Kit Harington: “Jon Nieve se ha convertido en un político en esta temporada”
El personaje cobra aún más relevancia a falta de dos capítulos para el final de la séptima temporada
De la misma forma que Jon Nieve es un héroe a la fuerza, cualquiera que se topa con Kit Harington, el actor que le encarna, uno de los más populares de Juego de tronos —y uno de los mejor pagados de la televisión, en torno a 1,2 millones de euros por episodio— diría que se ha visto forzado a ser una estrella. De ser así, lo lleva muy bien porque nunca pierde la sonrisa, da igual cuántas entrevistas, halagos o seguidores se encuentre a su paso. “Ha sido algo único. Sin haber hecho cine o televisión, verme en el centro de este fenómeno cultural tan loco y desproporcionado en el que he vivido mi veintena, casi una década de mi vida, es algo imposible de explicar”, comenta el actor británico (Londres, 1986) a EL PAÍS.
Procura sonar agradecido porque lo está. En especial con todos sus compañeros de trabajo, que ya forman parte de su familia. Conoció a Maisie Williams (Arya Stark) y Sophie Turner (Sansa) cuando tenían 12 y 13 años, respectivamente, y las considera sus hermanas pequeñas. O a otros, caídos o no en esta sangrienta saga, como Alfie Allen (Theon Greyjoy), Richard Madden (Robb Stark), John Bradley (Sam Tarly) o Liam Cunningham (ser Davos Seaworth), con los que suele quedar periódicamente a comer. “Un buen barolo con un guiso de carne”, describe entre sus preferencias.
Pero, junto a estos momentos de camaradería, están las preocupaciones que le ha deportado el éxito de un personaje como Jon Nieve, capaz de resucitar de entre los muertos. “Sobre todo alrededor de los 28 me asusté”, comenta ahora en los 30. Todavía recuerda la segunda y la tercera temporadas como las que más disfrutó, su paso por Islandia donde se desarrolló parte del rodaje. “Pero luego supongo que fue la transición de convertirme en un adulto, de verme en el centro de toda esa fama, en un viaje que no es normal. ¡Si ni tan siquiera sabía que quería ser actor! Y todavía hay días en los que pienso que cuando se termine Juego de tronos, se acabó”, se sincera. Habla de dejar la interpretación aunque suena lleno de dudas. Pero tiene muchos planes: está escribiendo un guion para un corto, además de una serie para televisión y le gustaría probar suerte como productor y como director. “Incluso sintiéndome incómodo como actor, sería absurdo dejar algo tan bien pagado y que no siento como trabajo”, admite.
Es el mismo tono con el que habla del mundo de Juego de tronos que le rodea, el de ficción y el real. En su opinión, una de las razones del enorme éxito de la serie es su paralelismo con la realidad. “El mundo actual es más maquiavélico que Juego de tronos”, se ríe con preocupación. Lo que empezó, a su entender, como una serie escapista para huir de la crisis económica de 2008 se ha transformado en una ficción a la que la realidad le da mil vueltas.
Hubo más cambios a lo largo de este tiempo, especialmente en las tramas, pero ahí también reside el secreto de Jon Nieve. “Probablemente, es el personaje más estable de todo Juego de tronos y es lo que me gusta de él”, comenta. Claro que con el principio del fin que marca esta séptima temporada, las cosas pueden cambiar. “Este año Jon Nieve se ha convertido en un político. Es un hombre con una misión. Vamos, que él también comienza a manipular a la gente. Pero lo hace al estilo de Jon Nieve”, lo deja caer. A falta de la emisión de los dos últimos capítulos de la séptima temporada, el personaje de Harington ha vuelto a adquirir una importancia monumental para el desenlace de la serie, pero comentarlo sería entrar en el reino de los spoilers.
Amor y sangre
Harington dijo desde el primer episodio que lo único que quería llevarse de Juego de Tronos era su espada. "Pero después de todas estas temporadas su valor debe de estar en los cientos de miles de libras así que me veo con un réplica como mucho y eso no es lo que quiero", gruñe el actor. Menos mal que de la serie se lleva un mejor recuerdo ya que ahí encontró a su novia y, según los rumores, prometida, la actriz Rose Leslie. Ambos se conocieron cuando Leslie interpretó el personaje de Ygritte, vinculada románticamente a Jon Nieve . Tras cuatro años de si sí o si no, ambos han reconocido su relación y ahora viven juntos aunque acaban de negar su compromiso. Pero como dejó caer Harington a EL PAÍS sobre su próximo viaje a Italia -donde estuvo antes para participar en la campaña de Dolce & Gabbana y ahora se trae un proyecto cinematográfico entre manos-, Venecia es siempre un buen lugar para bodas. "Quizá. ¿Quién sabe?", elude igualmente misterioso.
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