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Los cambios para mejorar las Fallas quedan para otro año

El cambio de la 'Cremà' al tercer lunes de marzo para favorecer el turismo esperará otro año La oposición reclama materiales más ecológicos para la construcción de las fallas

Cristina Vázquez
Disparo de una mascletà en la plaza del Ayuntamiento de Valencia.
Disparo de una mascletà en la plaza del Ayuntamiento de Valencia.TANIA CASTRO

La ortodoxia del mundo fallero se resiste al cambio. Desde hace años y con cierta periodicidad resurgen los debates sobre posibles modificaciones que mejoren la fiesta y la haga más beneficiosa para la ciudad. El día siguiente a la cremà, comienza otro año fallero, el que culminará en marzo de 2013, sin que ninguna de esas propuestas haya encontrado eco en la Junta Central Fallera (JCF). Que la cremà se traslade al tercer lunes de marzo, sea o no Sant Josep, que se promuevan nuevos materiales más ecológicos que el poliexpán en la construcción de los monumentos o que la falla municipal, la que se planta en la plaza del Ayuntamiento, no sea una más sino que sirva de referencia al resto o destaque por su singularidad... Incluso que la ofrenda a la virgen, que todos los años se alarga más de lo previsto, se realice en tres días en lugar de dos.

Hace unos días, en la presentación de la campaña turística de Fallas, Unión Hotelera y la Asociación de Restaurantes de Valencia lamentaban el negocio que se perdía cuando la cremà no caía como este año, es decir, en lunes, y animaban a todos los operadores institucionales y privados de la ciudad a convertir las Fallas en un reclamo turístico para todo el mes de marzo. “A partir del último domingo de febrero, con la crida, Valencia encadena cuatro fines de semana de actividad fallera, las mascletades, la Exposición del Ninot, el Museo Fallero, la plantà o los fuegos artificiales”, argumentaban los empresarios para aprovechar mejor la fiesta y la afluencia de visitantes. Es la única solución que han encontrado tras perder su batalla por trasladar el día grande a un lunes. “En vista de que es imposible poner a todo el mundo de acuerdo...”, dijeron a la vez que reconocían su fracaso.

En el Ayuntamiento, los grupos de la oposición se han pronunciado al respecto. El portavoz socialista, Joan Calabuig, lo planteó de nuevo hace escasos días. “Este cambio incentivaría el turismo, facilitaría la participación en la fiesta, y beneficiaría al calendario escolar”, concluyó. No ha habido respuesta. Desde la JCF se exige consenso pleno antes de tomar una decisión de ese calado y lo cierto es que hasta ahora ha resultado imposible.

Y si el traslado de fecha es polémico, la quema del material del que están hechas la mayoría de fallas, poliestireno expandido, un derivado del petróleo, no lo es menos. Se ha de innovar en materiales que no sean tan contaminantes, sugiere el portavoz de EU en el Consistorio, Amadeu Sanchis. Su formación presentará una moción en el Consejo Rector de la Junta Central Fallera, en la que solicitarán que se vayan reduciendo de manera progresiva el uso del poliexpán, un material asequible por su precio para todas las comisiones pero que cuando se quema desprende un humo negro y contaminante en la noche de la cremà. El poliexpán sustituyó desde los años noventa al material clásico de la tradición artesana, que era el cartón, papel y la harina cocida. “El poliestireno o corcho blanco es un material no renovable, derivado del petróleo, que quema rápido, es más barato y ligero, lo que permite aumentar en altura las composiciones, pero es más tóxico y perjudicial para el medio ambiente”, repite Sanchis. EU propone que tanto el Ayuntamiento como la JCF Primen a las fallas que beneficien la tradición artística. Los estudios realizados demuestran que las partículas en suspensión registran cifras punta en la famosa nit de la cremà.

El papel de la falla municipal también vuelve cíclicamente. Fuentes municipales reconocen que son pocos los monumentos que los propios valencianos recuerdan vinculados a su céntrica plaza principal. Pero nadie va más allá. Los artistas falleros presentan todos los años varios bocetos, algunos de ellos francamente innovadores aunque al final se opta por una falla clásica. Sin ángulos, sin singularidades y, lógicamente, que se ajuste al presupuesto. Pero nadie las recuerda luego. Son una más. Si se hiciera una encuesta entre el mundo fallero, una de las composiciones que más ha perdurado en la mente de todos es la que a finales de los ochenta, cuando los socialistas gobernaban en el Consistorio, plantaron una réplica exacta de la fachada del Ayuntamiento, con los políticos municipales electos, en el balcón. Corría el año 1987 y el fallecido artista fallero Manolo Martín, el dibujante Sento y el escritor Manuel Vicent dieron vida a una composición original y moderna: los políticos asistieron a la quema de sus réplicas en ninots. Todo un símbolo.

Y con respecto a la ofrenda, que corta durante dos largas tardes, las del 17 y 18, media ciudad, el asunto parece de difícil solución. Este año para evitar que se retrase su cierre, se ha adelantado su comienzo a las tres de la tarde, y se han redistribuido los sectores por accesos para hacerla más fluida. Pero ha costado lo suyo. Lo dicho, a los guardianes de las esencias falleras les cuesta cambiar.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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