¿Y si ‘Fargo’ transcurriera en un pueblo de Zamora?
'Matadero', la nueva serie de Antena 3, toma prestados elementos del universo creado por los Coen para una historia con suspense y humor negro
En el universo de Fargo, la película de los hermanos Coen y la serie inspirada en ella, hay una constante, además de la nieve, la sangre y su peculiar humor negro: sus protagonistas son seres normales abocados a circunstancias extraordinarias. Personas que, sin saber muy bien cómo, de repente se encuentran en medio de un lío descomunal del que no saben cómo salir. Drogas, asesinatos y crímenes variados. Y la madeja, cada vez más grande.
Matadero, serie que Antena 3 estrena este miércoles (22.45), no oculta de dónde bebe y siempre se ha vendido como inspirada en Fargo. Menos mal que no lo oculta porque es evidente. Un aviso inicial asegura que lo que va a ver el espectador no es una historia real. Hay una mujer joven guardia civil, una pareja de sicarios bastante peculiar... Casi se puede ir rastreando la herencia de Fargo paso a paso en el primer capítulo. Pero, sobre esos mimbres comunes, Matadero consigue crear un mundo que engancha y que en el arranque presenta personajes y tono para plantear la situación de la que parte cada uno.
En Matadero hay cerdos, droga, bares, un club de carretera. La historia, ubicada en el ficticio pueblo de Torrecillas, en Zamora, arranca cuando Francisco (Antonio Garrido), propietario de un matadero y que se dedica a traficar con droga que traslada dentro de los cerdos, es descubierto por Don Julio (José Ángel Egido), uno de los hombres que controla el negocio del narcotráfico en la zona. Don Julio manda dos asesinos, Teo y Pascual (Miguel de Lira y Ginés García Millán), a encargarse de él. Todo esto afectará de rebote al cuñado de Francisco, Alfonso (Pepe Viyuela), un veterinario que lleva demasiado tiempo mirando hacia otro lado en el negocio de su cuñado.
Sin entrar en detalles del argumento (mejor verlo sin conocer mucho más que el punto de partida), el primer capítulo funciona como una interesante reinterpretación de Fargo con altas dosis de grasa y caspa ibérica y muchos clichés nacionales. Ahora la serie tiene el reto de lograr hacer que nos olvidemos del universo en el que se ha inspirado para que realmente consiga tener vida propia. Y mantener el pulso a lo largo de los 10 capítulos que durará. De momento, el arranque entretiene y está muy bien interpretado —grandes los dos sicarios de Miguel de Lira y Ginés García Millán—.
Lástima que no haya llegado a tiempo a la reducción de minutos que Antena 3 anunció para sus nuevas series y se mantenga por encima de los 70 minutos, porque a esta historia le habría ido muy bien episodios más cortos. Pero, al menos, ofrece algo diferente a lo que solemos ver en la televisión española, que ya es mucho decir.
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