Filón
El rigor y la honestidad en el manejo de los fondos públicos que son sagrados para el PP en Andalucía bien lo podría articular en territorios como Baleares o Valencia
Por Rajoy hemos sabido que no todo en Andalucía son los ERE. Menos mal, ya que si nos atenemos a lo que dicen los suyos, parece que solo existe este tema en la vida de los andaluces. Claro que el dirigente popular llega a tal conclusión para, seguidamente, presentar a su partido y su forma de gobernar como la verdadera alternativa. Todo presidido por el rigor y la honestidad en el manejo de los fondos públicos que, según precisa, son sagrados. Sensatas palabras, desde luego, y cargadas de razón, que bien podría articular en otros territorios, como Baleares o Valencia, donde la corrupción política ha alcanzado sus máximas cotas. Pero por mucho que diga el presidente del PP, sus correligionarios andaluces no van a soltar la presa así como así, de tal modo que la investigación de la juez Alaya se ha convertido en el principal filón que explotar en busca del máximo deterioro del rival. Es parte esencial de su argumentario ya que el malestar social que ha provocado el manejo irregular del dinero de la Junta obliga a la denuncia y condena política de los hechos. Si no se habla ahora de ello, ¿cuándo? Estamos en plena campaña electoral y es lo que toca.
Pero frente a esta ofensiva, por muy incómoda que sea, se observa firmeza y coherencia en la respuesta de los socialistas. A pesar de lo embarazoso y delicado de la cuestión, a Griñán se le ve firme en la defensa del papel de la Administración para la resolución del caso, algo que no pueden decir en otros territorios. Aquí se ha denunciado, investigado y puesto a disposición de la autoridad judicial todo aquello que ha reclamado. Hay discurso al menos, que ya es decir, teniendo en cuenta la gravedad de los hechos. Eso permite a los socialistas no esconderse y dar la cara. Y así van hacia adelante, por su propio camino, con la vista puesta en un 25-M en el que cada día que pasa pesa más no solo tan lamentable incidencia, sino también la crisis y los recortes, como señalan los distintos sondeos. De estos se deducen, además, otras sensaciones: ya nadie duda del acierto de Griñán de celebrar las elecciones por separado. Esto ha permitido al PSOE poder distanciarse del tsunami azul de los anteriores comicios brindándole, como mínimo, una nueva oportunidad.
También se comprueba la certera estrategia de Arenas al mantener una línea de perfil bajo, preconizando el “cambio tranquilo”, sin querer asustar a las capas sociales más templadas y próximas, hasta ahora, al PSOE. Asimismo Valderas acierta al aprovechar la coyuntura tratando de apoderarse del único discurso de izquierdas que se puede hacer en estos momentos.
Como se puede comprobar, cada uno tiene su propio filón.
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