Un millón de Mercès

La lluvia hizo acto de presencia el viernes por la noche en el arranque de La Mercè, la fiesta mayor de Barcelona, y ayer regresó a última hora, cuando pasadas las ocho se suspendieron los actos en los parques de Ciutadella y la Trinitat, el Palauet Albéniz, el Moll de la Fusta y las sardanas en la plaza de la Catedral. El correfoc y el piromusical, con todo, se celebraron.

En el plano político, la fiesta comenzó con tormenta política a propósito del pregón de Javier Pérez Andújar —contra el que se contraprogramó otro alternativo, independentista— pero los grupos del Ayuntamiento de Barcelona han firmado una tregua durante la fiesta. Por lo demás, La Mercè de este año ha superado el millón de participantes —1,2 calculaba el consistorio ayer a mediodía— y ha constatado que la idea de descentralizar el programa en un espacio tan desconocido como el parque de la Trinitat ha sido un acierto.

Tanto, que el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento y responsable de Cultura, Jaume Collboni, explicó que en vistas al próximo año el consistorio no descarta repetir la experiencia de conquistar nuevos barrios. Y también reveló que los responsables del ICUB, el Instituto de Cultura, se plantean, ante el éxito de público del parque de la Ciutadella, “romper el muro del parque, para no morir de éxito”. Sobre la Trinitat dio una cifra reveladora: el sábado, los tornos de salida de la parada del metro que llega al parque multiplicaron por siete los viajeros habituales, hasta 21.000 personas.

En la Ciutadella una de las propuestas que más éxito han tenido han sido las construcciones efímeras del francés Olivier Grossetête: hechas de cartón con la participación de un entregado público, tanto con la cinta adhesiva en la mano como a la hora de levantar las construcciones entre todos.

Ayer, en la histórica jornada castellera de mediodía, los principales invitados de la alcaldesa, Ada Colau, fueron el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.