Ocho años de cárcel para cuatro secuestradores que fingieron ser policías

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a ocho años de prisión a cuatro personas por secuestrar en julio de 2009 a un hombre en la carretera R-3 y pedir un millón de euros a su familia para liberarle. Para ello, se hicieron pasar por agentes de policía.

Los condenados son Alberto R. M., Javier D.C., Trinidad J. B. y a José Carlos L. G., con una pena de ocho años y un día de cárcel, además de otros seis meses para este último y para otro de los acusados, Alexandru D., por un delito de allanamiento de morada. Los cuatro primeros deberán también pagar también 8.000 euros de indemnización a la víctima, Valentín P.G.

José Carlos L.G, alias El Bony, planeó el 31 de julio de 2009 el secuestro de Valentín, que residía en Mejorada del Campo. A las nueve y media de la mañana de ese día, la víctima circulaba con su vehículo por la radial, cuando dos de los condenados le interceptaron haciéndose pasar por policías. Tras detener su coche y salir de él, Valentín fue esposado y subido, con la cara tapada, a otro coche, conducido por Javier D.C y Alberto R.M, quienes le llevaron hasta el domicilio de Trinidad J.B, en el municipio de Pezuela de las Torres.

En el trayecto, Alberto obligó a la víctima a llamar a su padre, a quien exigió en un momento de la conversación un millón de euros "si quería volver a ver a su hijo preparase un millón de euros". Mientras Valentín permanecía esposado en el sótano de la casa de Pezuela, tres de los secuestradores se dirigieron a Madrid para contactar al padre de la víctima, quien les dijo que no disponía de tanto dinero en efectivo.

Al día siguiente, unos vecinos de la localidad llamaron a la Guardia Civil alertados por los gritos de auxilio de Valentín a través de la ventana, quien había logrado quitarse las cuerdas de los pies. Finalmente, la víctima fue liberada y los agentes detuvieron a Alberto y Trinidad.

José Carlos, quién actuó en todo momento como coordinador y cabecilla del grupo, y Alexandru fueron arrestados también en Madrid en una vivienda situada en el Paseo de Extremadura —y a la que habían entrado sin el consentimiento de la propietaria— tras huir de su piso, ubicado en el mismo inmueble. El quinto agresor, Javier, fue detenido dos meses después.