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Un paseo por los tiempos de ‘Outlander’

Los técnicos de la serie explican los entresijos del rodaje en Escocia de la segunda temporada

Tráiler de la segunda temporada de 'Outlander'.Vídeo: canal + series

La aventura de Outlander comienza cuando su protagonista, Claire Randall, toca una de las piedras de un círculo mágico de menhires llamado Craigh na Dun y se ve transportada desde el año 1945 a la Escocia del siglo XVIII. Para Caitriona Balfe, la actriz que da vida a esta nueva heroína televisiva, la magia comienza a eso de las 4 de la mañana cuando la llevan a los estudios Wardpark, a las afueras de Glasgow, en Escocia, base central desde la que se rueda la serie. “No puedes escapar a la intensidad del paisaje, al romanticismo de estas montañas. No veas lo fácil que es cruzarnos con un arco iris de camino al rodaje”, detalla la intérprete, enamorada de la serie que le ha dado la fama. Al norte están las famosas Highlands o tierras altas escocesas, al sur, el que fue el campo de batalla del verdadero Braveheart. Y dentro del estudio, todo un mundo que también comienza con el mismo círculo de piedras, aquí de cartón piedra. “Es la única reproducción de exteriores. Las llevamos a donde haga falta. El resto, peinamos la zona rodando en un radio que por lo general no está a más de una hora de coche”, admite como bienvenida Ron Moore, showrunner de esta popular serie basada en las novelas de Diana Gabaldon, abriendo las puertas a El País para desvelar los secretos de Outlander.

Nunca hubo duda sobre dónde se rodaría la serie. “Escocia es inimitable. Si hiciéramos algo así en Los Ángeles, Outlander sería menos verde y con menos castillos. Aquí tiras una piedra y tienes un castillo”, bromea Matthew Roberts, uno de los guionistas. El suyo es uno de los pocos departamentos que sigue en Los Ángeles, aunque en contacto directo con el estudio en Escocia durante el rodaje, que se organiza en bloques de dos episodios “como si fuera una película”. En estos momentos ruedan una escena en la que el rey de Francia sufre de estreñimiento. La secuencia es una pequeña parte de la actividad que reina en este edificio reconvertido ahora en cuatro estudios de sonido. “Aquí lo construimos todo”, afirma la asistente de producción Gina Cromwell, en su deseo de reconstruir la Escocia del siglo XVIII con la mayor precisión. “Partimos de una premisa tan fantástica que la única forma en la que la serie puede funcionar es si todo lo que la rodea es real”, añade Moore.

Escena de la segunda temporada de 'Outlander'.
Escena de la segunda temporada de 'Outlander'.canal + serie

No quiere hablar de cuánto cuesta, aunque admite que es cara. También acepta que parte de la decisión de rodar en Escocia estuvo apoyada por los incentivos fiscales del área. Pero lo que está claro es que aquí no se tira nada. Como muestra el diseñador de producción Jon Gary Steele, el dormitorio de Claire de hoy es el salón de Colum MacKenzie mañana. Todos los paneles son reversible para ser utilizados por ambos lados. “Luego les añadimos todo tipo de fu fus y son ambientes completamente diferentes”, describe con ese nombre tan suyo que le da a cualquier tipo de decoración que añade a las estructuras principales. Estos ‘fu fus’ pueden ser réplicas de imágenes sacadas de museos. U objetos comprados en internet en eBay. A veces son piezas en alquiler, pero eso no es tan normal.

Terry Dresbach, encargada del vestuario, se queja de cómo hacer posible “con dos duros” una recreación histórica que requiere 1.500 trajes por temporada. Se puede quejar con libertad porque es la esposa del showrunner. “No hay dinero para equivocaciones pero eso también aviva el ingenio”, asegura mostrando un mono de mecánico pintado como si fuera un casaca roja del ejército con pantalón y camisa. “Este va para alguno de los muertos. Entre el barro y la sangre no se nota”, admite orgullosa de su faceta ahorradora. Tampoco hay corsés para todos y en el departamento de peluquería agradecen que en el periodo en el que transcurre Outlander no se estilaran las barbas. Así se ahorran más prostéticos que ya bastante tienen con las cerca de 400 pelucas que han tenido que fabricar allí mismo para la serie. “Con las armas empiezo a encargarlas 12 semanas antes del rodaje, principalmente en España y en India”, cuenta el especialista en armas de la serie Jim Elliot, que guarda bajo llave 350 espadas, 90 mosquetones y 20 pistolas. Y, como dicen que incluso las de mentira las carga el diablo, tan solo los especialistas de acción tienen espadas de metal. “El resto, de plástico”, concluye.

El París checo

Sam Heughan, el objeto del deseo de Outlander, también describe sus jornadas como un sueño. "Un día estoy blandiendo una espada, otro galopando a caballo por las tierras de Robert I, el rey de Escocia, y otro, en ruta al París de antaño", describe. La ciudad de la luz en Outlander no es otra que Praga, sus calles mucho más parecidas al París del siglo XVIII que la Francia actual (además de más baratas para rodar). Y para recrear el lujo de Versalles durante esta segunda temporada, nada mejor que rodar en el estudio escocés. "Podríamos haber rodado en el verdadero palacio francés pero habría sido mucho más costoso y el acceso estaría más restringido", resume Moore.

El último episodio de la segunda temporada de Outlander se emite el próximo 9 de julio (en España será el 10 de julio en Canal + Series). Han sido confirmados dos temporadas más.

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