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Cigarros que abren puertas

Guillermo Fesser y Juan Luis Cano, en Madrid con ‘Nadie sabe nada’, evocan las barras que visitan desde hace 30 años

Juan Luis Cano y Guillermo Fesser en el teatro Caser Calderón.
Juan Luis Cano y Guillermo Fesser en el teatro Caser Calderón.Samuel sánchez

1. El Avión. Si no íbamos todos los días, casi todos. Era un bar con piano. Tocaba César, un tipo con más años de que el instrumento. Te ponían pipas como aperitivo y te pasabas la noche bebiendo y cantando. César fumaba Bisonte, y muchas veces llevábamos un paquete de Marlboro para que nos pasara. Era un señor muy serio, que lo máximo que hacía cuando le aplaudían mucho era girar la cabeza y sonreír mínimamente. Estaba en la calle Hermosilla. Lo cerraron hace 20 años.

 2. Aeropuerto de Barajas. Desde aquí han salido algunos de los viajes más importantes de nuestra vida, imprescindibles para nuestra formación y para la Fundación Gomaespuma. Hemos visto parte del mundo árabe —Mauritania, Jordania, Senegal…— y hemos consolidado nuestros mayores proyectos en lugares como Calcuta o Sri Lanka, que es un país impresionante.

3. Sala Rock-Ola. Estuvimos en el famosísimo concierto de Las Vulpess en el que cantaron la de Me gusta ser una zorra. Al final las entrevistamos y nos asombró lo pijas que eran. ¡Eran unas punkis muy pijas!

4. Restaurante Salvador. El dueño es Pepe. Es muy taurino. Y ha vivido toda la historia de los actores de Hollywood que han pasado por sus mesas. Hace poco lo sacamos en programa de EE UU como uno de los sitios que visitar en la ciudad y, al parecer, se le llena todos los días de extranjeros. Lo iban a cerrar y se ha hecho cargo su hija (Barbieri, 12).

No saben nada

Fesser y Cano (ambos nacidos en Madrid en 1960) son conocidos como Gomaespuma por el programa del mismo nombre que dirigieron durante 27 años en diferentes emisoras. Ahora se suben a las tablas para seguir improvisando.

5. Restaurante Imanol. Pero el del Heron City, en Las Rozas. Hay que ir a comer chuletón, alcachofas o rape. Con este pescado tienen un truco: los dejan poco hecho en el horno y al sacarlo le echan un chorro de limón (Camilo José Cela, 2).

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6. Museo Sorolla. Es un museo de ración: vas un rato y te puedes ir. No hace falta que te tires allí una mañana para parecer un cultureta. Es off Broadway: no es de los más conocidos de la ciudad. Y las pinturas, la casa y el jardín son una pasada (Paseo del General Martínez Campos, 37).

7. Oficina de la Fundación Gomaespuma. Es nuestro cuartel general. Ahora que Guillermo vive en EE UU no tanto, pero antes íbamos a diario. Está en un bajo y la gente pasa por allí y se hace un lío: cree que es una casa de caridad y que les vamos a dar comida. En el edificio hay un gitano al que su mujer no le deja fumar y cada vez que pasa dice “vecino, un cigarrito” (Costa Verde, 5).

8. Feria del Libro. Aquí matamos dos pájaros de un tiro. Firmamos ejemplares y compramos libros. La cita es obligada. Hay autores que se agobian mucho por ver cómo otros tienen colas y ellos no firman nada. A nosotros (que se nos da bastante bien, por suerte) no nos importa. Si tenemos un rato más flojo, aprovechamos para dar una vuelta y comprar libros. Hasta se agradece (Parque de El Retiro).

9. Estudios Noise. Antes se llamaba Deltaphone. Allí grabamos la primera cuña para Renfe, que ganó el premio de la Asociación de Medios Publicitarios Españoles en el 87. También hemos grabado la última y esperamos que haya muchas más (Gabriel Lobo, 6).

10. Teatro Caser Calderón. Nunca pensábamos que nos subiríamos al escenario. Y ahora estamos ahí con nuestra última obra. Si alguien nos lo hubiera dicho, no le habríamos creído (Atocha, 18).

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