La guardiana del ‘procés’
El economista Elisenda Paluzie es la nueva presidenta de la ANC
Al día siguiente de que el Parlament aprobara la declaración unilateral de independencia, Elisenda Paluzie (Barcelona, 1969) decidió quedarse en casa. Ese sábado tenía que ir hasta Olot para participar en una charla que organizaba una plataforma soberanista, pero se encontraba mal. Esa semana había estado pendiente de todos los medios internacionales desplazados a Barcelona y el agotamiento pudo con ella. Al mediodía, recibió un mensaje de Òmnium Cultural. No daba crédito. Pedía a los ciudadanos que llenaran los bares, los cines, las discotecas o salieran a comprar. Ese día, cuentan en su entorno, se dio cuenta que se cerraba la rendija por la que horas antes creía que Cataluña podría convertirse en un estado independiente.
Paluzie es desde el sábado la nueva presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). A pesar de que sostuvo que no se presentaba a las elecciones de la entidad para liderarla, pocos dudaban de que no fuera consciente de que tenía todos los números para arrasar. La economista es uno de los rostros más conocidos del independentismo catalán y en los últimos años se ha recorrido Cataluña participando en coloquios, impartiendo charlas y acudiendo a tertulias. Su posición era clara: defendió sin ambages un referéndum unilateral al que le siguiera una proclamación parlamentaria de la independencia en caso de ganar el sí. Tal era su convicción que el 27 de octubre, cuando se aprobaba la declaración, en las puertas del Parlament Paluzie declaraba a la BBC: “Probablemente el Estado español no será capaz de imponer la suspensión [de la autonomía] por la desobediencia”. De ahí su perplejidad cuando al día siguiente leyó los mensajes de Òmnium Cultural.
Descendiente de una conocida familia de intelectuales, Paluzie estudió en el Liceo Francés y se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Barcelona (UB). Tras cursar un máster en Economía Internacional y Desarrollo Económico en la Universidad de Yale, recibió una beca de La Caixa para hacer un año de investigación en la London School of Economics, que le serviría para su doctorado en Economía por la UB. Allí es hoy profesora titular del departamento de Teoría Económica, una ocupación que quiere compatibilizar con su presidencia en la ANC.
Pero Paluzie es conocida sobre todo por ser una activa militante independentista, ya cuando este era minoritario en la sociedad catalana. En 2008 entró en el Consejo de Nacional de Esquerra Republicana, partido que abandonaría en 2011. Procedente de la plataforma Sobirania i Progrés y firme opositora del nuevo Estatuto de Autonomía de 2006, sus antiguos compañeros de filas la recuerdan como una persona muy crítica, en especial en todo cuanto supusiera una mínima desviación de la formación del fin secesionista. Ello la llevó a impulsar, junto a Uriel Bertran, la corriente Esquerra Independentista para promover un cambio de rumbo en el partido, que acababa de reeditar el tripartito junto al PSC de José Montilla e Iniciativa per Catalunya. “Enseguida se alineó con los críticos. No nos daban tregua y su grupo llegó a ser una pesadilla”, dice uno de sus antiguos colegas. Ese movimiento acabó disolviéndose y Paluzie se acercó entonces a Solidaritat Catalana per la Independència. Nunca, sin embargo, dejó su activismo, y de hecho fue una de las personas involucradas en las consultas sobre la independencia que empezaron en Arenys de Munt.
Desde su entorno también creen que la economista debía ser consciente de sus posibilidades de ganar las elecciones a la ANC por otro motivo: “Es muy raro que pierda unos comicios”. Paluzie fue secretaria general del sindicato estudiantil FNEC, la consejera de ERC más votada en 2008 y decana de la facultad de Economía y Empresa de la UB durante dos mandatos. En las elecciones de la ANC, arrasó con más de 5.000 votos y una gran ventaja respecto a sus competidores, lo cual supuso auparla casi automáticamente a la presidencia de la entidad.
Paluzie ha sido víctima también de su actitud crítica con el propio independentismo. Por ejemplo, fue una de las voces que más cargó contra el proyecto de lista unitaria de Junts pel Sí y acabó concurriendo en la candidatura por Barcelona como número 72. Algunos de sus compañeros de tertulias dicen que le encanta debatir, pero añaden que hay algo que todavía le gusta más: rebatir. Aun así, algunos de sus análisis se han topado con la realidad. Es el caso del reconocimiento internacional de Cataluña. Basándose en los países bálticos, Paluzie sostuvo que tras un referéndum unilateral llegarían los avales externos de la independencia. Pero eso nunca sucedió.
Tras el fiasco de la declaración independentista, su mirada detractora se centró en la negativa de los cuadros de ERC de buscar una alternativa a Puigdemont y de pedir “realismo”, lo que a su juicio era regresar al marco autonómico. En una entrevista a Vilaweb, además, puso en duda de que no se siguiera adelante con la independencia tras la declaración “solo” por la presunta violencia que podía acarrear y sugirió una “falta de mentalidad y determinación”. La nueva presidenta de la ANC ha tomado las riendas de la entidad sin moverse ni un ápice del horizonte independentista, pero a su vez marcando diferencias con sus antecesores. Tras constatar que la hoja de ruta de la entidad se aleja de la del Parlamento catalán, Paluzie quiere mantener vivas las movilizaciones pero sin que la entidad quede presa de la estética de las manifestaciones multitudinarias de los últimos años y poner énfasis en la presión a los partidos. Será la guardiana de que el procés siga adelante y de recoser las diferencias en el seno de la ANC, solo que en esta ocasión su cargo la somete al escrutinio público y determinará si su discurso crítico encaja o no con la realidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.