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OTRES
Columna
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La llamada de la abuela

Siempre pregunta si has comido. Es su forma de preguntar qué tal estamos

Renée Zellweger, como Bridget Jones cantando 'All by myself'.
Renée Zellweger, como Bridget Jones cantando 'All by myself'.
Chenta Tsai Tseng

Mi abuela (nainai) nunca falla en llamarme cada 20 de diciembre para felicitarme. Una llamada de 5 o 6 minutos jugando al teléfono roto e intentando descifrar mutuamente lo que cada una dice, yo con mi chino chapurreado y mi abuela entre el hokkien y el tagalo. Siempre me ha parecido curioso las dinámicas que hemos establecido a lo largo de los años . Una llamada por mi cumpleaños abastece la comunicación de un año entero. Aprovechando, nos deseamos feliz navidad y próspero año nuevo, aunque en realidad no los celebremos. La llamada siempre empieza de la misma forma, preguntándonos si hemos comido. Es su forma de preguntar qué tal estamos. Ella vivió bajo la pobreza. Procurar que sus seres queridos tuvieran el estómago lleno era su forma de mostrar su amor. Esta pregunta sería el preludio para hurgar indiscretamente en mi vida amorosa, haciéndome sentir como Renée Zellweger interpretando a Bridget Jones en la escena en la que, hundida en sus miserias, hace un lip-synch de la canción All by myself mientras se bebe de un trago una copa de vino barato. Aunque sepa que no soy heterosexual, sigue preguntándome cuándo le presentaré a mi novia. Es su forma entrañable de decir “mi nieto es maricón”. Descubrió mi orientación sexual en Wikipedia. A veces pienso lo extraño que debe resultar descubrir la orientación sexual de un familiar en internet.

El año pasado mi nainai decidió no regalarme un hongbao (un sobre rojo) para mi cumpleaños, sino algo mejor. A unos 9 minutos cogiendo el bus desde su parada, se encuentra el templo de Hú Tianbao, el dios conejo, también conocido como el ‘dios’ (shen) de los homosexuales. Aunque este templo fuera construido en el año 2006, Hú Tianbao está basado en una figura histórica. Según el cuento del dios conejo que aparece en una colección de historias sobrenaturales escritas por Yuan Mei (1716-1798) —poeta y el erudito de la dinastía Qing—, Hú Tianbao fue un funcionario en el siglo XVIII de la dinastía Qing de China que se enamoró de un apuesto inspector imperial de la provincia de Fujian, pero debido a su alto cargo, Hú tuvo miedo de revelar sus sentimientos. Tras pillar a Hú asomándose por la pared del baño mirando al inspector asearse, confesó su admiración por él y le mataron a golpes. Un mes después del asesinato, según la historia, Hú apareció en un sueño de un hombre de su ciudad natal, alegando que el rey del inframundo lo había nombrado el Dios Conejo. Como tal, su deber era proteger los vínculos sexo afectivos ente hombres homosexuales. En el sueño, le pidió al hombre que le erigiera un santuario. Tras la construcción del templo en 2006, miles de peregrinos no heterosexuales viajan a Taiwán para orar por amor.

— De camino al mercado he ido al templo a orar a Hú Tianbao. A ver cuándo encuentras a alguien y me traes niños, que ya va siendo hora.

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