Rajoy deja en evidencia a Fabra
El jefe del Consell dice que enmendará en 144 millones las cuentas del Estado El PP evita comprometerse en el Congreso y deja en entredicho a la Generalitat
Las sesiones de control al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en las Cortes Valencianas se han convertido en una auténtica incomodidad para los populares valencianos.
Y es que donde no hay harina, todo es mohína. Basta con que el jefe del Consell haga una promesa con la que intentar acallar las críticas de la oposición para que el Gobierno de Mariano Rajoy deje a Fabra en evidencia. Lo que invita a la oposición a dar otra vuelta a la rueda del molino: acusa al presidente de la Generalitat de sumisión al Gobierno central y a la dirección nacional del PP; Fabra intenta desmentir las críticas con una promesa que demuestre su capacidad de influencia en la Administración central y, horas o días después, algún alto cargo deja a los populares valencianos en entredicho en Madrid.
Así pasó ayer en la sesión de control de las Cortes Valencianas. Fabra prometió presentar enmiendas a los presupuestos generales del Estado de 2013 por importe de 144 millones de euros para mejorar la inversión en la Comunidad Valenciana y solo unas horas después la agencia de noticias Efe emitía una información que señalaba que la dirección del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados ni siquiera ha decidido si presentará enmiendas a las cuentas elaboradas por el Gobierno.
Y es que ayer, el socialista Antonio Torres y la coordinadora de Esquerra Unida, Marga Sanz, coincidieron en interpelar a Fabra por los presupuestos generales del Estado de 2013. Y le recriminaron que la inversión estatal prevista para el año que viene sea un 35% menor que la de este año.
Torres acusó al presidente de la Generalitat de tener “un comportamiento desleal” por aplazar en el Congreso de los Diputados dos iniciativas (la reforma del Estatut que reclama mayores inversiones al Estado y una proposición legislativa para cambiar la financiación autonómica). Y luego tiró de estadística para recordar que hay siete autonomías en las cuentas del Estado de 2013 que van a tener inversiones superiores al peso de su población. Torres remató recordando que Galícia con el 5% de la población se llevará el 12,5% de la inversión estatal el año que viene, mientras que la Comunidad Valenciana con un 10,8% de la población solo recibirá el 6,1% del dinero del Gobierno. “¿Tenemos que pagar los valencianos la campaña electoral de [Alberto Núñez] Feijóo?”, preguntó el portavoz socialista.
Fabra sacó la artillería de la herencia socialista y arremetió, especialmente, contra la gestión del exministro de Fomento José Blanco, al que acusó de haber dejado por pagar 40.000 millones de euros en obras, y de no haber sacado a licitación un tramo del AVE a Alicante y otros a Castellón.
La portavoz de Esquerra Unida, en su turno, volvió a la carga y preguntó por la minoración de las inversiones en los presupuestos estatales. Fabra, que no tiene reparos en admitir que no le gustan, optó por descolocar a la portavoz de Esquerra Unida. Sabedor de que a Sanz no le podía achacar herencia alguna, el jefe del Consell anunció que los diputados valencianos pedirán 144 millones de euros de inversión adicional del Estado en la Comunidad Valenciana mediante la presentación de enmiendas en la tramitación parlamentaria.
Una promesa con la que descolocó a Sanz, que solo atinó a pedir que Fabra explicase qué enmiendas eran y si con ellas se alcanzaría la media estatal.
La alegría duró poco. Apenas unas horas después, la dirección del Grupo Popular aseguraba que todavía no ha abordado el debate sobre posibles enmiendas parciales al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2013 y que solo se pronunciarán a partir de la semana que viene cuando se hayan discutido las enmiendas a la totalidad.
Ahora el PP confía en que a Fabra no le pase con la promesa como le sucedió el mes pasado con el debate de politica general. Entonces puso fecha a la llegada del AVE a Castellón y al tercer carril del corredor mediterráneo y Fomento lo desmintió pocas semanas después.
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