Félix Alarcón: “Cantar en coro sin saber música es fantástico”
Ha puesto en marcha la aplicación musical Singerhood, premiada por RTVE por ser una empresa innovadora en el mundo audiovisual
Posee sentido del humor, una pasión por la música desbordante, canta más allá de la ducha y trata de cerrar página, poco a poco, a su trayectoria profesional como directivo de recursos humanos. Félix Alarcón (Madrid, 1964) carente de formación musical y mucho más tecnológica encontró en esta revolución que estamos viviendo la manera de ensamblar su pasión con los nuevos tiempos. Crear una aplicación que permitiese ensayar una voz, de una de las grandes piezas polifónicas, e interpretar junto a un centenar de personas Carmina Burana, cantata escénica del siglo XX compuesta por Carl Orff, o el Mesías de Haëndel en el Auditorio Nacional de Madrid. Y así surgió Singerhood. “Soy el calvo de las startups”, señala con sorna.
¿Qué pretendía con esta aplicación?
Democratizar el acceso a la música coral. Ahora estamos preparando un desarrollo para trasladarlo a las orquestas. En un año hemos conseguido 800 clientes y 3.000 usuarios de 110 países desde Congo a Singapur. Nuestra intención es penetrar de manera clara en Latinoamérica con un proyecto para las escuelas de todos esos países. Es una forma de llevar Europa a esa región de la mano de una empresa de telefonía que acerque la música a los niños
¿Qué habría que hacer en la enseñanza en España para amar la música?
Abandonar la flauta dulce, que no sé a quien se le ocurrió meterla en el currículum, y enseñarles a cantar. Los niños tienen voces preciosas y a través del juego les puedes enseñar canto y tocar instrumentos. Si nos limitamos a la flauta nunca llegaremos al nivel del resto de Europa.
¿Cómo se pasa de no saber nada a cantar en el Auditorio Nacional?
Hay que trabajar en casa, en la calle o donde quieras porque solo hace falta un teléfono y bajarse la aplicación. Las voces de la obra que quieres interpretar están grabadas por profesionales del canto. Tenemos 300 canciones y nuestro objetivo es 5.000. Vamos poco a poco. Luego pagas 25 euros, como si comprases una entrada para acceder al espectáculo, y accedes a cuatro ensayos con un director de orquesta, contratamos el Auditorio y nos lanzamos. Es una satisfacción tanto personal como coral. Porque lo que has imaginado muchas veces, sin tener grandes voces, termina siendo realidad. Cantar en coro sin saber música es fantástico.
¿Y la parte orquestal?
Son estudiantes de los últimos años de Conservatorio, que tocan muy bien y que lo que nos une a unos y otros es la pasión por la música.
¿Qué ha habido para llegar hasta este momento?
Un trabajo brutal porque una cosa es lo que imaginas y otra la realidad. Y en la realidad descubres todo lo que se necesita para llegar a realizar algo. Ahora trabajamos en esto una veintena de personas, entre ingenieros, cantantes, administración. Inicialmente hubo una inversión importante pero ahora la empresa está funcionando.
¿Es fácil su uso?
Es lo más sencillo posible hasta el momento. Puedes aprender a cantar polifonía en coro siguiendo grabaciones de intérpretes reales. Es simple, se busca la obra que quieres cantar, se ajusta la voz resaltando una pista de sonido y atenuando las otras. Las escuchas y sigues la partitura al tiempo que vas aprendiendo la entonación, medida, entradas, texto y pronunciación.
¿Todavía sigue en recursos humanos?
Pero de una manera diferente y con una pequeña empresa especializada en la búsqueda de personal. Como directivo de otras grandes empresas, por mi talante, lo he pasado mal porque ha habido momentos muy duros y no es nada fácil decirle a alguien que se queda sin trabajo y que a partir de ese momento cambia su vida de manera radical. Esa realidad te agota.
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