pasara más tiempo en Los Ángeles, por haber sido nombrado académico y porque empecé a currar con un representante de ahí. Así que me fui a Madrid a prepararlo todo, estuve en Los Ángeles tres meses y ahora este tiempo rodando en Bélgica. Es entretenido, la verdad. He asumido que me gusta.

P. ¿No sueña con una vida más tranquila?

R. En año y pico cumpliré los 40. Siempre imaginé que llegaría a ese punto con la sensación de estar más realizado. Que tendría una relación de pareja estable, que sería padre, que me sentiría aburguesado. Pero aquí estoy, con la ropa en la maleta, como esperando a que pasen las cosas. Supongo que dedicarte a esto te tiene en un estado constante de incertudmbre que no facilita mucho el aburguesamiento.

P. La vida tras la última gran crisis tampoco facilita mucho el aburguesamiento.

R. Pero si triunfas lo suficiente con un trabajo… Yo este año he presenciado el testimonio de un colega que dice que lo ha logrado, que se está haciendo la casa con la valla blanca. Qué exótico suena, ¿no?

P. Sería aburrido que se aburguesaran todos a la vez...

R. Yo me hubiera aburguesado antes si hubiera podido. Bueno, en realidad siempre que he jugado a hacerlo, me he aburrido.

P. ¿Y qué hacemos mientras esperamos la madurez?

R. Ayer hice una prueba para hacer de extraterrestre.

P. También tuitea de cine, política o medio ambiente. ¿No le recomiendan ocultar su opinión?

R. Fíjate que me considero cauto. Solo me pronuncio cuando algo me toca o el corazón o los cojones. Pero me parece importante exponerse. No le veo el sentido a maquillar quién eres.

P. ¿Tiene a mucha gente bloqueada en Twitter?

R. Algún exnovio, pero porque me había bloqueado él primero. A ver… [saca el móvil]. Nadie interesante; mira, es todo gentuza que me insultó algún día. Ah, acabo de ver que son dos exnovios [guarda el móvil]. ¿Has visto ese vídeo en el que salen Jake Gyllenhaal y Tom Holland en una entrevista por la nueva Spider-Man? Le preguntan a Gyllenhaal con quién le gustaría trabajar. Él responde que con Pedro Almodóvar. Y Tom Holland, o sea Spider-Man, de 23 años, dice: “¿Quién es Pedro Almodóvar?”. Ahí dejé de seguir a Tom. En Instagram también. Vamos hombre.

P. ¿Es de los que siente que se está acabando el mundo o es optimista?

R. Yo soy de esos que baraja siempre la peor opción, pero soy un optimista empedernido, como decía Woody Allen. O al menos creo que era Allen. Luego escucho hablar a Iván Espinosa de los Monteros [diputado de Vox] y me quiero tirar a un camión.

P. Que no le meta Vox prisa por morir...

R. Yo soy muy peleón. Si pudiese firmar un papel para no morir nunca y que pasen los siglos de los siglos, como en Entrevista con el vampiro, lo firmaría. Como decían en Martín (Hache): aunque solo sea por curiosidad. A lo mejor estoy siendo un cretino, pero la esperanza de que llegue algo me resulta tan nutritiva como la llegada en sí misma.

P. Como en aquel monólogo teatral: “Con detectar esperanza en cualquier lado me basta”.

R. ¿Sabes que eso es algo que también vi mucho en Los Ángeles? Tienen esa sensación constante de que algo gordo va a ocurrir, que lo escuchas llegar, que está a la vuelta de la esquina... Siempre tienes una “reunión con”, “una prueba para”, “ha preguntado por ti no sé quién”... Pero supongo que eso, aunque estimulante, puede llegar a ser un horror. Cronificar una esperanza que nunca llega tiene que ser horrible.

Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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