Patricia Esquivias: “Pura contundencia”

En el último minuto, para enfatizar la urgencia, la profesora cambia la tarea para el lunes. Anuncia a sus alumnos de tercero de primaria: “Olviden lo de las comunidades autónomas, empiecen a copiar los bocetos y los post­scriptos del Guernica, todos los que puedan, hagan variaciones, trabajen en grupos de cuatro o cinco, busquen colaboradores entre la familia, busquen imágenes relacionadas, corten y peguen, duden, escenifiquen lo que ven. El lunes iremos al museo. A veces, por la calle, al pasar un coche por encima de un tetrabrik, lo hace estallar. Cada rostro en el Guernica es como uno de esos estallidos. El Guernica es una provocación funcional. No se puede dejar quieto”.

Podría ser así, y que su uso lo mantuviera ardiendo y estallando.

Pero ¿podría dejar de funcionar de esa manera? Es bien comprensible que se vendan millones de reproducciones del Guernica, pero ¿y vinilos decorativos? Pasar de denunciar a decorar. Y entonces, por el día de la paz, la profesora daría a los niños una fotocopia del Guernica para colorear, así, sin más.

Ahora nos piden que realicemos obras con visión crítica sobre asuntos diversos. A Picasso le pidieron un mural inmenso para denunciar la guerra en España. Pura contundencia.

Patricia Esquivias (Caracas, 1979) investigó en su vídeo ‘Todo lo que no es ración es agio’ en el Museo Reina Sofía sobre el pabellón español de la exposición internacional de París de 1937.