‘Sharknado 4’, con licencia para ser aún más ridículo
Syfy estrena la última entrega de la franquicia televisiva más cutre y de más éxito de la última década
Como si fuera la enésima presentación de Star Wars, Sharknado 4: Que la cuarta te acompañe comienza con un rodillo de texto amarillo sobre un fondo estrellado: "Han pasado cinco años desde el último Sharknado [...] pero el futuro se vuelve a ver amenazado". Inmediatamente después, un tiburón es destruido con un láser por una nave especial y se ve a un astronauta en la luna atravesando a un escualo con el mástil de una bandera estadounidense. "Tenemos licencia para ser ridículos", dice en conversación telefónica Anthony C. Ferrante, el director de las cuatro películas de la franquicia más cutre (etiqueta que portan con orgullo) y exitosa de la televisión de la última década. Tan ridículos que en todas las entregas, la cuarta se estrena hoy en Syfy (22.00), no han necesitado ni siquiera explicar el origen de estos tornados que llevan dentro todo tipo de tiburones letales y destrozan ciudades como Los Ángeles, Washington, Orlando y ahora Las Vegas.
"No hay reglas", dice Ferrante. Y así se demuestra en la hora y media que dura el último filme, del que no describimos la cantidad de escenas absurdas y diferentes clases de tornado —ya ni hace falta que sea con tiburones, vale con vacas— que se ven en la película para no fastidiar al fiel espectador. Si se acaba haciendo una quinta entrega, ya es inimaginable qué pueden llegar a hacer. “Nos hemos convertido en un acontecimiento anual veraniego. Somos, de una forma rara, entretenimiento familiar”, explica el director.
Entretenimiento familiar y jolgorio en las redes sociales. Esta saga ha llegado donde ha llegado gracias a la reacción, imaginación e ingenio de los espectadores y sus comentarios en Twitter. Más de medio millón de mensajes relacionados con Sharknado se suelen registrar durante y después de la emisión de la película en Estados Unidos [de este curso todavía no hay datos].
La cuarta, que también ha sido rodada en solo 15 días —dos de ellos en Las Vegas— y ha tenido un presupuesto de dos millones de dólares (1.800.000 euros) como las anteriores, “juega un poco con el género de superhéroes”, dice Ferrante. “Es la que menos en serio se toma a sí misma, es más consciente de lo que es. Es muy meta [hace autoreferencias]”. Sharknado apuesta también por los cameos, aunque en España muchos de los famosos que aparecen no son conocidos. En esta entrega hay prácticamente uno cada dos minutos, sobre todo en la primera media hora. Entre ellos los actores Gary Busey y Steve Guttenberg, el cantante de Mötley Crüe, Vince Neil, el músico Paul Shaffer o el cantante Wayne Newton. Y apuesta también por pasmar al espectador todo lo posible: "Va a ser divertido y espero que la gente la vea pensando 'no me creo que hayan hecho eso", dice Ferrante. En la tercera película consiguieron aunar estos dos objetivos al sorprender al espectador mostrando a George R. R. Martin, el creador de Juego de tronos, famoso por matar a sus personajes, devorado por un tiburón. "Pasó un día con nosotros en el rodaje para hacer esa escena y hubo gente que cuando se enteró nos maldijo por quitarle un día de su vida para escribir el siguiente libro", cuenta entre risas.
¿Tendría sentido hacer una quinta película? "Todavía no hemos destrozado Hawái o Alaska", bromea pensando en dónde podrían ambientarla tras despedazar tres cuartas partes de EE UU con tornados de tiburones en sus películas. "Vamos a ver cómo funciona la película y a partir de ahí pensaremos". De momento en esta se podrá seguir viendo a Ian Ziering (al que ya nadie recuerda por Sensación de vivir sino por Sharknado y su héroe del nuevo siglo), Tara Reid (su personaje fue salvado por los espectadores a través de una encuesta en redes sociales tras su muerte en la tercera película) y el incombustible David Hasselhoff luchando contra tiburones y salvando al mundo al ritmo de The Offspring, que ha grabado el tema principal de la película con una particular versión de Gigantor de The Dickies.
Sharknado es televisión cutre pero todo un fenómeno que es ya un clásico de la parrilla televisiva. Un clásico con licencia para ser aún más ridículo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.